Siguiendo el Camino de Santiago francés y a pocos metros antes de llegar al monasterio de Irache -en Ayegui, a 3 kilómetros de Estella- encontramos la ya mundialmente conocida fuente del vino, que no es realmente una fuente en el sentido estricto de la palabra si no dos grifos: uno de vino y otro de agua.
La tradición vinatera de estas tierras se remonta muchos siglos atrás. Ya en el siglo XII el Códice Calixtino describía este punto del camino como una tierra "de buen pan y óptimo vino". Este libro fue escrito por el clérigo francés Aymeric Picaud y viene a ser la primera guía del Camino de Santiago. Dice el refrán que "con pan y vino se anda el camino" pero como la mayor parte de las veces no suele ser así, el monasterio de Irache fue un punto importante del camino, al ser el primer hospital de peregrinos jacobeos en Navarra, un siglo antes que el de Roncesvalles.
Siguiendo la tradición de los monjes benedictinos que regentaban el monasterio, el dueño de las bodegas Irache instaló en uno de sus muros aledaños al camino la "fuente de Irache" más conocida como la "fuente del vino". Al lado de la misma podemos encontrar las siguientes inscripciones:
"Peregrino,
si quieres llegar a Santiago
con fuerza y vitalidad
de este gran vino echa un trago
y brinda por la felicidad"
Y como es lógico, para evitar los posibles excesos...
"A beber sin abusar
te invitamos con agrado.
Para poder llevar,
el vino ha de ser comprado"
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