Monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla, La Rioja
Al contrario de lo que se suele pensar, el euskera no es una lengua aislada de origen ignoto (en la mitología nacionalista es el idioma que hablaba toda la humanidad antes de la torre de Babel...), sino que ha recibido importantes aportaciones de otras lenguas como el latín y ha influido a otras lenguas nacientes como el castellano. También existen teorías con fundamentos más o menos sólidos respecto al origen de la misma, pero eso ya sería tema para otro artículo.
A nadie se le escapa que el romance castellano surge a partir del latín vulgar en el condado medieval de Castilla, un lugar que contaba con una gran influencia vasca y de los visigodos de origen germánico. El reino de Pamplona (posteriormente Navarra) es uno de los protagonistas del inicio de la Reconquista, las tierras que los castellanos irían ganando a los árabes se irían repoblando con vascos y navarros que llevaron sus hábitos lingüísticos y que ocupan importantes puestos en la corte castellana hasta el siglo XIV.
Para más señas, el condado de Castilla pertenece por derecho de matrimonio al rey pamplonés Sancho III, que lo cederá como tal a su hijo Fernando (luego también rey de León) y será su nieto Sancho II el primer rey de Castilla. Como podéis ver, hechos que "sustentan" las teorías batasunas de que Nafarroa no tiene nada que ver con los demás reinos hispanos...
Un pensamiento bastante extendido con respecto a la relación lingüística existente entre el euskera y castellano, que por aquel entonces habrían de ser considerados como protoeuskera y castellano medieval, es que básicamente el castellano sería la forma de hablar el latín de gentes de origen vasco. Baste poner el ejemplo del que se considera el primer texto escrito de un dialecto romance hispánico, que se encuentra en las Glosas Emilianenses de San Millán de la Cogolla.
En el monasterio de Yuso, localizado en dicha localidad riojana, encontramos estas glosas que vienen a ser anotaciones manuscritas en los bordes de página o entre las líneas de un códice en latín con la finalidad de explicar el significado de sus contenidos. Así encontramos unas mil anotaciones de las cuales cien han sido consideradas tradicionalmente como la primera manifestación escrita del castellano. Hoy en día se las considera una variedad riojana ya sea del romance navarro-aragonés o el castellano, en todo caso siendo también este primero un dialecto con sustrato vasco y uno de los ingredientes del complejo dialectal que conformaría el castellano.
En las mismas Glosas Emilianenses encontramos también dos anotaciones en vascuence medieval, la importancia de las mismas reside en que se trata de la primera manifestación escrita del euskera, cuya existencia es muy anterior pero tan solo como una lengua oral no escrita. De esta forma encontramos las primeras anotaciones escritas en euskera en la conocida como "cuna del castellano".
El término antes citado de "cuna del castellano" se encuentra en pugna, ya que no está claro que las glosas estén escritas realmente en castellano antiguo, y ya que a su vez existen unos documentos que son la reproducción de unos supuestos textos escritos en un primitivo romance castellano que se remontarían hasta el siglo IX, mientras que las Glosas Emilianenses están datadas de finales del s. X a principios del XI. Estos documentos son los Cartularios de Valpuesta, localizados en el burgalés Monasterio de Santamaría de la Valpuesta y a escasos kilómetros de Álava, una zona de aún mayor influencia vasca como es lógico.
Parte del actual País Vasco pertenece a la cuna del castellano, no sólo la Álava castellana (occidental) sino también las Encartaciones de Vizcaya. Quienes defiendan que el castellano es una lengua ajena a estas tierras, que se lo hagan mirar.
Estas tesis no se puede sustentar sólo con hechos que pueden ser considerados como coyunturales o casuales ¿Existe actualmente una aportación tangible del euskera al castellano?
Se pueden identificar varios rasgos fonéticos castellanos que probablemente son de influencia vasca:
- En el sistema vocálico se puede observar similitudes entre la fonética vasca y la castellana: En ambas el sistema vocálico consta de sólo cinco fonemas repartidos en tres grados de apertura, cada una de estas vocales admite variaciones del timbre dentro de estos grados, de igual manera en ambas lenguas y a diferencia de las demás lenguas romances. Por ejemplo, no se distingue como en el catalán o el gallego entre e/o abierta y cerrada.
- El betacismo, que es la indistinción entre la b y la v, al ser pronunciadas ambas sonarían como la b tanto en el vasco como en el castellano, mientras que en otras lenguas la pronunciación se opone como bilabial y labiodental respectivamente.
- La caída de /f/ inicial tras pasar por una fase aspirada /h/. En el paso del latín al castellano, la f inicial pasa a ser h aspirada. Por ejemplo farina en latín pasa a ser harina en castellano, mientras que es farina en catalán, italiano y provenzal, fariña en gallego... El cambio también se produce en el gascón, de influencia vasca también. También se da en otras variedades dialectales que no han tenido contacto con el vasco, por lo tanto su influencia sobre el castellano en este sentido puede no ser concluyente.
- El reajuste de las consonantes sibilantes sonoras, que se ensordecen. De esta forma, el complejo sistema de sibilantes del castellano antiguo se simplifica a uno similar al del euskera. Este cambio es tardío (s. XVI) y por lo tanto puede no deberse a la influencia primitiva del vascuence.
- La aparición eventual de una vocal protética delante de la /r/ inicial. Fenómeno que se observa en castellano antiguo y gascón, y del que aún quedan algunos rastros en el castellano actual. Por ejemplo: Arrepentirse en castellano, del latín repentere. Este fenómeno también se da en el italiano, por lo que podría tratarse también de una influencia ajena al euskera.
- El sufijo "-rro" y "-rra". Presente en palabras como navarro, pizarra, carro, guijarro... Se trata de un fonema que no es propio del latín o de cualquiera de sus lenguas románicas, sino que al parecer se fija por influencia vascongada.
Otros ejemplos más fáciles de ver son los préstamos léxicos del vasco al castellano o vasquismos. Un ejemplo arqueotípico es el de la palabra "izquierda", que en latín sería sinister/-tra pero dadas las connotaciones maléficas que este término habría adquirido, se sustituye en el castellano del siglo XII al XIV por izquierda, que presumiblemente vendría del vasco eskerra. Los vasquismos son muy abundantes en el léxico castellano y se pueden poner los siguientes ejemplos:
Aquelarre: (aker larre) prado del macho cabrío.
Alud: (lurte) corrimiento de tierras.
Ama: (ama) madre.
Angula: (angula, del latín anguilla) alevín del pez anguila.
Boina: (bonet) prenda de cabeza, boina.
Bruces: (buruz) de cabeza.
Cencerro: (txintxarri) campanilla.
Cococha: (kokotx) barbilla.
Chabola: (txabola del francés geôle) choza, caseta.
Chatarra: (za harra) lo viejo.
Chistera: (xistera, del latín cistela) cesta.
Gabarra: (kabarra) barcaza.
Ganzúa: (gantzua) alambre para abrir cerraduras.
Guiri: (giristino) cristino.
Mus: (mus) juego de cartas (etimología discutida).
Mochila: (mutil) chico, mozo.
Órdago: (hor + dago) ahí está.
Pacharán: (paitar + aran) licor de endrina.
Pizarra: (lapitz + arri) piedra de pizarra.
Socarrar: (su + gar) fuego + llama.
Zulo: (zulo) agujero.
Zurrón: (zorro) saco.
El análisis de la onomástica española de origen vasco daría para otro artículo aparte, baste decir que el apellido más común en España es el de García, primer apellido de un millón y medio de personas. Provendría del vasco medieval gaztea (joven) o hartza (oso).
Como hemos visto, frente al sectarismo de quienes pretenden hoy en día que en Navarra y el País Vasco se obligue a los chicos y a las chicas a estudiar íntegramente en euskera o exigirle a albañiles el EGA para colocar ladrillos, el castellano y el euskera han convivido a lo largo de la historia y se han hecho importantes aportaciones mutuas que los han enriquecido.
El castellano ha contado con una mayor capacidad expansiva que se podría deber a sus características fonéticas y léxicas, flexibilidad sintáctica, simplicidad e innovación. Otro hecho que sin duda ayudó fue que el reino hispano que más rápidamente de expandió por la península a costa de los musulmanes fuese el reino cuyo idioma era el castellano. Recurrir a opiniones personales o sucesos puntuales para inferir que el castellano se impuso mediante un poder superior es un recurso victimista que no hay por donde cogerlo, por esa regla de tres si hoy en día la segunda lengua que más gente habla o entiende en Navarra es el inglés, habría que achacarlo a algún tipo de imposición militar y no la hegemonía económica y cultural de los Estados Unidos de América.
De lo que no cabe duda alguna es de la importante aportación que la lengua vasca hizo en la génesis de un idioma que hoy en día es la lengua materna de más de 400 millones de personas.
Este artículo no habría sido posible sin las indagaciones previas de Ilustrado Español (http://spainillustrated.blogspot.com.es/) entre otras muchas aportaciones anónimas de la red.
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