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miércoles, 17 de diciembre de 2014

'Iratxe': la marca blanca de ETA en Navarra


Los comienzos en Navarra del nacionalismo vasco en su vertiente terrorista no fueron fáciles. A principios de los años 60, la banda terrorista ETA, todavía en un estado larval (no cometería su primer asesinato reconocido hasta el 68, aunque antes sí cometió otros delitos), era consciente de que al contrario que en Vizcaya y Guipúzcoa, Álava y Navarra eran dos territorios en los que el nacionalismo vasco tenía un seguimiento muy limitado. Aunque parezca mentira, por aquel entonces el nacionalismo vasco en Navarra era una opción política residual.

Por todo esto, los que son prácticamente los primeros etarras adoptan estrategias diferenciadas para cada uno de estos casos, y en el caso de Navarra, sería "Iratxe" el nombre del grupo que se encargará de distribuir propaganda y cometer pequeños atentados. Este sería un supuesto "movimiento navarrista de liberación" que funcionaría como marca blanca de ETA en Navarra durante 18 meses.

Antes de todo esto, ETA bajo su propio nombre ya había tomado alguna iniciativa en Navarra, así en 1963 le envió una misiva a el "Presidente de la Diputacion Foral de Nabarra" anunciándole que el camino de Navarra era la unión a "Euzkadi" y rogándole que hiciese pública dicha petición. Obviamente obtendrían la callada por respuesta y si sabemos que así fue es porque ellos mismos publicaron dicha carta en un Zutik (revista interna de ETA) de la época.

Iratxe cometió algunas acciones propagandísticas a mediados de 1964, como repartir en algunas localidades de Navarra números de su boletín clandestino, que se llamaba de igual forma que el grupo. En uno de ellos afirmaban ser "un grupo de patriotas navarros dispuestos a toda clase de sacrificios para liberar a su pueblo" y en otro que "los navarros son vascos. Navarra es el Estado cabeza del Pueblo Vasco. Su misión es clara: volver a ser cabeza de la raza, centro del pueblo euskaldún en una Navarra libre y vasca, federada a otros estados europeos". También habían realizado pintadas reivindicativas como las que realizaron en el campo de fútbol del Chantrea con motivo de un partido con el Eibar.

Como podemos ver, la cuestión de la "raza vasca" parece estar presente en los orígenes de este grupúsculo si tomamos la primera acepción de raza. Por aquel entonces, la estrategia idiomática eclipsa a la cuestión racial, pero aun así y todo la mentalidad, terminología y simbología sabiniana tienen una amplia impronta entre los vasquistas radicales de izquierdas, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta que el sr. Arana fue prácticamente el pionero del nacionalismo vasco y que el ideólogo y organizador más importante del nacionalismo etarra era en ese momento un racista reconocido como Federico Krutwig.

La acción más espectacular de Iratxe sería la colocación de dos bombas de escasa potencia en el Monumento a los Caídos, que se encuentra al final de la avenida Carlos III en Pamplona. Al filo de las tres de la madrugada, la explosión de uno de estos artefactos (el otro no llegó a estallar) dañó una de las lápidas de mármol colocadas al lado de la puerta principal, despertando en el acto a buena parte de los vecinos de los edificios colindantes. A parte de esto, también realizó varias pintadas... con soplete, sobre la piedra del monumento, que rezaban "Navarra para los navarros" ,"morir por Navarra, si; por España, no", "Dios-Patria-Rey = opio" y por los alrededores había dispersado panfletos revindicando la autoría del mismo. Así mismo, en los días siguientes al atentado, se dedicaron a buzonear por el centro de Pamplona un panfleto en el que reivindicaban de nuevo la autoría del atentado.

Esta careta se cae al mes siguiente, en enero de 1965, cuando los dirigentes de Iratxe anuncian su integración en la estructura de ETA, con la que dicen tener una "coincidencia total de puntos de vista". Esto último no es de extrañar por que como ya habíamos dicho, fue la misma ETA la que dos años antes había fomentado la aparición de este grupo navarro (extremo reconocido por historiadores abertzales).

Casi al mismo tiempo que se hacía público este comunicado, la Policía detenía en la avenida Carlos III de Pamplona a Jokin G., un militante de ETA huido de la ley y natural de Algorta, hijo del compositor del Eusko Gudariak. Al pedirle la identificación se dio a la fuga, pero en su huida fue frenado por un disparo en la pierna. Este es probablemente el primer enfrentamiento en Navarra entre un miembro de ETA y las fuerzas de seguridad del Estado. Fue juzgado junto a José Antonio M.P. acusados de haber perpetrado el atentado del Monumento a los Caídos, pero ambos fueron absueltos por falta de pruebas.

Junto con en el, en momento de la detención de Jokin G., se encontraba con el Julián L., que logra zafarse de la policía aunque es detenido una semana después por la Guardia Civil cuando trata de cruzar la frontera con Francia. Así mismo, al mes siguiente es detenida cerca de la frontera con Francia Christianne E., militante de Enbata (una organización afín a ETA y radicada en el País Vasco-Francés) que se dirigía a Pamplona dado que estudiaba en la Universidad de Navarra. En su poder se halló una de las pequeñas bombas similares a las que fueron colocadas en el Monumento. Por esto, fue encontrada culpable de actividades terroristas por un consejo de guerra en Pamplona y fue condenada a poco más de dos años de cárcel.

Hispano

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