jueves, 12 de marzo de 2015

¿Por qué no somos nacionalistas?


Un argumento profusamente utilizado por los nacionalistas (entendamos aquí por nacionalistas a separatistas antiespañoles) hoy en día es que cualquier patriota español es igual de nacionalista que ellos. Un argumento que resultaría muy cierto sólo ateniéndose a la definición de diccionario de la RAE:

nacionalismo.
1. m. Apego de los naturales de una nación a ella y a cuanto le pertenece.
2. m. Ideología que atribuye entidad propia y diferenciada a un territorio y a sus ciudadanos, y en la que se fundan aspiraciones políticas muy diversas.
3. m. Aspiración o tendencia de un pueblo o raza a tener una cierta independencia en sus órganos rectores.

Y si digo que resultaría cierto es porque los significados de las palabras no se reducen a asépticas definiciones de diccionario, sino que pueden connotaciones o sentimientos asociados a las mismas y en algunos casos también matices. De esta manera, no queda muy bonito llamar "subnormal" a una persona que sufre retraso mental, a pesar de que para el mismo diccionario se trataría de una definición perfectamente aplicable a una persona con esa condición. Y esto es más cierto aun cuando nos referimos a una palabra cuyas definiciones han sido cambiadas en no pocas ocasiones por la RAE.

Así mismo, la realidad que da forma al significado que atribuimos a las palabras entiende de fronteras: Si le preguntas a un estadounidense te dirá que para el "patriotismo" y "nacionalismo" son dos palabras perfectamente intercambiables, mientras que para un habitante de algún país europeo lo más seguro es que entienda por "nacionalismos" a las ideologías que durante el siglo XX llevaron a dos guerras mundiales con más de 50 millones de muertos.


En España tenemos movimientos separatistas como el vasco que a ratos se dicen a sí mismos nacionalistas (ej.: Partido Nacionalista Vasco) y a otros se autodenominan patriotas (ej.: Izquierda Abertzale -patriota-). Es en sus motivaciones y en su comportamiento es donde lograremos definirlos como patriotas o como nacionalistas, dado que el patriotismo se basa en el afecto, mientras que el nacionalismo hunde sus raíces en la rivalidad y el enfrentamiento.

Se puede considerar que el padre del nacionalismo vasco es el ya archiconocido Sabino Arana (fundador del PNV), para defender la existencia de las nacionalidades española y vasca como dos entes distintos, uno tiene que argumentar la existencia de algún tipo de hecho diferencial, para Sabino Arana no es la lengua y la cultura el hecho diferencial, sino la supuesta existencia de una "raza vasca" a todas luces superior a la "raza española". Basta con ver las incendiarias declaraciones que vomitaba en periódicos como "Bizkaitarra" o "Baseritarra", que él mismo editaba y escribía en su gran mayoría, para ver que el idioma y la cultura vasca son elementos secundarios a despreciar si alguien ajeno a su supuesta raza vasca también los procesaba:

"Etnográficamente hay diferencia entre ser español y ser euskeriano, la raza euskeriana es sustancialmente distinta a la raza española". Bizkaitarra, nº 11.

"El roce de nuestro pueblo con el español causa inmediata y necesariamente en nuestra raza ignorancia y extravío de inteligencia, debilidad y corrupción de corazón". Baserritarra, nº 11.

Otra de las fantasías necesarias para crear para crear tu propia nación imaginaria es inventarse una nación oprimida por otra. Es ahí donde reside buena parte de la fuerza de los separatismos en España: su propaganda vende una lucha entre David (los vascos) y Goliat (los españoles) y la gente no puede evitar, de forma romántica, sentir simpatía con el pequeño pueblo oprimido, como si las Provincias Vascongadas de por aquel entonces no fuesen uno de los lugares más ricos de España.

"Nosotros odiamos a España con nuestra alma, mientras tenga oprimida a nuestra Patria con las cadenas de la esclavitud. No hay odio que sea proporcionado a la enorme injusticia que con nosotros ha consumado el hijo del romano. No hay odio con que puedan pagarse los innumerables que nos causan los largos años de dominación". Bizkaitarra, nº 16.

Si me centro en torno al separatismo vasco se debe obviamente a que es el caso que más conozco y atañe, pero no es raro encontrar este tipo de declaraciones racistas también entre los primeros nacionalistas catalanes, con declaraciones delirantes como la que sigue:

"Ni Madrid ni el centro de las Castillas son lugares a propósito para la capital de una nación civilizada. La inteligencia tiene que funcionar mal por la deficiente nutrición del cerebro. Así todas las concepciones que de allí nos vienen son raquíticas." Pompeu Gener. Heregias.

Estos elementos etnicistas estarían presentes durante la fundación de ETA a finales de los años 50, dado que surge a partir de Ekin, un grupo estudiantil que por aquel entonces se había escindido de EGI (las juventudes del PNV) pero por aquel entonces y bajo la influencia de etarras de origen tan puramente "vasco" como Federico Krutwig, el concepto de raza vasca es sustituido por el del euskera, al que se le otorga primacía y un halo casi mítico que justifica su imposición, encubriendo de esta manera otra forma de discriminación consistente en repartir carnés de buen vasco a todos aquellos que hablan euskera (o lo chapurrean, o hablan unas palabras, o tienen intención de aprenderlo en algún momento...) y abocando poco menos que al exilio a aquellos cuyo idioma materno y cultura no es la estrictamente vasca. Aún a día de hoy nadie le puede quitar la pátina xenófoba a la izquierda abertzale cuando, por ejemplo, le mandan a la Barcina a Burgos.


Las consecuencias son ya del todo conocidas, bajo la excusa de la lucha contra la dictadura franquista estos personajes organizan una banda terrorista que acaba cometiendo 829 asesinatos, más del 96% de los cuales durante la democracia española. Para ellos el franquismo es una coartada, quieren imponer un estado independiente vasco y socialista, una Corea del Norte en plena Europa bajo el único argumento que estos descerebrados entienden: las pistolas y las bombas. Como ejemplo de la represión hacia quienes se sienten españoles, tenéis el acoso terrorista a la familia Abascal que ya reflejamos antes de ayer en este mismo blog.

Sin embargo y vistos estos hechos antes expuestos, puedo afirmar que el separatismo vasco es una forma de nacionalismo debido a su naturaleza excluyente e inherentemente destructiva desde sus principios hasta la actualidad. Obviamente hoy en día hay vasquistas de todo tipo y cromañones que creen que el euskera está por encima de la vida de las personas o que se creen superiores solamente por ser vascos, los tienes a las izquierdas o a las derechas, del mismo modo que hay gente que adopta posturas más moderadas.

Nadie va a negar que pueden haber existido y que existan personas que profesan una forma de nacionalismo español, pero a vuestro propio criterio os dejo si nos consideráis como tal o no a aquellos que creemos que una de las mayores grandezas que atesora España es su unidad en su diversidad cultural.

Por lo tanto, podemos concluir que en el contexto español patriota es quien ama a su patria y que nacionalista es quién odia la patria de los demás.


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