Pedro era el propietario del bar El Moicano en Pamplona, que se encontraba situado frente al gobierno civil y era frecuente que algunos policías tomasen el café en dicho local. Los terroristas escondieron en el baño un artefacto explosivo que detonó cuando Pedro se disponía a cerrar el local, siendo este la única persona presente en el mismo. La explosión provocó la muerte de Pedro dejando viuda y dos hijos de 3 y 4 años. En 1983 fueron condenados por el asesinato de Pedro a 27 años cada uno los etarras Miguel Mateo Asnariz Dicastillo, Ricardo Garciandia Solano y María Gloria del Sagrario Recarte Gutiérrez.
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