Como cada mañana Jesús había acudido al mercado de mayoristas de Mercairuña para para comprar las frutas y las verduras de los tres establecimientos que tenía en la capital navarra. Cuando se disponía a entrar en el edificio, dos jóvenes a cara descubierta le dispararon a quemarropa dos veces, lo que le produjo la muerte instantánea. Jesús moría a la edad de 65 años, casado y padre de cuatro hijas, era comandante de infantería retirado. Hace cuatro años, tanto su vehículo como un establecimiento comercial suyo fueron destrozados por la colocación de una bomba, revindicada por la propia ETA Militar.
Los terroristas huyeron pistola en mano en un Renault 18 donde les esperaba al parecer un cómplice. Varios testigos pudieron ver dicho coche, con lo cual se estableció un amplio dispositivo policial con el fin de localizarlo, lo que se materializó 45 minutos después en la Vaguada de Ermitagaña, justo enfrente de un instituto de enseñanza media. El cabo primero Tomás Palacín y el policía nacional Juan José Visedo procedieron a examinar el vehículo cuando al abrir una puerta hizo explosión una potente bomba en el interior del vehículo causando la muerte en acto de servicio de ambos agentes.
Fueron condenados como autores materiales de dichos crímenes los terroristas de ETA Mercedes Galdos Arsuaga, Juan José Legorburu Guerediaga, Juan Carlos Arriaga y José Ramón Martínez de la Fuente Inchaurregui. También fue condenado por la muerte de los dos policías Jesús Jiménez Zurbano, que fue quien facilitó el explosivo para la bomba trampa en la huída.
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