Como cada varias semanas, habían acudido a la localidad de Sangüesa tres policías nacionales para facilitar a los vecinos la renovación del DNI, evitando el desplazamiento de los mismos a la capital navarra. Para que los vecinos pudieran pedir cita, la fecha de la visita era anunciada públicamente con días de antelación. Tras terminar el trabajo de la mañana, los agentes se dirigieron al coche para regresar a Pamplona y al accionar el contacto del coche, hizo explosión una potente bomba lapa en los bajos que acabó con la vida de Bonifacio y Julián. Ambos agentes estaban casados y tenían dos hijos. El tercer agente, Ramón Rodríguez Fernández, salvó su vida al no encontrarse en el interior del vehículo aun que quedó herido de gravedad en los miembros inferiores, abdomen y tórax. También resultó herido de gravedad un empleado de telefónica que pasaba por el lugar, así como también hubo decenas de heridos leves que se encontraban en una plaza cercana.
A dia de hoy sigue sin saberse quien acabo con la vida de Bonifacio y Julián.
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