El Camino de Santiago es
algo más que un simple camino que comunica a las personas, es un cauce de
contacto entre culturas que jugó un papel muy importante durante la Edad Media,
cuando los conocimientos y la cultura se extendían mediante viajeros. Al ser
Navarra un punto de paso obligado para la mayor parte de los peregrinos del
resto de Europa, este también ha sido de capital importancia en la
configuración de lo que hoy es Navarra.
En
los últimos años el Camino de Santiago ha experimentado un resurgir: si en el
año 1987 hubo unos 2.905 peregrinos, en el año 2012 hubo 192.488 peregrinos
registrados en la oficia del peregrino, un auge tremendo teniendo en cuenta que
durante largos años ha sufrido abandono y olvido.
Camino
de Santiago ha sido todo aquel que va desde tu casa hasta Santiago de
Compostela, tradicionalmente habían existido casi tantos trazados diferentes
como peregrinos individuales se habían aventurado a recorrerlo, si bien hoy en
día se han estandarizado una serie de caminos en los que confluyen la mayor
parte de los peregrinos.
Navarra
es cruzada por varias de estas rutas, que no han dejado de cambiar con el
transcurso de los tiempos. En el año 1988 un decreto Foral establece dos
trazados legalmente reconocidos, dotándolos de un régimen de protección
especial y realizando constantes labores de recuperación, señalización y
acondicionamiento de los mismos.
Los
dos caminos reconocidos son el camino de Santiago francés, el camino más
conocido y transitado a nivel internacional; y el camino de Santiago aragonés,
más desconocido, pero singularmente bello.
¿Cuáles son los orígenes
de esta peregrinación?
La tradición nos habla de que
el apóstol Santiago en su labor evangelizadora, llegó a algún lugar en el sur
de la Hispania Romana (actual Andalucía) en un barco carguero de los que se
dedicaban al intercambio de metales y otras materias primas de la Hispania por
mármol y especias traídas desde Palestina. Allí comenzaría su misión
evangelizadora, desplazándose por la actual Portugal hasta llegar a Iria
Flavia, ya en Galicia.
Posteriormente
el apóstol se desplazaría al este de la Hispania: Lugo, Astorga, Zaragoza y
Valencia para abandonar la península ibérica desde las costas del mediterráneo
de vuelta a Palestina. Será de vuelta en su tierra cuando el apóstol fallecerá
decapitado por predicar el Cristianismo.
Aquí
comienza el periplo de los restos del apóstol, que son sustraídos por un par de
discípulos suyos con el objeto de llevarlos de vuelta a Galicia por ser la
provincia donde el apóstol había predicado. Al trasladar el cuerpo desde la
costa galaica al interior en un carro tirado por bueyes, los animales se
detienen en el bosque de Libredón y se niegan a seguir, lo que es tomado como
una señal divina del lugar donde ha de ser enterrado.
A
pesar de que la localización de los restos del apóstol predilecto de Jesucristo
es conocida, esto queda prácticamente olvidado con el revuelo de las invasiones
musulmanas. Será en el año 1077 cuando la tumba vuelva a ser descubierta de
forma milagrosa por un ermitaño llamado Pelayo, que junto con el obispo de Iria
Flavia y guiados por unas luces, llegarán a la tumba del apóstol Santiago y sus
dos discípulos: Teodomiro y Anastasio.
El
descubrimiento de esta reliquia, que se produce bajo el reinado de Alfonso II,
será aprovechado hábilmente por los monarcas asturianos y leoneses por el
indudable prestigio que traería a su reino, nacido en torno al ideal unificador
de la monarquía hispanovisigoda y como resistencia al poder musulmán de
Al-Ándalus.
El camino se encuentra señalizado por flechas y
vieras amarillas
Los monarcas asturleoneses
emprenden la construcción de sucesivas iglesias y catedrales cada vez más
grandes en el enclave compostelano. En el año 977 Almanzor destruye Santiago,
pero respeta la tumba consciente de que se trata de un importante centro
espiritual. El apogeo del camino viene dado en tiempos del románico: la orden
de Cluny promueve peregrinaciones a Santiago y se comienzan a construir
infraestructuras como puentes y hospitales en los lugares necesarios. Otro de
los factores
En el año 1073 comienza la
construcción sobre la tumba de la catedral románica que conocemos. A lo largo
de los siglos XII y XIII crece la popularidad del camino, sobre todo debido a
los Años Jubilares en los que se concede la indulgencia plenaria a los
peregrinos (que en Santiago suelen ser cada 6 años, mientras que en Roma cada
25). Otro de los factores que lo harían atrayente sería sin duda su cercanía a
En el año 1139 llevan a Santiago
el Codex Calistinus, famoso por haber
sido robado en el año 2011. Atribuido al papa Calixto II, contiene entre sus
capítulos lo que sería en la práctica la primera guía del camino de Santiago,
en la que también se describen los pueblos que lo atraviesan, no saliendo los
navarros muy bien parados: el citado libro califica a Navarra como una tierra
de buen pan y buen vino, pero pone a los navarros como un pueblo bárbaro,
colmado de maldades y perversiones, aunque reconoce su valía en combate y su
devoción religiosa.
Sin embargo, a partir del siglo
XIV el camino entra en declive: la peste negra que asola Europa y la aparición
del Protestantismo son duros golpes, pero las amenazas del pirata Francis Drake
de atacar la ciudad y destruir la tumba suponen la puntilla final, ya que ante
esto, el arzobispo oculta los restos del apóstol llevándose el secreto a la
tumba.
Los restos del apóstol no volverán a ser encontrados hasta finales del
siglo XIX, algo ratificado por las autoridades científicas de la época y el
propio papa León XIII. No será hasta finales del siglo XX cuando el Camino
recupere su antiguo esplendor. En 1993 el Camino de Santiago fue declarado
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Ilustración del Codex Calixtinus
Los Caminos de Santiago a
través de Navarra
El camino de Santiago
Francés es el más
famoso y transitado. La mayor parte de los peregrinos que pasan por Navarra comienzan
su periplo en la localidad francesa de San
Juan de Pié de Puerto y tras una etapa bastante exigente llegan a Roncesvalles, un punto de paso
histórico que ya en el siglo XII contaba con un hospital de peregrinos.
Los
finales de etapa más habituales del camino que prosigue son Zubiri, Pamplona, Puente la Reina,
Estella y finalmente Los Arcos. Un lugar curioso en este
camino y único en el mundo es la fuente del vino, a la altura del monasterio de
Irache. A partir de la villa de Viana entraremos en tierras riojanas, continuando
nuestra peregrinación a lo largo de más de 600 kilómetros hasta Santiago por
“el campo de las estrellas”.
El Camino de Santiago
Aragonés es otra de las
variantes del Camino Francés. Entra en España por el paso de Somport, en el Pirineo Aragonés,
prosiguiendo por Jaca, Arrés y el pueblo abandonado de Ruesta (ocupado por anarquistas de la
CGT, por la gracia de la DGA). Al transcurrir buena parte del camino por
tierras del Pirineo Oscense, este camino es de una belleza singular.
El camino aragonés entra en
Navarra haciendo parada en Sangüesa.
La siguiente escala será Monreal y
la última será Puente la Reina, ya
que aquí confluye con el Camino Francés. Una última joya que nos depara este
camino es la ermita de Santa María de Eunate, que aúna una singular belleza y
una rica historia ligada al misterio de los caballeros templarios.
Hispano