Las elecciones generales del 2015 van a pasar a la historia como los comicios que definitivamente rompieron el bipartidismo en España, sólo el tiempo dirá si este sistema y sus partidos tradicionales se mantienen o si por el contrario se disuelven en la vorágine de siglas emergentes.
A nivel nacional, como se venía preveyendo la fuerza más votada ha sido el Partido Popular con 123 escaños, unos resultados muy alejados de su mayoría absoluta de 186 diputados en el año 2011 y que hacen difícil que Mariano Rajoy repita de nuevo al frente de la Moncloa, puesto que ni con el apoyo de Ciudadanos -cuarta fuerza con 40 escaños- lograría alcanzar los 176 diputados necesarios para lograr una mayoría. Dejando a un lado el juego de las alianzas, como primera fuerza se puede dar también un ejecutivo popular en minoría, pero esto daría como resultado un gobierno inestable que necesitaría negociar cualquier tipo de medida en un Hemiciclo con múltiples colores.
Por otro lado, el PSOE se mantiene también como segunda fuerza, pero Pedro Sánchez sale bastante tocado al haber cosechado los peores resultados de la historia de su partido en esta democracia. La formación socialista ha logrado 90 escaños, bastante por debajo de la barrera psicológica de los 100. Un triunfador claro de esta noche ha sido Pablo Iglesias, que con 70 escaños y una diferencia de tan sólo dos puntos con respecto al PSOE, ha logrado materializar su remontada y es una pieza indispensable en cualquier tipo de gobierno que gire en torno a la izquierda, que necesariamente también habría de contar con el apoyo de otras formaciones de extrema izquierda o nacionalistas, algo bastante dificultoso si consideramos al PSOE como un partido con visión nacional.
Finalmente, los comunistas de Izquierda Unida se consolidan como una opción residual, los partidos nacionalistas aumentan o disminuyen sus apoyos de manera caótica y otros partidos con propuestas interesantes como UPyD y Vox, no logran representación alguna en la cámara.
En Navarra los grandes perdedores han sido los grupos abertzales, ni Geroa Bai/PNV, ni Bildu han logrado representación por la Comunidad Foral, Podemos ha comido de su pastel alzándose de forma inesperada con dos diputados. Se puede dar por satisfecha también la coalición de UPN-PP, que logra también dos escaños en Navarra como la fuerza más votada a pesar de perder votos, de la misma manera que el PSOE, que salva los muebles con un escaño.
En definitiva, estas elecciones del todo atípicas nos dejan un Congreso de los Diputados en un estado caótico y casi ingobernable. En estos meses puede pasar de todo, que nadie se confíe: no ha tardado nada Pablo Iglesias en comparecer exultante tras confirmar sus resultados y una de las primeras cosas de las que ha hablado ha sido de la que estas elecciones constatan una realidad "plurinacional" en España. Navarra está en peligro y frente a quienes tan sólo defienden sus escaños, nosotros trabajamos por crear una alternativa al monopolio cultural abertzale, así que ven con nosotros a defender la Navarra española, será divertido y les pararemos.
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