Hace un par de semanas nos tocaba hablar de cómo Joseba Asirón -el inmerecido alcalde bildurri que con un 16% de los votos le ha tocado sufrir a esta ciudad por obra y gracia de Geroa Bai, Podemos e Izquierda Unida- estaba politizando los espacios públicos al servicio de su ideología abertzale. Hoy la pura actualidad nos hace hablar de cómo Asirón está politizando la cultura, y en concreto las tradiciones populares, todo esto en pro de una Pamplona y una Navarra más abertzales, más hipócritas y más idiotas.
Por todos es sabido que Asirón se niega a acudir como alcalde a cualquier tipo de ceremonia religiosa importándole bien poco el lado tradicional que algunas de estas puedan tener para la ciudad de Pamplona, por ejemplo la misa en honor de San Saturnino a la que acudían las anteriores corporaciones por ser el patrón de la ciudad, el 29 de noviembre y durante muchos siglos. Esto no quita que Asirón se dé al postureo más cutre y superficial como organizar una suerte de "procesión" laica con el Santo, hasta la iglesia en la que se va a celebrar la misa que él ha eliminado del programa municipal.
La semana pasada Joseba se volvía a lucir con dos nuevas 'asironadas'. En primer lugar, el equipo municipal de Bildu esta vez se negó a participar en la procesión de San Blas del miércoles día 3, otra tradición muy arraigada en la ciudad y en la que el ayuntamiento debería acudir en cuerpo de ciudad y esto es porque representan a Pamplona -nos guste o no- y no al 16% que les ha votado, por lo que deben mantener las tradiciones de la ciudad por encima de sus fobias ideológicas.
Eso sí, Asirón no dejó pasar la oportunidad de convocar a la prensa para darse un paseo por el tradicional mercadillo de dulces que se da por San Blas en la plaza de San Nicolás. Hay que recordar que si cada año se da este mercado caracterizado por sus pirulís rojos en honor a San Blas, es por ser el patrón de las enfermedades de la garganta y los laringólogos. Y esto va más allá del postureo de personajes como nuestro alcalde que no van a una procesión por ser una tradición cristiana, pero sí a un mercadillo cuya razón de ser es otra tradición cristiana.
Joseba Asirón se parece cada vez se parece más a el Gato de Schrödinger, sólo que en este caso un día omite el acudir a una procesión por puro ateísmo militante, mientras que al siguiente detiene el pleno del Ayuntamiento -el único del mes- para acudir a ver los Coros de Santa Águeda. Santa Águeda es otra virgen y Santa cristiana en este caso oriunda de la isla de Sicilia. Fue torturada y martirizada por su fe Cristiana, hasta el punto de seccionarle los pechos. Por esto es patrona de las enfermeras y protectora de las mujeres en general.
El pasado jueves día 4 fue la víspera del día de Santa Águeda (el 5), es tradicional también en estas tierras que recorran los pueblos y las ciudades rondas de corales cantando coplas en honor a esta Santa, mientras golpean el suelo con varas de acebo siguiendo el ritmo. Pues bien, el alcalde bildurri mientras margina la tradicional procesión de San Blas, al día siguiente interrumpe su trabajo para acudir a ver las rondallas de Santa Águeda de forma muy entusiasta. ¿Quizás su repentino interés por la religión tenga que ver con esa canción que dice que es "el día de Euskal Herria"?
Parece ser que es progresista celebrar unos Santos cristianos pero otros no, si es que estos no sirven para sustentar su pseudocultura abertzale, claro está. Quieren un cristianismo manipulable al servicio de su nueva “fe” nacionalista. Éstos no son laicos, ni ateos, no se hagan ustedes ilusiones: son profundamente hipócritas y cutres.
Por todos es sabido que Asirón se niega a acudir como alcalde a cualquier tipo de ceremonia religiosa importándole bien poco el lado tradicional que algunas de estas puedan tener para la ciudad de Pamplona, por ejemplo la misa en honor de San Saturnino a la que acudían las anteriores corporaciones por ser el patrón de la ciudad, el 29 de noviembre y durante muchos siglos. Esto no quita que Asirón se dé al postureo más cutre y superficial como organizar una suerte de "procesión" laica con el Santo, hasta la iglesia en la que se va a celebrar la misa que él ha eliminado del programa municipal.
La semana pasada Joseba se volvía a lucir con dos nuevas 'asironadas'. En primer lugar, el equipo municipal de Bildu esta vez se negó a participar en la procesión de San Blas del miércoles día 3, otra tradición muy arraigada en la ciudad y en la que el ayuntamiento debería acudir en cuerpo de ciudad y esto es porque representan a Pamplona -nos guste o no- y no al 16% que les ha votado, por lo que deben mantener las tradiciones de la ciudad por encima de sus fobias ideológicas.
Eso sí, Asirón no dejó pasar la oportunidad de convocar a la prensa para darse un paseo por el tradicional mercadillo de dulces que se da por San Blas en la plaza de San Nicolás. Hay que recordar que si cada año se da este mercado caracterizado por sus pirulís rojos en honor a San Blas, es por ser el patrón de las enfermedades de la garganta y los laringólogos. Y esto va más allá del postureo de personajes como nuestro alcalde que no van a una procesión por ser una tradición cristiana, pero sí a un mercadillo cuya razón de ser es otra tradición cristiana.
Joseba Asirón se parece cada vez se parece más a el Gato de Schrödinger, sólo que en este caso un día omite el acudir a una procesión por puro ateísmo militante, mientras que al siguiente detiene el pleno del Ayuntamiento -el único del mes- para acudir a ver los Coros de Santa Águeda. Santa Águeda es otra virgen y Santa cristiana en este caso oriunda de la isla de Sicilia. Fue torturada y martirizada por su fe Cristiana, hasta el punto de seccionarle los pechos. Por esto es patrona de las enfermeras y protectora de las mujeres en general.
El pasado jueves día 4 fue la víspera del día de Santa Águeda (el 5), es tradicional también en estas tierras que recorran los pueblos y las ciudades rondas de corales cantando coplas en honor a esta Santa, mientras golpean el suelo con varas de acebo siguiendo el ritmo. Pues bien, el alcalde bildurri mientras margina la tradicional procesión de San Blas, al día siguiente interrumpe su trabajo para acudir a ver las rondallas de Santa Águeda de forma muy entusiasta. ¿Quizás su repentino interés por la religión tenga que ver con esa canción que dice que es "el día de Euskal Herria"?
Parece ser que es progresista celebrar unos Santos cristianos pero otros no, si es que estos no sirven para sustentar su pseudocultura abertzale, claro está. Quieren un cristianismo manipulable al servicio de su nueva “fe” nacionalista. Éstos no son laicos, ni ateos, no se hagan ustedes ilusiones: son profundamente hipócritas y cutres.
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