Inocente de mí, este sábado me
acerqué a los puestos del Día del Libro en busca de algo
interesante y me encontré con que la pequeña feria que había se
convirtió en la feria del libro (del libro de papel de liar). Según
llegaba a Carlos III pude ver varios puestos, todos con nombres
“euskéricos” excepto el stand de El Corte Inglés. No quise
juzgar en un primer momento a los vendedores ni a la gente que acudía
pero me gustaría describir brevemente esta atmósfera.
Gran masa de gente y diversas carpas
para cada tienda, también había una carpa con un pequeño
espectáculo musical del que podrían disfrutar pequeños y mayores,
nada más llegar pude escuchar la palabra “antifascista” varias
veces al hombre que tenía el micrófono. Inspeccionando uno a uno
los puestos, pude ver que el único libro útil que había era sobre
recetas de Carlos Arguiñano, el resto sólo era un costoso papel
higiénico. Todos los puestos los protagonizaba en primera línea una
serie de libros escritos por nuestro alcalde Joseba Asirón, pude ver
que uno de ellos trataba sobre la evolución de Pamplona y otro era
un simpático cómic elaborado en colaboración con Stan Lee.
Bromas aparte, lo que más me impactó
fue un libro de tiras cómicas con apariencia algo infantil lleno de
propaganda abertzale y todo tipo de injurias:
¡Ah! Y también encontré una guía
del País Vasco con una curiosa cruz gamada en su portada.
Analizando lo comentado previamente, a
mi entender, la feria del libro es un evento público donde todo tipo
de librerías pueden participar y adaptarse a diversos tipos de
público. Por lo que vi, el kanvio ha enchufado a las librerías
afines a la izquierda abertzale y no sólo eso, sino que ha puesto a
la venta el repertorio de libros más propagandístico que tenían.
Libros de Otegi, corralitos forales, CAN, agramonteses, historia de
euskal herria... Lo más inverosímil de este día era encontrarse el
libro “Relatos de plomo”, totalmente ilocalizable. Me gustaría
saber a qué límites vamos a llegar, si se permite politizar algo
tan cotidiano y participativo como el día de San Jorge, los
euskosanfermines y las euskonavidades están de camino, sin
movilización y permitiendo que se den este tipo de situaciones sólo
alimentamos la ambición territorial hitleriana del nacionalismo que
poco a poco va adueñándose del folclore local y regional además de
inventarse otro tipo de usanzas.
Sugiero que la próxima vez no se vendan biblias (y otro tipo de libros) en euskera, a más de uno le haríais pensar que sois parte del rancio sacerdocio ultracatólico.
P.D.: Pensaba que no se podían editar libros en euskera en los años 40 y 50.
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