martes, 12 de abril de 2016

¿El PNV de Navarra no se merece una exposición?


El Parlamento de Navarra es la sede de una exposición sobre la Guerra Civil de 1936-1939, del título muy original 'Navarra-1936-Nafarroa'. Evidentemente es una prioridad. Como en Navarra no hay paro, no hay corrupción, no hay quiebras fraudulentas y no ha habido un terror abertzale sanguinario mucho más cercano, reciente, sanguinario e impune, la prioridad de los políticos del Cuatripartito de Uxue Barkos es una guerra de hace 80 años, contada a su modo. A su modo de ahora, claro.

Koldo Martínez, fracasado en las elecciones de diciembre de 2015, es el portavoz de Geroa Bai, la marca navarra del PNV, y navega con alegría en las turbulencias de Twitter. Lo cual, atrapado entre su militancia, sus planes políticos y la historia de su sigla, le ha hecho dar más de un resbalón. Alguno de ellos, reciente.


Ante la exposición, lo menos preocupante de este acto folklórico conjunto de Geroa Bai con Bildu, IU y Podemos es cuanto cueste. Qué son 6.000 eurillos para imponer a machamartillo la “versión oficial” de algo sucedido cuando nuestros abuelos eran niños o ni eso. Minucias. Bastante más importantes eran los 180 euros de donativo al Ángel de Aralar, y ahí sí que el Parlamento ha sido inflexible y laicamente soberano, como no podía ser menos.

Para Koldo Martínez tampoco es muy grave que, como dicen que PP y UPN han denunciado (pero poquito y prudentemente), la exposición contenga "una grave ofensa hacia instituciones como la monarquía y la Iglesia católica". Si fuesen cosas auténticamente importantes, como lo son sus amigos de Palestina, las peñas abertzales de Sanfermín o la hinchada batasuna encapuchada de Osasuna, ahí sí, ahí los políticos abertzales saldrían como una sola mujer y un solo hombre a la defensa. Pero insultar al Jefe del Estado y más aún ofender a la religión mayoritaria de los navarros, dónde vamos a parar, eso es cosa de nada.

Pero supuestamente no debería haber sido así para Koldo Martínez. Extraña ver, en una exposición pública, pagada con dinero de todos y en un Parlamento que dicen que es de todos, que se hable de '80 años de represión en Navarra' sin mencionar a un pequeño partido navarro. El partido de Koldo Martínez. Pequeño era entonces y diminuto sigue siendo ahora es verdad, pero en 1936 había PNV en Navarra y, aunque se le vea más bien poco, también lo hay ahora, llevando el timón de Geroa Bai.

Y en la exposición, llena de opiniones muy opinables y de datos sin demostrar o demostradamente falaces, simple exposición de una visión ideologizada nacionalista-marxista de las cosas, no aparece el PNV. Pobres. Pequeñines. Qué terrible destino el de los nacionalistas navarros en 1936 y después, reprimidos, oprimidos y sin voces públicas durante 40 terribles años.

¿O no fueron tan terribles? Porque la dirección del PNV navarro, como el alavés, en último extremo decidió apoyar con todos sus fondos al bando sublevado. Que al fin y al cabo defendía lo que para el PNV era (y ya no) algo esencial, los valores cristianos y la Iglesia católica, que en la zona del Frente Popular estaba produciendo al mismo tiempo decenas de miles de mártires hoy canonizados. ¿Habrá que condenar al PNV navarro como partido profranquista, golpista, represor, al menos en Navarra? ¿Será Geroa Bai un instrumento póstumo del franquismo?

Y los nacionalistas, reprimidos… reprimidos como Miguel Javier Urmeneta, líder juvenil del PNV en 1936, voluntario en primera línea con los nacionales desde el primer momento, condecorado, convertido en militar profesional, voluntario en la Wehrmacht de Hitler en la División Azul, y después alcalde de Pamplona y diputado de Navarra con Franco. Un enemigo de la democracia, un hombre que habría que borrar de la memoria d elos navarros… ¿O no? Quizá la memoria sesgada del Cuatripartito haya hecho olvidar al PNV golpista y clerical y a sus afiliados profranquistas y prohitleriano. ¿O Koldo Martínez no conoce la historia y la identidad de su partido? O quizá sea mejor atenernos a una memoria objetiva y no a esa vergonzosa propaganda radical pagada por todos en el Parlamento, tan anormalmente olvidadiza con aquel memorable PNV de antes de Koldo Martínez.

Caius

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