Gran parte de los barrios de la periferia de Pamplona, fueron construidos por el patronato Francisco Franco y algunos pudieron ver cómo al inaugurar las viviendas los habitantes exaltaban el franquismo como auténticos fanáticos. A día de hoy, la mayoría de estos barrios son frecuentados por ultras abertzales que lo único que hacen es intentar borrar e inventarse la historia de Navarra. La chantrea, un barrio profundamente franquista, ha dado por finalizadas sus fiestas vecinales, a las cuales todos están invitados, pero que representan a muy pocos.
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La chantrea, conocida por el populacho como “barrio conflictivo”, es el barrio de residencia de ilustres hijos de puta como Mikel Gil Cervera (3 asesinatos a sus espaldas), Joseba González Pavón (agradable chaval que colaboró en el traslado de explosivos), Ugaitz Astiz (miembro del comando Urederra) y Patxi Ruiz, un etarra que recibió un navajazo en prisión por parte de un gitano al que muchos le debemos una caña. Estos solamente son unos pocos nombres en comparación con el número real de terroristas que han vivido en este barrio y que, curiosamente, la gran mayoría recibieron educación religiosa en colegios privados.
Respecto a sus festejos, sólo decir que son la basura de siempre, pegatas de ETA por aquí, pintadas por allá, verbena politizada por un lado, pregones a favor de la amnistía por el otro... Todo esto lo podemos ver también en fiestas de Iturrama, Barañain, Burlada, Rochapea, Villava, San Jorge, Mendillorri etc. El punto más asqueante de estas fiestas es su juventud, jóvenes consumiendo drogas duras allá donde lo mires, litronas sujetadas por niños de 12 años que deberían hacer algo más productivo con su vida. Contemplar estas cosas es una de las sensaciones más repugnantes que puede llegar uno a tener, ver cómo el futuro de este país se fuma sus neuronas mientras le infestan la mente con ikurriñas y apología a auténticos criminales.
Lo peor de todo es que el sistema educativo actual se encargará de que este tipo de gente acabe licenciándose en economía, RRHH, derecho, o incluso llegue a gobernarnos cuando realmente se deberían dedicar a la recogida de deshechos o alguna labor del estilo. Con tonterías como esta, el nacionalismo avanza apresuradamente y crea un Síndrome de Estocolmo universal, en el que podemos ver como “maketos”, hijos de policías y militares, inmigrantes o gente afín al voto constitucionalista acaban siendo adiestrados por la extrema izquierda radical a base de mentiras e invenciones que hacen que esta muchedumbre carente de personalidad y valores discriminen todo lo relacionado con España.
Politizar las fiestas populares es un dogma en la vida diaria del necio aberchándal, me gustaría saber si las fiestas de cualquier pueblo del resto de España acaban estando tan vinculadas a la política basura. Dudo mucho que en las fiestas de Buñuel, Ribaforada o Cintruénigo se hagan unos festejos para nada populares y totalmente discriminatorios. Ojalá realmente existiesen unas fiestas populares libres de juicios políticos en las que un individuo pueda exhibir una rojigualda sin que le apuñalen o le den una paliza, unas fiestas en las que pueda decir abiertamente que los únicos torturados son las 857 familias que jamás volverán a ver a sus seres queridos, unas fiestas en las que pueda participar voluntariamente sin política de por medio o unas fiestas en las que no me vea obligado a pagar una voluntad por miedo a que me revienten el negocio.
Mientras tanto, seguid dejando a vuestros hijos frecuentar estos festejos totalmente embrutecedores y abobantes, si eres abertzale, disfruta de la pérdida masiva de neuronas... lo dicho... ¡Por unas fiestas libres de juicios políticos!
Legio IX
Animo, de todo se sale.
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