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lunes, 9 de mayo de 2016

Invasores, colaboracionistas, resistentes. Y no es historia, es Navarra


Cuando hay una invasión y una conquista todas las opciones de los invadidos se reducen a cuatro: o seguir resistiendo contra la invasión, dentro y fuera del país, en las calles y en las montañas, como sea; o huir del país y convertirse en refugiados; o quedarse en el país, a la espera de que las cosas cambien para acabar de un modo u otro adaptándose a la ocupación; o, por supuesto, colaborar con los invasores en la ocupación. Estos mismos días el primer ministro israelí Netanyahu ha anunciado que la ocupación y anexión de los Altos del Golán en Siria es “irreversible”, y por tanto los sirios que huyeron desde 1967 son para siempre “refugiados”, los que resistan dentro del territorio “resistentes” perseguidos, y los drusos que aceptan la anexión a Israel “colaboracionistas”.

Esto de la colaboración tiene su interés aquí y ahora, porque hace muy pocos días que la inefable presidenta Uxue Barkos anunció que Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca firman el martes 10 de mayo “la ampliación de su ámbito de colaboración”, con lo que ellos llaman “actuaciones en 18 ámbitos concretos”. Traducido a un leguaje más comprensible, los abertzales de la región vecina quieren anexionar Navarra, y los abertzales de Navarra –y algunos que quieren lucro personal- quieren “colaborar” con la invasión y la anexión. Geroa, Bildu y sus amigos y socios son los drusos de Navarra, y el nacionalismo completa ahora con la fuerza de la palabrería la invasión en la que ETA falló por la fuerza.


Uxue Barkos e Iñigo Urkullu no hablan de igual a igual: ella es la presidenta de un gobierno autónomo en minoría y colaboracionista, él es de momento el líder político de los que quieren una Navarra primero empapada y luego anexionada a su amado Euskadi. Para que la invasión funcione hacen falta colaboracionistas.

El Gobierno de Navarra ya ha aprobado “un protocolo general de colaboración entre Navarra y la CAV” que pomposamente dicen que “sienta las bases para la cooperación de ambas comunidades y se definen sus cauces de relación”. Un marco legal para la colaboración con los abertzales anexionistas, “en dieciocho áreas de actuación correspondientes a los ámbitos económico, social y cultural, administrativo, así como de infraestructuras y tecnología”. O sea, en todo; a partir de ahora, y pagando Navarra, lo oficialmente bueno es colaborar y lo oficialmente malo es negarse a someterse y resistir a la invasión.

Esto es lo que ellos mismos llaman la "normalización de relaciones". Normalización desde su punto de vista, claro, porque para ellos lo “normal” sigue siendo su sueño eterno de anexión de Navarra y secesión de España, a lo que los socios marxistas de Bildu y algunos de Podemos añaden –y en eso el PNV llora- el socialismo.

¿Qué es “colaborar” conforme al protocolo impuesto por Urkullu a la complaciente Barkos? Es “el fomento del euskera y las emisiones de ETB”, justo cuando los tribunales acaban de sancionar que en ambas políticas Barkos y los suyos han estado yendo contra la Ley y contra la voluntad de los navarros.

Los colaboracionistas dicen que Navarra y las tres provincias a su Noroeste tienen “especial relación que se caracteriza por una afinidad histórica, cultural, lingüística, turística y sociocultural, y comparten una larga tradición de colaboración". Y es verdad: esa relación se llama España, y es una relación especial, tan especial como que pertenecemos a la misma Nación y heredamos la misma Patria… la misma que con Aragón, con La Rioja, con Castilla y con Murcia.

¿Por qué vamos a tener 18 ámbitos de colaboración especiales con el Gobierno abertzale de al lado, y no con el resto de España? Porque no se colabora en beneficio de los navarros, sino de la ideología de esa minoría separatista. Por supuesto que conviene que los servicios sociales, salud y consumo, juventud y deporte, educación y cultura, paz convivencia y derechos humanos, turismo, medio ambiente, ordenación del territorio; desarrollo agrario y rural, hacienda, política financiera y por supuesto protección civil y seguridad pública se desarrollen en Navarra colaborando con todos los demás españoles. Pero hacerlo sólo con los vecinos vasquistas implica que lo que se hace es colaborar con la sumisión a esa ideología derrotada en las urnas y a su proyecto de sumisión de Navarra.Lo llaman colaboración, pero es, a la vez, ruptura de España –por alejamiento del resto- y sometimiento al Gobierno de Vitoria.

Esas 18 áreas de colaboración son todo un gesto: es un aplauso a los invasores y un apoyo a la invasión. Ese acuerdo entre Urkullu y Barkos crea y multiplica una fractura entre los navarros. Algunos se irán, como ya se fueron del país Vasco sin que nadie los proteja como refugiados. Otros callan y esperan, sin darse cuenta, como no se dan cuenta los políticos profesionales de los partidos hasta ahora relevantes, sea PSN sea UPN sea PP, de que quien calla otorga. Otros colaboran con la invasión anexionista que primero invade con las ideas, luego con las instituciones y al final lo hará con fronteras y barreras, pues armas ya han usado hace mucho. ¿Y los demás? Nosotros no colaboraremos, nosotros RESISTIREMOS por Navarra foral y sin discusión ESPAÑOLA.


Caius

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