jueves, 30 de junio de 2016

El mito en torno al asesinato de Carrero Blanco


El 20 de diciembre de 1973 la organización terrorista ETA efectuaba el último magnicidio hasta la fecha en España (entre 1870 y 1973 fueron asesinados seis presidentes del gobierno en nuestro país). Este asesinato ha producido ríos de tinta (artículos, libros, documentales....) y se ha especulado mucho tanto en quienes lo realizaron como en los efectos del mismo. En cuanto a lo primero, la versión oficial y en este caso coincidente con la realidad, un comando de ETA fue el encargado de asesinar al almirante, sin embargo, pruebas cada vez más solidas apuntan a un más que probable apoyo exterior.

Aunque a muchos les parezca increíble, todavía hoy una parte de la izquierda española considera que la democracia en España se la "debemos" a ETA

Sin embargo, nuestro análisis se va a centrar principalmente en los efectos del asesinato del presidente del Gobierno. En el presente artículo vamos a distinguir por un lado, el impacto del magnicidio en la historia de España, y por otro, en la historia de la propia ETA. Como antecedente para situarnos, Luis Carrero Blanco nació en Santoña en 1904, ingresó en la marina en 1918. Durante la guerra civil (1936-39) participó en el bando nacional como marino con el grado de capitán de Corbeta. Para 1941 es nombrado subsecretario, en 1951 ministro de la Presidencia, en 1967 vicepresidente y ya en junio de 1973 Presidente del Gobierno.

En cuanto al impacto del asesinato de Carrero Blanco para la historia de España, fue mínimo ya que no alteró en lo más mínimo el rumbo que tenía el régimen franquista, que para entonces había apostado por la apertura, la sucesión de Juan Carlos a Franco y la reforma hacia una "democracia" más o menos homologada a Europa occidental. Muchos autores han querido ver de manera interesada y subjetiva al almirante como delfín y sucesor de Franco, sin embargo, pasan por alto que el mismísimo Franco había nombrado como sucesor suyo en la Jefatura del Estado franquista a Juan Carlos de Borbón el 22 de julio de 1969. Además, Carrero Blanco fue uno de los principales valedores del joven príncipe ante Franco, frente a la familia del dictador que pugnaba por qué el general nombrara a Alfonso de Borbón (entonces marido de la nieta de Franco) como sucesor regio.

El almirante-presidente del Gobierno Luís Carrero Blanco, conservador y monárquico empedernido, fue uno de los principales valedores del joven príncipe Juan Carlos como sucesor de Franco en la Jefatura del Estado, algo que choca con aquellos que defienden la tesis de un Carrero como "sucesor" del dictador a la muerte de éste.

Asimismo, Carrero Blanco había manifestado en multitud de ocasiones que, en caso de sobrevivir al generalísimo, dimitiría de todos sus cargos y se retiraría. Por si fuera poco, el almirante hizo una parte importante de su carrera militar en cargos políticos y administrativos, lo que generó dentro del arma de marina numerosas reticencias hacia su figura, por lo que, no gozaba del prestigio militar suficiente como para haber utilizado al ejército como lobby de presión frente a los intentos de apertura democrática que se sucedieron a la muerte de Franco. Y a mayor abundamiento, el servicio secreto antecedente del actual CNI fundado por el almirante en 1972, el SECED, tuvo entre sus cometidos apoyar la creación de los futuros partidos políticos como UCD y AP, o la refundación de un PSOE alejado de postulados marxistas.

Como podemos comprobar a la luz de los datos aportados, ni el almirante Carrero Blanco tenía voluntad de perpetuarse en el poder y "estirar" el régimen franquista, ni los pasos que dio desde el poder apuntaron en esa dirección, ni tuvo poder suficiente en la estructura de poder franquista para haberlo intentado. Lo que sí pudo ocurrir "gracias a ETA" es que el sector duro del régimen, conocido entonces como "bunker", hubiera aprovechado el magnicidio para dar un golpe de timón y impedir el proceso democrático, cosa que intentaron sin éxito ya que para entonces carecían de una gran base social ni poder real dentro de las estructuras del Estado.

Curiosamente respecto a la organización terrorista, ocurre todo lo contrario, y el asesinato del presidente del Gobierno no solo fue un salto cuantitativo y cualitativo de sus actividades criminales, sino que le catapulto a la fama internacional. De hecho, gracias al "proceso de Burgos" (juicios sumarísimo a miembros de ETA en 1970 por delitos de sangre) y el magnicidio de Carrero Blanco, los criminales de ETA gozaron de gran aceptación en sectores izquierdistas (comunistas y no comunistas) de toda Europa, hasta el punto de que todavía hoy muchos los consideran paladines de la democracia. 

Personajuchos de todo el espectro de la extrema izquierda en España no dudan en mostrar sus simpatías hacia los criminales de ETA; cuperos, titiriteros varios, miembros de IU, podemitas, miembros del pseudo-sindicato andaluz SAT..., simpatías que vienen no solo del "anclaje ideológico" en la izquierda de los etarras, también de sucesos como el Proceso de Burgos, el asesinato de Carrero o los fusilamientos de los etarras Juan Paredes "Txiki" y Juan Otaequi el 27 de septiembre de 1975

Finalmente, no quisiera terminar el artículo sin plantear el eterno dilema: ¿hubo conexión internacional en el atentado?. Unos lo niegan categóricamente, otros lo afirman cada vez con argumentos y pruebas más solidas. Señalaremos tres apuntes para que el lector se pueda hacer una idea. En primer lugar, el almirante Carrero Blanco resultaba molesto en el panorama internacional por su impulso al programa nuclear militar español y por su oposición a apoyar a Israel en la guerra del Yom kipur en octubre del 73. En segundo lugar, el terrorista-mercenario internacional Ilich Ramírez "Carlos" y "Chacal" afirmó recibir el encargo de asesinar a Carrero Blanco y poco después recibir órdenes para que dejara el asunto ya que la ETA se iba a encargar de ello. Y en tercer y último lugar, la conexión de ETA con la CIA vendría de la excelente relación del PNV con la agencia norteamericana, y siendo ETA una escisión de las juventudes peneuvistas, como afirman numerosos escritores como Pilar Urbano, la relación continuó entre miembros de las primeras cúpulas etarras y los useños. 


Portadas de cuatro excelentes trabajos que ponen de relieve verdades ocultas de la transición, muchas de las cuales resultarían incomodas a numerosos sectores, incluyendo a los separatistas y la izquierda radical

Viriato

miércoles, 29 de junio de 2016

Txosnas, speed y rokanrol (el consumo de la falsa conciencia)

Ya falta muy poco para los Sanfermines y debido a esto reproducimos aquí un artículo con mucha autocrítica, sacado de un portal afín a la extrema izquierda que nos sirve para ver la clase de personajes que con demasiada frecuencia se mueven en torno al submundo de las "fiestas populares" organizadas por la izquierda abertzale.


La pervivencia a lo largo y ancho de Euskal Herriak de las txosnas (con diferencias notables en cuanto a permisividad y número de una localidad a otra), parece contrastar con el declive del tejido combativo vasco. Una contradicción que no se revela tan abismal si se observa desde dentro que, en muchas ocasiones, el desarrollo de una actividad supuestamente militante no deja de ser sino el mantenimiento de unas rutinas lúdicas y ociosas. Sin querer ni poder fijar un punto de inflexión en torno a este proceso, es sencillo constatar la desaparición de una cultura militante basada en el trabajo y el compromiso, en beneficio de otra fundada en el deseo, la apetencia o el mero capricho.

¿Cómo se manifiesta esto en los espacios pretendidamente políticos? Los eventos lúdicos copan la práctica totalidad de los calendarios de gaztetxes y centros sociales en su sentido más amplio. Los actos de enfrentamiento y conflicto con la realidad palidecen en número si se comparan con la proliferación de saraos alternativos: conciertos, jantokis, fiestas horteras... que muchas veces degeneran en festivales de deliberada marginación, malditismo y autocomplacencia. El denominador común de todo ello es el consumo, tanto de mercancías (drogas legales o ilegales, discos, camisetas...) como de ideología (eslóganes breves y fácilmente digeribles, modas «radicales», estética... falsa conciencia en definitiva). Y poco cambia que todo ello se haga a precios populares o en lugares liberados (de qué, se pregunta unx). Un ejemplo ilustrativo de todo esto es que el colofón de una jornadas, que generalmente se suele tratar de un concierto, congregue a más personas que el resto de actividades planeadas dentro de ellas, generalmente con unos fines más divulgativos y didácticos (charlas, debates, pases de videos...).

Dentro de este despropósito habitual, las txosnas ocupan un lugar privilegiado. Se antoja obvio matizar que no son lo mismo fiestas de Gasteiz (con menor asistencia de gente) que Aste Nagusia de Bilbo (masificadas y turistizadas) o Santurtzi, como tampoco lo es saber que el dinero aportado se destina a una lucha real (asistencia y apoyo a presxs, ciertos conflictos locales...) que a financiar más cenas o conciertos. Si hubo un tiempo en que el montaje de txosnas adquiría su sentido en la financiación de una labor política, no resulta excesivo aseverar que a día de hoy, los medios se han convertido en un fin en sí mismo.

Desde otro punto de vista crítico, resulta evidente que las txosnas funcionan gracias al consumo. Sin el derroche que se ejercita durante las fiestas es impensable el mantenimiento de las decenas de ellas que se dan cita en algunos pueblos y ciudades. Este consumismo se traduce en desagradables consecuencias que a menudo no se desean afrontar. Por un lado, las toneladas de desperdicios, basuras y fluidos humanos de diversa procedencia que no son los propios organizadores, sino empleados de las instituciones públicas, quienes recogen. Claro que, esto no es más que otro de los efectos que se desprenden de la degradación del término autogestión, que en lugar de entenderse como una aspiración a gestionar de modo directo todos los ámbitos y problemas de la vida, ha pasado a considerarse como un mero acto de recaudación. Así, cualquier concierto o actividad de autofinanciación (normalmente acompañada de venta de alcohol u otras cosas) se celebra como una declaración de autonomía financiera. Otro de los aspectos que se suele pasar por alto es un modelo festivo embrutecedor y alienante, en el que las relaciones sociales generalmente están pasadas por el filtro de las drogas y la música atronadora. En una sociedad en la que se han roto o deteriorado muchas formas de relación no mercantilizadas hay en general una pérdida de espontaneidad (en lo sexual y en lo relacional), sustituida por una pseudoespontaneidad en la que a menudo el alcohol y otras drogas actúan como ineludibles elementos desinhibidores. Esto da pie a un masivo descontrol en que el recinto de txosnas se convierte en un lugar propicio para todo tipo de conductas inaceptables (agresividad, baboseo, robos y atropellos a personas que sufren los rigores de las drogas consumidas...) o que incluso, a veces, sea la propia policía la encargada de velar por el mantenimiento de un cierto «orden» (una labor que debería recaer sobre los organizadores de este espacio en una muestra de soberanía colectiva frente a injerencias de autoridades externas).

En segundo lugar, semejante despliegue de infraestructura (grupos fantasma, partidos o asociaciones que tan solo hacen su aparición en estas fechas), proyecta un espejismo político y muy a menudo la falsa conciencia de estar participando en un proyecto que poco o nada tiene que ver con algo más que con una maquinaria recaudadora. Algo que hace que lo que las txosnas ofrecen pueda encontrarse, las más de las veces, en un bar «del rollo» cualquiera. Salvo excepciones contadas, en las que el consumidor sabe perfectamente qué ocurrirá con su dinero, el destino final de éste es una incógnita que no se materializa en un trabajo político concreto, eso sí, tampoco nadie demanda unos resultados materiales.

Ante todo esto, cabe preguntarse qué es lo que mantienen de populares las fiestas. El itinerario festivo se compone de excursiones por la geografía vasca en busca de txosnas y de lo que ello conlleva implícitamente; consumir, follar si surge la oportunidad y pasar la resaca o la gaupasa lo más dignamente posible. Se trata de un modelo adolescente, a menudo molesto para los propios habitantes y el ecosistema del pueblo y en el que las tradiciones locales y la participación real poco pintan.

Con todo lo comentado, no parece que las txosnas estén dotadas de demasiadas virtudes, no obstante, resulta un error no reconocer la posibilidad, casi única, de tomar durante un período de tiempo un espacio público y recaudar dinero para algunos casos muy concretos de conflictos auténticos. Por lo demás, lo lamentable sería que la desaparición efectiva de las txosnas no supondría ninguna catástrofe para lo que queda de movimiento popular, por el contrario, cristalizaría en la desaparición testimonial de determinados simulacros políticos que apenas existen más allá de su marca de empresa y de una ficticia o incluso falsa oposición al sistema. Un ejercicio éste, el del cierre voluntario de un chiringuito político, que por falta de honradez no suele llevarse a la práctica, prefiriendo que la inercia haga ese agónico trabajo.

martes, 28 de junio de 2016

Por qué no hay ‘Navarrexit’


Casi un 52% de los británicos que votaron el 23 de junio dijeron ‘No’ a que su país permaneciese en la Unión Europea. La Inglaterra profunda -los barrios de trabajadores ingleses y las zonas rurales- votó masivamente por esa salida no deseada por las grandes empresas ni por los inmigrantes. Por decisión de David Cameron hubo consulta democrática y ganó el ‘Brexit’.

¿Por qué Navarra no elige cada cierto tiempo su “futuro” en referéndum? Curiosamente la extrema izquierda más abertzale y piojosa de aquí está pidiendo que tomemos como modelo lo que allí ha querido la extrema derecha británica. ¿Por qué no se debe, ni se puede, plantear un ‘Navarrexit’?

Ante todo, porque el Reino Unido es un Estado soberano, y por tanto una comunidad capaz de decidir su futuro. Ya que hoy somos una democracia, lo hará votando, pero la clave es ésta: el sujeto soberano, que allí es el pueblo británico, aquí es el pueblo español. No hay Navarra fuera de España ni pueblo navarro fuera del pueblo español, y por tanto ni los navarros de hoy ni los del futuro han de ser preguntados por separado sobre si son lo que indiscutiblemente son –España y por ende Europa- o si pertenecen a un club tan peculiar y voluble como la Unión Europea.

Además, mientras que la UE es eso, un club de Estados soberanos y por tanto capaces cada uno de decidir si entran o salen, España no lo es: España es una comunidad popular forjada en los siglos, con la fusión de los pueblos prerromanos en la identidad romana a partir de Escipión, con la unidad política a partir de Augusto, con identidad propia y soberanía separada desde el reino visigodo de Toledo, con una personalidad cristiana desde Recaredo en 589 y con la larga batalla en común de la Reconquista. A lo largo de ese proceso y al término de él, España ES y dentro de ella, no como adición sino como mero matiz, nace Navarra. Y esta realidad no es susceptible de votación, ni de consulta.

Ontológicamente es inconcebible, si uno sabe qué es España y qué es Navarra, un ‘Navarrexit’. Navarra será lo que tenga que ser, ora reino, ora provincia, ayer tierra de batalla, mañana tierra de prosperidad, pero siempre en España. Por eso es un error, un error tan grande como el de Cameron, argumentar que los navarros hemos de ser españoles por conveniencia económica; en lo bueno y en lo malo, Navarra es España, y los intereses de unos caciques o las opiniones de unos analfabetos, por populares que se hagan, han de importar. Y por la misma razón que no hay ni habrá ‘Navarrexit’ fue un error mezquino, miope y mediocre la posibilidad abierta por la ‘Transitoria Cuarta’ en 1978. Aquí lo único que hay que decidir, y sólo a veces, es cómo somos España, no si lo somos porque eso es algo mucho más sólido que la popularidad de Bruselas en Inglaterra.

Caius

lunes, 27 de junio de 2016

¿Navarra está salvada? Creerlo es de tontos o de malvados


Hubo elecciones generales el 20 de diciembre, y ha vuelto a haberlas el 26 de junio, por si alguien no lo sabía. Quizás no sean las últimas este año, si los políticos siguen siendo incapaces de convertir en Gobierno la voluntad popular en las urnas. En España todo sigue igual. Y en Navarra casi igual.

En Navarra UPN-PP (en coalición) obtienen en junio como en diciembre algo más de 100.000 votos. Un leve ascenso y con la participación en ligero descenso; un voto estable, que no ilusiona pero al menos sí capitaliza el temor. Los 126.000 votos de 2011, que habían llegado a ser en su momento unos 150.000, bajaron a 101.000 y se han quedado ahora en 106.000. Suficiente para ganar, para superar el 30% y para tener dos diputados y tres senadores. Podemos no les supera, pueden salir diciendo que han ganado –lo que técnicamente es cierto- y nadie pierde su puesto. ¿Felices vencedores en una Navarra salvada de la amenaza izquierdista?

Lo cierto es que tanto UPN como PP están fuera del poder real en las instituciones navarras, excepto algunos Ayuntamientos, y que esto los está desgastando. Tienen menos afilados, menos entusiasmos y el único horizonte de ganar elecciones y recuperar el poder. Han mantenido su fuerza con el “voto del miedo”, arañando consensos a Ciudadanos (que baja en Navarra de los 25.000 de diciembre) y quizás a la abstención de los hastiados. Es un buen resultado a corto plazo, que sin embargo ni resuelve sus problemas internos, ni les da una meta clara y atractiva ni, sobre todo, los pone más cerca de derrotar al Cuatripartito de Uxue Barkos.

Podemos conserva por otro lado sus dos inesperados escaños  de diciembre - Ione Belarra y Eduardo Santos -  subiendo de 80.000 a más de 94.000 votos. Y aquí hay varias cosas dolorosas que recordar: si bien es verdad que han perdido como en toda España votos que han vuelto al PSOE y votos de IU que quizá no se han movilizado, han sabido conservar el grueso de Izquierda-Ezkerra y además pescar en los caladeros antes vedados de Bildu-Batasuna. Podemos es el “voto útil” para la izquierda y la extrema izquierda, y también para el descontento  juvenil e incluso para los separatistas. Son la columna vertebral en la sociedad real del Cuatripartito, y están curiosamente menos lejos de UPN-PP que en diciembre. En el conjunto de España no les ha ido bien pero en una Navarra radicalizada, con un centroderecha voluntariamente lejos durante décadas de las aulas y de los jóvenes y con una cuestión nacionalista añadida al resto de temas propios de Podemos, a los de Iglesias les ha ido bien, y van modestamente a más.

El PSOE temía ir a mucho menos, y se ha salvado. Los socialistas, que en 2011 fueron segunda fuerza, en diciembre perdieron  unos 20.000 votos, fueron tercera fuerza con sólo unos 55.000 y salvaron un solo diputado -Jesús María Fernández-, resisten y suben un poquito hasta los 57.000 y se quedan como terceros. Aquí ya hubo ‘sorpasso’ pero al menos no se ha agravado. En cifras, como UPN-PP, pueden decir que se han estabilizado, que suben y cuanto quieran decir. Pero el hecho es que su votante, fiel, está envejecido y desilusionado, carecen de actividad social y juvenil real –como UPN-PP- y han renunciado también a la batalla de las ideas, de la educación y de las imágenes. Sus carteles, a su modo eficaces, podían haber sido los deFelipe González en 1982. Tienen una crisis de afiliación y de activismo, y realmente no saben dónde van. La izquierda radical de Podemos es joven y sí tiene un proyecto social sugestivo… aunque aún sea minoritario.

¿Y los nacionalistas vascos? Por primera vez desde 2000, aunque no por primera vez en absoluto, se quedan sin representación parlamentaria en Madrid a cuenta de Navarra. El partido de la presidenta Uxue Barkos, que en diciembre tuvo aún 30.000 votos y fue quinta fuerza, se queda en la mitad con apenas 14.000. Tiene su gracia que en unas elecciones celebradas justo el 26 de junio –día de san Josemaría Escrivá- Geroa Bai presentando como candidato a un ex numerario como Daniel Innerarity tenga semejante fracaso. Tampoco se lo reprocharán mucho desde el País Vasco porque al PNV no le ha ido mucho mejor allí, y en el fondo esta posición es la tradicional del nacionalismo ‘moderado’ en Navarra, llámense PNV, EA o Geroa: la marginalidad de una sexta fuerza. Otra cosa es que Barkos sea presidenta en una posición tan débil.

Los batasunos de EH Bildu en diciembre rondaron los 35.000 votos y se quedaron sin representación, 15.000 votos por debajo de los que tuvieron en 2011. Ahora en junio resisten en torno a los 31.000 votos, y son la cuarta fuerza aunque sin escaño, y esto debe ser entendido como un éxito pese a todo. ¿Por qué éxito?Porque a pesar de que el “voto útil” tanto extremista de izquierdas como antiespañol es aquí el de Podemos, y hay un desvío de votos desde el entorno potencialmente abertzale a Podemos, Bildu demuestra solidez y  tener una masa social a prueba de bomba en su lealtad. Una red social coherente y activa con el doble de votos que los de Barkos y, sin ninguna duda, todos los argumentos para liderar ellos y no los de Geroa cualquier futuro que el mundo abertzale quiera tener en Navarra. El activismo juvenil y la penetración social de Podemos son las únicas partes amargas de una jornada electoral que para los de Bildu no lo es tanto. Y pronto les veremos manos a la obra, tanto para deglutir los restos de Geroa Bai como para competir en crecimiento con sus por otro lado compañeros de Podemos.

Los abertzales, con menos votos, están hoy más cerca que antes de alcanzar sus objetivos en Navarra. Y eso porque Podemos, siendo una extrema izquierda de líderes marxistas, está abierto a una posible secesión o a una anexión al País Vasco. Y esto también porque hay una menor resistencia social identitaria a esa opción, de la que sólo es posible culpar a los que durante dos generaciones ya se han encargado de la educación, la cultura y muchos medios de comunicación en Navarra y en España: aquí UPN siempre hasta 2015 y a menudo el PP en todas partes.

Podemos sumado a los abertzales es una amenaza. Pero a nosotros no nos importa que lo sea para ciertos intereses empresariales, sino que lo es, y de frente, para una Navarra en España. La independencia y la ruptura están hoy más cerca. UPN y PP se equivocaron en diciembre y se han vuelto a equivocar ahora al desilusionar a parte de su electorado tradicional, que se ha abstenido, y a un electorado renovador que sigue fiel a Ciudadanos (20.000 votos y cuarta fuerza) pese a los desprecios y ninguneos soberbios de los partidos tradicionales y de los medios de comunicación provinciales.

La Navarra foral y española, amenazada de un modo nuevo, está más en peligro que nunca, ante un horizonte impreciso. Los líderes políticos han demostrado estos seis meses que les importan más sus siglas y sus puestos que el bien común de España y de Navarra. Han permitido la repetición de elecciones para nada y han renunciado a dar batallas esenciales de ideas, de valores y de simple acción social. Si Navarra ha de resistir la amenaza, no va a ser por lo que ellos hagan sino por lo que todos nosotros hagamos juntos desde la sociedad real, no un día votando sino cada día actuando.

Caius

viernes, 24 de junio de 2016

Euskorrupción: 1er semestre del 2016


En NavarraResiste.com vamos a apostar por un nuevo reto; sacar un boletín semestral de las corruptelas del "cambiazo". Aparte del cambio social, otra de las cosas que nos vendieron o intentaron vender era la honestidad, trasparencia y "otra forma de hacer política". Parece que dichos conceptos en este año de "gobierno" (por llamarlo técnicamente de alguna forma) han brillado por su ausencia, aunque tampoco nos extraña un gobierno que presume de "ética" cuando sus prioridades son identitarias, su calidad democrática cuanto menos discutible, y el pasado de no pocos de ellos, vinculados o cercanos a grupos terroristas, o incluso, la participación de alguno de ellos en guerrillas latinoamericanas.



PAMPLONA 



POLÍTICA

Sólo 108 de las 701 plazas han sido dadas por concurso de mérito, a pesar de las promesas de Barkos y tiene firmado el cuatripartito


CORRUPCIÓN

Javier Barcos fue "invitado" a presentar su propuesta por el Gobierno de su hermana, ha sido el adjudicatario y se ha evitado el concurso público. 


CORRUPCIÓN

El departamento del vicepresidente Manu Ayerdi encarga folletos turísticos a Heda Comunicación de forma directa y sin concurso público. 


CORRUPCIÓN

Laura Berro, compañera del concejal 'Spiderman', participó en la reunión que adjudicó un contrato y la ley exige que se abstuviera.



TRIBUNALES 



SUCESOS

Indignación en la Policía Foral tras su trabajo que señala a Araiz de instigar y propiciar los incidentes contra el jefe de TRW en el Parlamento.



PAMPLONA

Maider Beloki no ha sabido dar explicaciones a un expediente en el que entregan 2.783 euros a la entidad Nafarroa Bizirik


SANFERMINES

La rapera La Chula Potra pedía el voto para Bildu y ahora es recompensada con dinero público para actuar en plenos Sanfermines.



PAMPLONA

UPN considera un “insulto a las necesidades de la ciudad” regalar un chalet y 100.000€ en obras a los okupas de la calle Compañía.


PAMPLONA

Se trata de un nuevo caso de adjudicación de expedientes, que ha salido a la luz esta mañana por una denuncia de UPN en Pamplona. 

jueves, 23 de junio de 2016

Celebraciones y palizas, nueva atracción turística en Pamplona


Pamplona se llenó de alegría y fervor al ver un ascenso de Osasuna a primera “in extremis” tras haber ganado la final del playoff de ascenso y habiendo quedado sexto en la clasificación. No todo fue alegría esa tarde de sábado, pudimos ver cómo un indeseable fascista se atrevió a provocar a los pamplonicas de toda la vida portando una bandera de España en la San Fermín Marathon. Quitando San Fermín, posiblemente ése sábado era el día con más puercos por metro cuadrado en Pamplona. Sin generalizar con la afición osasunista, el acto mencionado anteriormente muestra nuevamente la despreciable y rastrera actitud de este hatajo de fanáticos conocido como Indar Gorri.

Miguel Ángel Rodríguez Ciendones, Melillense y corredor habitual de maratones, relató la agresión y humillación sufrida por un colectivo de exaltados que no dudo en golpearle y apalizarle durante la carrera por el mero hecho de portar una bandera de su país (y el de ellos también). Nada nuevo en nuestras calles, como de costumbre el panfleto del notizias desconoce la existencia de este suceso, a pesar de ser una noticia que ha dado la vuelta a España en la que el resto de ciudadanos, puede ver cómo una cuadrilla de subnormales dan una paliza a un corredor y miembros de la Policía Municipal pasan del tema, generando impotencia e indignación en el corredor, que no pudo acabar la carrera. Mientras tanto el presidente de Melilla recibió a Miguel Ángel de la forma más afectuosa posible, lo peor es que este buen hombre no había vuelto de una batalla en el frente kosovar, había vuelto de la capital navarra.


Tras narrar estos sucesos de la forma más desmesurada posible (para nuestros lectores intrusos), estas acciones únicamente manchan el nombre de Navarra y su ciudadanía, al igual que a los aficionados de Osasuna que no mezclan política con fútbol y alcohol con drogas duras. Una minoría que hace lo que le da la gana, una minoría que cabalga a sus anchas al margen de la ley y causar incidentes que se incluyen dentro del terrorismo de baja intensidad... ETA no mata, está en los ayuntamientos, parlamentos y tiene una jihad de votantes que se dedica día a día a cometer delitos de este grado, nada nuevo como iba diciendo pero llega un punto en el que una respuesta popular podría hacer más relevantes estas acciones de la aberchalada.

Ese día, Miguel Ángel no fue la única víctima, diversos jóvenes que portaban banderas de Navarra (la oficial) fueron increpados e insultados. El peligro de portar una bandera de España y ser agredido no fue un problema sólo ese día, lo es día tras día en nuestra capital y no sólo una bandera, cualquier pulsera o abalorio puede causarte cualquier tipo de lesión por parte de individuos carentes de personalidad y con una lamentable crisis identitaria que absorbe únicamente la información proporcionada por líderes cómplices de delitos de sangre, captadores de idólatras mediante una calumniosa manipulación histórica y adoctrinamiento que ha sido permitido y articulado por antiguos gobiernos, que parece que sean la única esperanza de esta tierra.


Los Indargorrinos también aprovecharon el ascenso para hacer pintadas dando ánimos a Osasuna (nótese la ironía).

Hoy por hoy, el nacionalismo ha generado una espiral de miedo que desemboca en una dictadura de terror a todos los que se sienten navarros y españoles, se habla de rebeldía en este paleomarxismo independentista, si no puedes salir a la calle con tus colores, deberías plantearte quién es el rebelde.

La esperanza está en ese joven osasunista que se opone a ser uno más del rebaño, la esperanza está en los ciudadanos conocedores de la historia y que no quieren que se les impongan lenguas y símbolos radicales vizcaínos, la esperanza está en todos los navarros que quieren que Navarra siga siendo española y esté libre de odio en las calles. Sal a la calle, saca tu bandera, conoce tu historia, anima a los tuyos a resistir, imponte a la serpiente nacionalista... Sé rebelde, sé español.




Legio IX

miércoles, 22 de junio de 2016

Geroa Bai y Podemos en la estela de Ciudadanos


La ciudadanía navarra recordará el cartel que Geroa Bai utilizó en las elecciones generales del pasado 20 de diciembre 2015.  En él se veía un dibujo de la estatua de los Fueros, con el pergamino de su mano izquierda completamente en blanco. En efecto, seguro que les llamó la atención que no apareciera el texto original, que es: “LEY FORAL”.   Alguien podrá decir: “Bueno, es un diseño gráfico; tampoco es para tanto”.  Pero resulta que, a tenor de las últimas declaraciones del Consejero de Hacienda actual, sí que puede ser para tanto, y para más.

El pasado 7 de junio, leímos en Diario de Noticias la transcripción de unas declaraciones de Mikel Aranburu, Consejero del Gobierno propuesto por Geroa Bai:  http://goo.gl/Sfu8j7

“El Consejero de Hacienda y Pol. Financiera, Mikel Aranburu, ha afirmado que “sería deseable una unificación a nivel europeo en cuanto a normativa tributaria y, por supuesto, a niveles de presión fiscal” para evitar “competencia desleal”. “Eso lógicamente en lo que es la armonización de la imposición indirecta está muy avanzado, prácticamente es total, y lo que es imposición directa es más difícil porque hay amplios márgenes de libertad en este sentido”, ha apuntado. En su opinión, “en cada caso habría que juzgar hasta qué medida esas competencias desleales afectan a otras comunidades o son legítimas”, y tras afirmar que no lo va a “juzgar”, ha destacado que él constata este hecho porque “se nos está poniendo de manifiesto que existe”.

Menos mal que Geroa Bai iba a ser “la palabra de Navarra en Madrid” después del 20-D (“Nafarron hitza Madrilen”). El problema es que se les olvidó poner el texto.

El 14 de junio encontramos también las declaraciones de Laura Pérez, de Podemos, recogidas por el Diario de Navarra, y apoyando las palabras del Consejero (y contrariando lo que su jefe, Pablo Iglesias, dijo hace sólo dos meses en una charla-debate celebrada en la UPNA ):

“Es una realidad que está ahí y que, por ser una cuestión que se tiene que trabajar a nivel estatal, lo cierto es que esta es una reivindicación que tendrá que exigirse a través de grupos políticos estatales que determinen que a nivel estatal haya una homogeneización de determinados impuestos para que no se dé esta competencia desleal”.

Aunque ya en enero de 2015 pudimos ver informaciones que apuntaban en ese sentido, en el artículo del Navarra Confidencial titulado “Podemos pone en cuestión los fueros desde Cataluña”: http://www.navarraconfidencial.com/2015/01/29/podemos-pone-en-cuestion-los-fueros-desde-cataluna/#

Por bastante menos que estas ideas, dichas de otra manera, a los partidos UPyD primero, y Ciudadanos (C´s) después, se les dijo de todo, y nada bueno,  en la campaña electoral de mayo de 2015 en Navarra. Fue cuando Albert Rivera hizo referencia a que “Navarra y País Vasco debían unirse al régimen fiscal común en España”.  No es de extrañar que Ciudadanos haya saltado como un resorte y su candidato haya hecho referencia a las declaraciones del Consejero, con una respuesta en prensa (Diario de Navarra) y en su página web en el mismo día (9 de junio): http://navarra.ciudadanos-cs.org/2016/06/09/las-palabras-del-consejero-aranburu/ 

Incluimos aquí un extracto: 
“En Ciudadanos Navarra nos frotamos los ojos con asombro y estupor leyendo esta noticia, llevamos meses apostando por esa armonización y nos han llamado de todo: antiforales, antinavarros…  ¿Y ahora el consejero de Hacienda y Política Financiera del Gobierno de Navarra sigue nuestra senda? Paradójico, como mínimo…

En una entrevista concedida al Diario de Navarra el 20 de junio, el candidato por Ciudadanos Navarra todavía no se había recuperado del asombro de coincidir con el Consejero Aranburu, reconociendo que había recibido sus palabras “con alborozo”


Para intentar poner algo de claridad en la cuestión, hemos acudido a refrescar nuestra comprensión sobre el significado del Fuero navarro,  esa “Ley Foral” que se va diluyendo poco a poco en cada campaña electoral. 

Por ejemplo, en la página web actual del Gobierno de Navarra, se dice lo siguiente (ver detalle en http://www.navarra.es/home_es/especial/ConvenioEconomico/QueEs.htm)

“¿Qué es el Convenio Económico?
Es el sistema de financiación propio de Navarra. Deriva de sus derechos históricos, que están amparados por la Constitución. La Hacienda foral tiene la potestad para establecer y recaudar los impuestos correspondientes a su territorio…

Este sistema surgió a mediados del siglo XIX, cuando Navarra perdió su condición de Reino y se integró en lo que podría denominarse como mercado único español. En sus más de 170 años de existencia, ha coexistido con regímenes políticos y tributarios de toda clase, hasta adaptarse a las exigencias establecidas por la Unión Europea para el mercado común europeo”. 

Por otra parte, en una publicación divulgativa editada en el año 2000 por el Gobierno de Navarra, se dice lo siguiente:                                 

“Del mismo modo que Navarra resistió con éxito al centralismo del Estado, el Fuero debe prevalecer frente a cualquier intento de instaurar en Bruselas un nuevo centralismo. Por fortuna, la Unión Europea ha consagrado como principio fundamental el de subsidiariedad ii , lo que es una garantía para la pervivencia de nuestro régimen foral” (“Los Fueros de Navarra, Historia y presente del Régimen Foral”, pág. 68.  Disponible en el Fondo de Publicaciones del Gobierno de Navarra).

Con independencia de la posición particular de cada uno respecto a la necesidad de una armonización fiscal a nivel español y/o europeo, lo que aquí se pone de manifiesto es que, cuando son los separatistas y la extrema izquierda los que plantean un ataque directo al autogobierno navarro,  nadie se rasga las vestiduras, como se ha podido comprobar en estos días.

Separatistas y extrema izquierda pueden ser patriotas y no pasa nada; los demás, si somos patriotas, somos unos fascistas. Ellos pueden hablar de “gudaris muertos” y la vida sigue; los muertos de los demás son fascistas que hay que desterrar de la memoria histórica.   Ellos pueden hablar de armonización fiscal nacional y europea, y aquí paz, y después gloria; si lo dicen partidos como UPyD, C´s o VOX, entonces se trata de un claro ataque a todos los navarros, absolutamente imperdonable.   Empiezan a acumularse los temas donde la doble vara de medir es ya demasiado evidente en la política navarra.

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ii Principio de subsidiariedad: Quiere decir que la UE solamente intervendrá, en los ámbitos que no sean de su competencia exclusiva, en la medida en que los objetivos de las acciones públicas que se realicen no puedan ser alcanzados de manera suficiente por los Estados miembros, ni a nivel central, ni a nivel regional ni local. 

martes, 21 de junio de 2016

Las tácticas napartarras del separatismo panvasquista


Las dos fuerzas políticas implantadas en Navarra de cariz netamente separatista y panvasquista, que han copado el poder político real tras la debacle electoral del navarrismo del 24 de mayo de 2015, vienen repartiéndose el trabajo pendiente. Que no es otro que la consumación de su insolidario proyecto que denominan eufemísticamente “construcción nacional vasca”; para el que Navarra es pieza imprescindible. Y lo vienen haciendo sin complejos; desarrollado una amplia agenda por todos conocida y por muchos padecida… Así, Geroa Bai cumple el rol del “poli bueno” ante la opinión pública, intelectuales autóctonos, empresarios y demás “fuerzas vivas”.

EH Bildu, por su parte, se comporta con impaciencia y sin complejos; dirigido con “mano de hierro” por Adolfo Araiz.

Izquierda-Ezkerra juega con calculada ambivalencia sus cartas; no sea que las queme, por cualquier error táctico, perdiendo más seguidores en su difícil travesía. Podemos, aunque fuera del Gobierno lo sustenta a su albur, pero fortaleciendo, en última instancia, a pesar de timoratos remilgos, la “vasquización” emprendida por Uxue Barcos.

Con todo, y al igual que en la vecina Comunidad Autónoma Vasca, ambas formaciones separatistas seguirán pugnarán entre sí por el liderazgo del conjunto panvasquista.

Geroa Bai está jugando en Navarra, pues, análogo papel al del PNV en la comunidad vecina: moderación en las formas, magníficas relaciones con los “poderes fácticos”, modulación táctica, elaboración de un neolenguaje apropiado al momento (un buen ejemplo de ello es el concepto acuñado por Urkullu de “Nación Foral”); un partido “de orden”, en suma. Pero Geroa Bai no es el PNV… de Euskadi. No en vano, el PNV real de Navarra apenas supera la cifra de unos cientos de afiliados. Así, el peso de Geroa Bai recae en los “independientes”, en su mayor parte viejos supervivientes de los naufragios acaecidos en la periferia de ETA: Euskadiko Ezkerra, su caricatura de Euskal Ezkerra, aquel amago tan lejano ya de Auzolan, sujetos descontentos con la deriva de Eusko Alkartasuna… El futuro de Geroa Bai pasa, inevitablemente, en el plano orgánico por un discreto crecimiento cualitativo y cuantitativo del PNV navarro, y su sincronización estratégica con el PNV de la comunidad vecina; de modo que el peso real de esos “independientes” será laminado. Y, por lo que se refiere a imagen pública, labor institucional, propaganda política y mediática, el futuro pasa por su “navarrización”.

De momento Uxue Barcos ha alejado el fantasma de una inmediata confrontación plebiscitaria o similar; insiste en que se distinguirá por una gestión transparente e inclusiva (¡y parece creérselo!); asegura que exprimirá el Concierto Económico; quiere potenciar a la Policía Foral; ha “normalizado” relaciones con la Comunidad Autónoma Vasca mediante la visita a Pamplona de Urkullu (no al revés, ojo al dato) y manifiesta querer hacerlo igualmente con Aquitania; y como elemento simbólico muy relevante, oficializará el Himno de Navarra (por medio de una Ley de Símbolos que introducirá -de paso- transcendentales cambios a corto plazo en el espacio público). Así, en una primera lectura, además de perseguir un efecto tranquilizador, se percibe en todo ello un cierto aroma casi navarrista; aquel viejo barniz napartarra. Un efluvio que, en el caso de los barnices, siempre es un narcótico muy peligroso.


El concepto de napartarra se diseñó en 1911, denominándose así aquel semanario editado por el PNV entonces. Pero, paradójicamente, el de napartarra, ante todo, es un descalificativo empleado, en el entorno del centro-derecha, frente actitudes o comportamientos acomplejados de determinadas personalidades y estados de ánimo y opinión de origen navarrista “en retirada” y “haciéndose perdonar”.

Pero la tentación napartarra, que ha revestido varias expresiones a lo largo de su peculiar historia, no es de hoy. Ya en el pasado siglo, hacia 1980, surgió un minúsculo Napartarra - Partido Nacionalista Navarro, siendo su principal inspirador intelectual el ilustre roncalés José Estornés Lasa, ex-militante del PNV. Su teoría era no poco sugestiva: Navarra, quien fuera Nación y Estado en tiempos de García V el de Nájera, tendría el derecho a reconstituirse; de modo que la dialéctica Navarra/Euskadi carecería de sentido alguno desde esta peculiar mirada historicista. En cualquier caso, aunque los ingredientes de la purrusalda se incorporen al guiso en orden diverso, el resultado suele ser más o menos parecido: que entren los navarros en Euskadi, o los vascos en Navarra, la suma seguiría siendo la misma.

De aquel intento apenas pervive alguna recóndita reseña periodística, ciertos libros (caso de Navarra, lo que “no” nos enseñaron, de José Estornés), y el sueño roto de una par de docenas de visionarios. Sin embargo, algún interés tendría esta perspectiva, hasta el punto de que en abril de 2007 un Alderdi Napartarra fue registrado legalmente por miembros de Aralar -la entidad fundada por Patxi Zabaleta hoy en HB Bildu- tanto en Navarra como en la Comunidad Autónoma Vasca. El último militante napartarra vivo, casualmente un octogenario afiliado a esa formación separatista, habría cedido la “marca”...


Recientemente se retomó esta aventura de la mano de protagonistas más jóvenes, con otros ropajes, y en una coyuntura muy distinta; pero, al igual que en el caso anterior, sin espacio político alguno: Libertad Navarra-Libertate Nafarra, candidatura encabezada por Mikel Iriarte Galán en las elecciones forales de 2015 que obtuvo 995 votos, inspirada por el autor Tomás Urzainqui. Sus propósitos: “recuperar el Estado navarro, superando la conquista, la polarización identitaria y las fronteras que nos dividen”. ¿A que suena bien?

En cualquier caso, la vía napartarra carece de futuro como partido político: eso ya está demostrado por la Historia. Pero asunto muy distinto es que una vulgata doctrinaria-sentimental de la misma pueda ser esgrimida, como una opción táctica transitoria, por el PNV en su intento de atraer “moderados”, oportunistas… y algún que otro desengañado del navarrismo “oficial” de UPN hoy en recomposición y, de momento, muy poco visible.

Además de esta estricta perspectiva política, nos encontramos con múltiples actuaciones de agitación cultural pseudo-historicista que tan bien saben desplegar los activistas panvasquistas bajo disfraz napartarra. Es el caso, por ejemplo, de la plataforma 1512-2012 Nafarroa bizirik constituida en su empeño de falsificar la historia de Navarra y el resto de España, por medio de múltiples de acciones de todo tipo –en un empeño digno de elogio por el voluntarismo y los medios empleados- con la excusa de la plena incorporación de Navarra a la empresa española en 1512.


Ciertamente, saltar del navarrismo al nacionalismo separatista no es fácil de explicar. No en vano, existe una línea roja que transgredir, una barrera psicológica e ideológica que pasa por el apego a España. Pero, dado que, aparentemente, España no presenta “un proyecto sugestivo de vida en común”, al decir de Ortega, es casi inevitable que tamaña carencia sea cubierta por otros –incluso- antagónicos: el de los Països Catalans, Euskal Herria, la confederación ibérica podemita…

Para cualquier constitucionalista que se precie –o españolista, unionista, patriota, o como se quiere denominar cada uno- romper con ese bagaje histórico, cultural, humano y moral, recalando en cualquier separatismo, no parece factible; según veíamos. No obstante, para acomodaticios, tibios y cuantos sitúan su patria en el dinero o, incluso, en el Reino de los Cielos, la vía napartarra proporciona un “relato”, una transición, un enganche a otro proyecto –la Euskal Herria del PNV- que, de momento, oferta la ilusión de un porvenir radiante… acorde además a sus personalísimos intereses. También a cobardes y oportunistas sin escrúpulos.

Si la navarridad españolista sigue achicándose, en cualesquiera de sus expresiones (cuantitativa, cualitativa, moral, simbólica y comunitariamente), el panvasquismo seguirá creciendo –entre quienes hayan borrado de sus almas la tradición y experiencia españolas-, y el constructo napartarra posibilitará una vía transitable para el acomodo a “los nuevos tiempos” de temperamentos menos aguerridos a la par de templados por el supuesto pragmatismo navarro.

Lo cierto es que, a pesar de todos estos aprendices de brujo, el producto original es más potente y atractivo que la imitación.

Debajo de la bandera de Navarra de mentirijillas, esconden la ikurriña


José Basaburúa