Pamplona se llenó de alegría y fervor al ver un ascenso de Osasuna a primera “in extremis” tras haber ganado la final del playoff de ascenso y habiendo quedado sexto en la clasificación. No todo fue alegría esa tarde de sábado, pudimos ver cómo un indeseable fascista se atrevió a provocar a los pamplonicas de toda la vida portando una bandera de España en la San Fermín Marathon. Quitando San Fermín, posiblemente ése sábado era el día con más puercos por metro cuadrado en Pamplona. Sin generalizar con la afición osasunista, el acto mencionado anteriormente muestra nuevamente la despreciable y rastrera actitud de este hatajo de fanáticos conocido como Indar Gorri.
Miguel Ángel Rodríguez Ciendones, Melillense y corredor habitual de maratones, relató la agresión y humillación sufrida por un colectivo de exaltados que no dudo en golpearle y apalizarle durante la carrera por el mero hecho de portar una bandera de su país (y el de ellos también). Nada nuevo en nuestras calles, como de costumbre el panfleto del notizias desconoce la existencia de este suceso, a pesar de ser una noticia que ha dado la vuelta a España en la que el resto de ciudadanos, puede ver cómo una cuadrilla de subnormales dan una paliza a un corredor y miembros de la Policía Municipal pasan del tema, generando impotencia e indignación en el corredor, que no pudo acabar la carrera. Mientras tanto el presidente de Melilla recibió a Miguel Ángel de la forma más afectuosa posible, lo peor es que este buen hombre no había vuelto de una batalla en el frente kosovar, había vuelto de la capital navarra.
Tras narrar estos sucesos de la forma más desmesurada posible (para nuestros lectores intrusos), estas acciones únicamente manchan el nombre de Navarra y su ciudadanía, al igual que a los aficionados de Osasuna que no mezclan política con fútbol y alcohol con drogas duras. Una minoría que hace lo que le da la gana, una minoría que cabalga a sus anchas al margen de la ley y causar incidentes que se incluyen dentro del terrorismo de baja intensidad... ETA no mata, está en los ayuntamientos, parlamentos y tiene una jihad de votantes que se dedica día a día a cometer delitos de este grado, nada nuevo como iba diciendo pero llega un punto en el que una respuesta popular podría hacer más relevantes estas acciones de la aberchalada.
Ese día, Miguel Ángel no fue la única víctima, diversos jóvenes que portaban banderas de Navarra (la oficial) fueron increpados e insultados. El peligro de portar una bandera de España y ser agredido no fue un problema sólo ese día, lo es día tras día en nuestra capital y no sólo una bandera, cualquier pulsera o abalorio puede causarte cualquier tipo de lesión por parte de individuos carentes de personalidad y con una lamentable crisis identitaria que absorbe únicamente la información proporcionada por líderes cómplices de delitos de sangre, captadores de idólatras mediante una calumniosa manipulación histórica y adoctrinamiento que ha sido permitido y articulado por antiguos gobiernos, que parece que sean la única esperanza de esta tierra.
Los Indargorrinos también aprovecharon el ascenso para hacer pintadas dando ánimos a Osasuna (nótese la ironía).
Hoy por hoy, el nacionalismo ha generado una espiral de miedo que desemboca en una dictadura de terror a todos los que se sienten navarros y españoles, se habla de rebeldía en este paleomarxismo independentista, si no puedes salir a la calle con tus colores, deberías plantearte quién es el rebelde.
La esperanza está en ese joven osasunista que se opone a ser uno más del rebaño, la esperanza está en los ciudadanos conocedores de la historia y que no quieren que se les impongan lenguas y símbolos radicales vizcaínos, la esperanza está en todos los navarros que quieren que Navarra siga siendo española y esté libre de odio en las calles. Sal a la calle, saca tu bandera, conoce tu historia, anima a los tuyos a resistir, imponte a la serpiente nacionalista... Sé rebelde, sé español.
Me gusta como defendéis Navarra y también a los Navarros que se sienten Españoles, saludos.
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