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miércoles, 8 de junio de 2016

Déjà vu: Convergencia de Demócratas de Navarra 1995; Podemos Navarra/Ahal Dugu 2015

En wikipedia podemos leer que Déjà vu (en francés ‘ya visto antes’) es un tipo de amnesia del reconocimiento de alguna experiencia que sentimos que ya hemos vivido previamente. Pues bien, la palabra nos viene como anillo al dedo para describir un Deja vu que precisamente padecemos en la actualidad en Navarra. Y es que la hoja de ruta del cutrepartito que soportamos desde hace un año ya se intentó (por fortuna con un éxito efímero) veinte años antes, tras las elecciones forales de mayo de 1995.

Foto de familia del ejecutivo del cambio de Otano-Alli, un ejecutivo "tan progre" que no necesitó incluir a ninguna mujer en el gabinete para demostrar lo modernos, progresistas y de izquierdas que eran (como Tsipras en Grecia), ¿será que la cuota femenina solo se le tiene que exigir a la "derecha"?

El 10 de abril de 1995 se constituía formalmente el partido Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), partido cuya fundación capitaneó Juan Cruz Alli Aranguren tras la defenestración que sufrió en UPN por parte de su antiguo "camarada" Miguel Sanz Sesma (ambos previamente se hicieron con el control del partido tras el putsch que desbancó a Aizpún). El partido en realidad fue una escisión de UPN que agrupó principalmente a personas de un doble perfil; aquellos que no consiguieron entrar en puestos de salida en las listas electorales de los regionalistas, y aquel sector de UPN que era más filo-vasquista y de centro/centro izquierda. A la larga, a UPN le sentó bastante bien la escisión del CDN, con la que llegó a pactar en el futuro un gobierno de coalición para después, romper con el mismo y finalmente absorberlo electoralmente.

Aquellas personas que vivieron la política navarra en 1995 recordarán las expectativas (para nada justificadas) que generó el nuevo partido en nuestra Comunidad Foral. Lo más curioso es que mucha gente andaba por aquel año un tanto mosqueada/indignada con una UPN que había ejercido el poder con un perfil bastante bajo (y sin los escándalos propios de épocas posteriores) y únicamente durante una legislatura (1991-1995). Sin embargo, no impidió que muchos navarros confiaran en quien había ostentado la presidencia del Gobierno con UPN; es decir, el mosqueo iba más con la sigla y la orientación política que presuntamente representaba, no con quien había ostentado el poder. En honor a la verdad, el CDN también se nutrió de votos procedentes de socialistas un tanto hastiados con las dos legislaturas de Gabriel Urralburu. Realmente los navarros, viendo la evolución política de nuestra Comunidad en los últimos cuarenta años, somos (o son) un tanto "especiales", como se puede comprobar.

Curiosa indignación la que le otorgó al CDN nada menos que diez escaños mes y medio después de su fundación, que sumados a los 11 escaños del PSN-PSOE, 5 de IU y 2 de la también cuasi-extinta Eusko Alkartasuna (hoy repartidos entre Bildu y Geroa Bai), dieron lugar a un cuatripartito que desbancaba a UPN del poder a pesar de ser, como ocurrió hace un año, el partido más votado. Como vemos, hace veintiún años padecimos en Navarra los mismos ingredientes; una indignación ciudadana (principalmente contra UPN y PSN, curiosamente no con HB, EA....), una lista más votada que pasa a la oposición, un partido recién sacado del horno y un cuatripartito que realiza un pacto de gobierno, en el cual, tres de los cuatro entran a repartirse los sillones. Es decir, todo un Deja vu político.

Acertado y oportuno artículo de ABC durante el "cambio" que ya padecimos en 1995.

Una vez que el cuatripartito se hace con las riendas del poder, Juan Cruz Alli regresará al Gobierno de nuestra Comunidad como Vicepresidente, Otano como Presidente, y la escisión del PNV (EA) con alguna cartera cuyo Consejero, dicho sea de paso, llegó a poner la ikurriña en el despacho. Por fortuna, el ejecutivo "del cambio" duró apenas un año, ya que Otano tuvo que dimitir por corrupción en junio de 1996, lo que precipitó la ruptura del cuatripartito, el paso de los cuatro partidos a la oposición, y la lista más votada (UPN) pasó a gobernar la Comunidad Foral el resto de legislatura.

Juan Cruz Alli y su inseparable "txapela". El reputado escritor e historiador Ricardo de la Cierva, en su libro  El nacionalismo vasco, de Sabino Arana a Xavier Arzallus (página 179) califica con acierto a Juan Cruz Alli como pro-separatista y "uno de los políticos más desorientados y nefastos de la historia de Navarra". Si el genial historiador y escritor hubiera vivido para ver el "kanvio" de 2015, habría podido comprobar cómo todo lo que va mal es susceptible de empeorar, incluyendo a políticos nefastos.

Pero aún hay más; el cuatripartito en su efímero año de legislatura nos dejó unas cuantas perlas, la más importante de las cuales fue el Órgano Común Permanente, que creaba de "facto" una asociación entre dos Comunidades Autónomas (algo prohibido por la Constitución) y que, lo mejor de todo, fueron aprobados por sendos Parlamentos autonómicos y por el Senado. El susodicho Órgano tenía como objetivos nada menos que desarrollar la cooperación de áreas comunes como "cultura, política lingüística, medios de comunicación, educativas y de acción exterior". En la práctica supuso la extensión de la televisión pública vasca (ETB), extensión de ikastolas, expansión del euskera a la zona no-bilingüe y acción conjunta en el exterior para promocionar la idea de federación vasco-navarra o Euskal Herria txiki (la Euskal Herria senior es la Vasconia de Krutwig, ver artículo "Expansionismo aberchale: hacia la gran Euskal Herria o la Vasconia de Krutwig" en este mismo blog).

Como se puede apreciar, el Deja vu no se trata únicamente de cuatripartitos, listas más votadas y partidos "recién paridos", también en una ofensiva del separatismo vasco para diluir a nuestro viejo Reyno en la Vasconia krutwigniana. Sin embargo, a pesar de los razonables parecidos, en el ejecutivo de Otano/Alli el separatismo "oficialmente" tenía muy poco peso (5 escaños de IU y 2 de EA) y Herri Batasuna por aquel entonces permaneció en la bancada de la oposición. En el ejecutivo del kanvio (o "cambiazo"), el separatismo tiene los 9 de Geroa Bai, 8 de la "marca blanca" de Herri Batasuna y 4 de IE (en Navarra ha sido a los efectos siempre un partido separatista, recordar que el principal partido de la coalición, el PCE, en Navarra funciona como federación de Euskadi PCE-EPK), y el no-separatismo esta vez únicamente representa 7 escaños (aunque la cúpula podemita si es separatista, el votante medio de la nueva formación  mayoritariamente no).

Sin embargo no asistiremos a un Deja vu que desplace a los partidos del cuatripartito a la bancada de la oposición antes de que termine la legislatura, vamos, que tenemos kanvio para rato. Tened presente que agotarán la presente legislatura, que dejarán una profunda huella identitaria, y que, en el caso de que los navarros decidan rectificar el rumbo, el próximo ejecutivo no-separatista, si quiere estar a la altura de las circunstancias, tendrá mucho trabajo por delante. Si el CDN pasó de 10 escaños a ninguno en poco más de una década, no es difícil que Podemos, por ser un partido separatista con voto no separatista, pierda representatividad a lo largo del tiempo siguiendo el mismo camino que el partido de Alli, y si el adoctrinamiento separatista no destruye muchas neuronas, el kanvio no pasará de una legislatura.

El ejekutibo del kanvio, esta vez sí ha respetado la igualdad de género, y por muchas tensiones que escenifique la prensa o cuentas en Suiza que aparezcan, harán todos los malabares posibles para agotar la legislatura

Viriato

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