El franquismo es la mayor amenaza para Navarra

Uxue Barkos cuida de nosotros. El Cuatripartito llegó al poder para ocuparse de los graves y verdaderos problemas que tenemos los navarros. Durante un año lo hemos visto. Se unieron cuatro partidos para apartar a UPN y para solucionar el paro, mejorar la sanidad, enderezar la educación, sanear los servicios sociales y en definitiva crear una Navarra de paz y amor, un Paraíso en la Tierra que nos había estado vedado sólo por la torpeza y la corrupción de los españolistas. Terrible. Y en un año se han dedicado a cosas urgentes, como poner ikurriñas, euskaldunizar las escuelas infantiles, detener el PAI, contratar amigos y acercarse al País Vasco. Que es lo que importa.

Ah sí, también se han dedicado a esa cosa a la que llaman “memoria histórica”. Bueno, por lo menos ahí han creado unos cuantos puestos de trabajo de alto nivel. Eso sí, a dedo y para sus amigos abertzales y marxistas, pero algo es algo.

Estos días, a cuenta de la “memoria” (que es un recuerdo de parte, tuerto, cojo y manco, además de muy miope en el ojo izquierdo que le queda), el Gobierno de Uxue se ha lanzado a un trabajo urgente, importante, que soluciona uno de los problemas más graves de los navarros. Inmediatamente, se retirará el grupo escultórico del tímpano del frontón de la fachada del Palacio de Navarra hacia el Paseo de Sarasate. La escultura de Fructuoso Orduna instalada en el Palacio de la Diputación incluye nada menos que ¡un escudo de Navarra con la cruz laureada de San Fernando!

La Laureada es la medalla concedida por Francisco Franco a Navarra en 1937, y que la Diputación utilizó públicamente como parte del escudo navarro hasta bien entrada la Transición. Han hablado de “proceder a la retirada y sustitución de la simbología propia del régimen franquista”, pero eso no es técnicamente exacto: la Laureada sigue siendo una condecoración militar española, que Navarra simplemente no utiliza porque sus Gobiernos no han querido en las últimas décadas. Y es una Orden que existía desde mucho antes del franquismo, y que sigue existiendo para recompensar méritos excepcionales en tiempos de guerra.

Con lo cual, para nada “la laureada representa una exaltación de la guerra, de la muerte, del dolor y sufrimiento provocados por las armas en una guerra civil”.  Fue un reconocimiento, por parte del poder Ejecutivo de cuya legalidad procede el actual sistema político, de los méritos de unos miles de navarros. Que hubo más navarros, nadie lo discute. Que al actual Gobierno foral le gustaría disponer del Ministerio del Tiempo para cambiar el pasado, no lo dudamos. Pero no tienen esa tecnología.

A cambio, tienen el dinero de los navarros y la capacidad de mirarse al ombligo. Como no hay ningún problema más grave, más sentido o más doloroso, se lanzan a explorar una escultura que además está catalogada como obra de arte. Ellos mismos piensan que habrá problemas. Quieren quitarla, sustituirla no se sabe por qué –que no será gratis y no será inocente ni apolítico- y mandar el grupo de Orduna, con la laureada, a un Museo de la Memoria que aún no existe –y que costará, a ojo de buen cubero, como el pabellón Navarra Arena. Eso sí, si “en el transcurso de los trabajos se confirma que la retirada no es viable sin dañar la escultura, se ocultará la cruz de la laureada de San Fernando siguiendo las indicaciones de la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana”. O sea que taparán con cemento partes de un grupo escultórico catalogado. Lo que costará un dinero, probablemente un pleito y con seguridad una modificación del Catálogo Monumental de Navarra.

Esto es lo que Uxue Barkos llama “inversión”. Y es que ella sí sabe cuáles son nuestros verdaderos problemas, y dónde hay que gastar el tiempo y el dinero de Hacienda. Franco y el franquismo son lo que nos impide ser felices, y tienen la culpa de las listas de espera, del paro y de los impuestos. Esa clarividencia explica su éxito electoral del 26-J. Lo siguiente será cerrar Landaben, la A-15 y Yesa porque también son puro “franquismo”. ¿O eso no?

Caius