Hemos leído en prensa, los pasados 3 y 7 de agosto , que la Fundación Orreaga y la Asociación Etxabarrengoa muestran su asombro por que exista una escultura en Ibañeta a la figura de Roldán, “que atacó Pamplona”, y “ningún tipo de recuerdo para los vascones que la defendieron de los soldados carolingios”. Consideran que la batalla de Roncesvalles ha quedado olvidada y apartada de la memoria de la sociedad navarra, y que ahora que se ha avanzado tanto en materia de memoria histórica, no hay que dejar que este acontecimiento se quede en el olvido. Por lo tanto, dicen que “ha llegado la hora de restituir el valor y el recuerdo de las personas que combatieron aquel día en Orreaga”.
Haciendo uso de la misma facultad memorística que reclaman, el Gobierno de Navarra nos recordó, en una nota del 14 de agosto de 2015 , que el monolito a Roldán parece estar ligado a los proyectos de desarrollo turístico de los Pirineos, impulsados en aquella época, y a la candidatura del Ayuntamiento de Valcarlos al “Premio de embellecimiento de los pueblos de España” convocado por el Ministerio del ramo en 1965. El Ayuntamiento de Valcarlos solicitó a la Institución Príncipe de Viana la restauración de la ermita de San Salvador, y la construcción de un monumento a Roldán, que fue colocado en 1967. Fue diseñado por Cándido Ayestarán, responsable de la Dirección de Arquitectura de la Diputación Foral de Navarra.
Todo esto se ha sabido al reorganizar y catalogar los mapas y planos que custodia el Archivo de la Administración. Pues bien, aunque sea verdad lo dicho en el párrafo anterior, puesto que está documentado y archivado, no gustó nada en los ambientes separatistas y, de hecho, es algo de lo que hay que olvidarse cuanto antes y no mencionarlo jamás, aunque forme parte de la historia de Navarra . Esta manera de tratar la memoria sí que genera asombro. Resulta que la verdadera función de la “memoria histórica” es reescribir lo que se quiere oír, y olvidar lo que realmente fue.
El monolito a Roldán, antes de que fuera “modificado” en 2005 por alguien a quien no le gustaba.
En cuanto a la significación histórica del monolito, también es sorprendente que los dos colectivos que aparecen en la noticia del 3 de agosto tengan tan claro qué pasó el 15 de agosto del año 778, cuando ni siquiera los historiadores lo saben a ciencia cierta. Hablar de “saqueo y destrucción de Pamplona” por Carlomagno; decir que los vascones de la ciudad defendieron Pamplona de los soldados carolingios (no lo sabe ni la leyenda); dar a entender que esos mismos los persiguieron hasta atacar la retaguardia del ejército al otro lado de los Pirineos; y mezclar todo con la coronación del primer rey de un territorio indómito e independiente, y traer la “memoria histórica” a colación (es decir, reescribir lo que ni siquiera se sabe cómo fue, porque ya ha llegado “la hora” de hacerlo) … es realmente asombroso. Pero lo peor de todo es la sensación de culpa y desasosiego que se le queda al lector del artículo, al descubrir que nada es como se lo habían contado, y que en realidad padecimos el dominio imperial carolingio con mucho sufrimiento.
Si los vascones del siglo VIII levantaran la cabeza…poco iban a entender.
Imaginamos que, quien esté leyendo este artículo, podrá recurrir a los libros de Historia de Navarra que todos tenemos en casa, para saber qué dicen los expertos sobre lo que parece que ocurrió en Roncesvalles. Por ejemplo, como dice Angel J. Martín Duque , si nos ajustamos a lo que conocemos, parece que los vascones atacantes fueron montañeses de la Gascuña de soberanía franca (es decir, al otro lado del Pirineo), que habían sido dominados poco tiempo atrás (769), y donde Carlomagno procedió enseguida al relevo de los condes que, por deslealtad o negligencia, habrían descuidado la seguridad en la región.
Menos probable resulta que participaran vascones de la vertiente hispana de la cordillera, es decir, poblaciones inscritas en la órbita directa de Pamplona y, por tanto, bajo dominio o protectorado del emir de Córdoba. La razón es que la aristocracia local, cristiana, había rendido obediencia a Carlomagno en su marcha hacia Zaragoza unos meses antes. Al fracasar la expedición, a su regreso por Pamplona dejó la ciudad “desguarnecida” para que no se pudiera rebelar, pero ni siquiera se sabe qué significó eso exactamente (es la leyenda la que dice que se destruyeron las murallas). También puede pertenecer a la leyenda la idea de que los musulmanes ayudaron a los vascones en la batalla, aunque fuera ampliamente propagada por los cantares de gesta, y la versión más difundida en parte de la historiografía francesa.
En el País Vasco-Francés no parece que les moleste acordarse de Roldán (pueblo de Itxassou)
En cuanto a cómo se defendieron los vascones de Carlomagno, se sabe a ciencia cierta que, ya en el año 806, las tierras de Pamplona se hallaron encuadradas en la monarquía franca, en una especie de condado carolingio, aunque una rápida reacción musulmana instaurara de nuevo la obediencia a Córdoba en el año 816. Lo cierto es que, desde finales del siglo VIII, las infiltraciones francas a través del Pirineo estimularon el repudio de la soberanía del Islam por parte de las poblaciones cristianas de toda la vertiente hispana de la cordillera. Y así, los movimientos políticos que se generaron entre dominación franca y dominación musulmana, entre otras razones, darían origen al reino de Pamplona a mediados del siglo IX.
Después de lo expuesto, la conveniencia de tener una escultura (o dos, porque en 2011 se ha instalado otra) dedicada a Roldán, en recuerdo de una batalla de la que se estuvo oyendo hablar durante siglos en todo el Pirineo, no parece descabellada. Dar a entender que no tienen nada que hacer allí refleja puro sectarismo. Por otra parte, colocar una placa en memoria de los vascones que defendieron Pamplona de los soldados carolingios no parece que tenga mucho sentido histórico, como acabamos de ver.
Mientras tanto, hemos acudido a la web de la Oficina de Turismo de Roncesvalles (que depende del Gobierno de Navarra) para saber qué explicaciones se ofrecen a los visitantes , y hemos sabido que el 15 de agosto incluso se hace una lectura de varios párrafos de la “Canción de Roldán” , evento abierto a la participación de asistentes, previa solicitud. No parece que estas explicaciones reflejen ninguna visión victimista de una tierra oprimida bajo la bota carolingia, y el recuerdo a Roldán como personaje legendario seguramente satisface la curiosidad de todos los que se acercan a Roncesvalles para imaginar qué pudo pasar en el desfiladero de Valcarlos.
Verdaderamente, si alguien considera que la batalla de Roncesvalles o cualquier otro hecho histórico los tiene apartados de su memoria, ha llegado la hora de estudiar en los libros la Historia de Navarra para evitar encontrarse con que otros le están reescribiendo lo que nunca debería haber olvidado.
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i http://www.navarra.es/home_es/Actualidad/Sala+de+prensa/Noticias/2015/08/14/monumento+roldan+batalla+roncesvalles+candido+ayestaran.htm
ii http://arrotxapea.blogspot.com/2015/08/orreaga-medio-siglo-de-desmemoria.html
iii “Vascones y pamploneses”.Capítulo 4 de la “Historia ilustrada de Navarra” ISBN TomoI:84-604-7318-X
iv http://www.turismo.navarra.es/esp/organice-viaje/recurso/Localidad/2495/OrreagaRoncesvalles.htm
v http://www.turismo.navarra.es/esp/organice-viaje/recurso/Ocioycultura/4050/Lectura-del-Cantar-de-Roldan.htm