jueves, 15 de septiembre de 2016

El islamista que intentó quemar la iglesia de Fontellas vuelve a actuar de nuevo

San Bartolomé, decapitado en la iglesia de Ribaforada.

Esta semana abríamos el blog con la noticia del marroquí que había intentado quemar la iglesia de Fontellas en la Ribera Navarra. Recapitulando, este islamista había sido detenido un día después de este atentado contra el patrimonio religioso de Navarra y a las pocas horas había sido puesto en libertad con una orden de alejamiento de diez metros sobre los lugares de culto cristiano. Pues bien, esta medida ha resultado tan eficaz que durante la noche del martes este mismo individuo volvió a dar rienda suelta a su furia iconoclasta, esta vez ha cometido destrozos en la iglesia vieja de Ribaforada. 


En un principio se creía que durante esta nueva algarada del islamista sólo había sido destrozada una cruz de piedra de la fachada del templo, a la tarde pudimos saber que este descerebrado también había logrado acceder al interior de la iglesia donde la había emprendido a golpes hasta decapitar una imagen de San Bartolomé, patrón de Ribaforada. Así es como pocas horas después la Guardia Civil procedió a detener a este integrista durante la mañana del miércoles pasado.


Como ya dije en la entrada del lunes, la reacción de la judicatura ante el primer atentado había sido de risa: poner en libertad a un indivíduo que no sólo había reconocido su autoría en la quema del retablo en Fontellas, sino que afirmaba que este tipo de acciones le iban a llevar al paraíso. En libertad eso sí, con una orden de alejamiento de diez metros a cualquier lugar o acto donde se rinda culto cristiano. Los hechos han acabado demostrando que las leyes laxas y garantistas de Occidente nada tienen que hacer contra la fe de unos fanáticos que no tienen nada que perder y que haciendo su parte para destruir los pilares de nuestra sociedad dicen tener garantizada la salvación eterna.

Ya lo dijo aquel líder religioso musulmán: "Gracias a vuestras leyes democráticas, os invadiremos. Gracias a nuestras leyes religiosas, os dominaremos" y aún quedan demasiados ciegos incapaces de comprender que en este mundo donde el materialismo parece inundarlo todo; aún quedan personas dispuestas a darlo todo a cambio de nada, en este caso por una ideología político-religiosa que se ha propuesto conquistar el mundo para que no haya un solo rincón en el que no impere la Sharia.

¿Y nuestra respuesta ante este ataque frontal consiste en una miserable orden de alejamiento? Este individuo debería estar a estas horas de camino a la Audiencia Nacional para ser juzgado por un acto de terrorismo, porque ha dejado de ser un gravísimo acto de vandalismo contra nuestro patrimonio histórico desde el momento en que este sujeto ha actuado con la finalidad manifiesta de atentar contra los valores religiosos de la sociedad occidental en aras de destruirla. Una vez cumplida su pena, ya sí, habría que proceder a su expulsión de vuelta a Marruecos, lugar en el que a buen seguro no se verá importunado a cada momento por nuestros iconos religiosos, más que nada porque está prohibido hacer proselitismo cristiano en Marruecos.

Parafraseando a aquel líder de la Europa Oriental: si algún musulmán ansía la imposición de la ley islámica en nuestros países bien haría en volverse de vuelta a un país musulmán en el que impere la sharia. Son estas minorías religiosas las que necesitan vivir con nosotros y no al revés, por lo tanto son ellos los que tienen que adaptarse a nuestra forma de vida y nuestras leyes, no nosotros a las suyas. Por supuesto, no toleraremos faltas de respeto por parte de estas gentes hacia nuestra forma de vida y nuestra cultura.


Hispano

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