martes, 13 de septiembre de 2016

La moda del "gaztetxe"


Me resultaron muy curiosos una serie de artículos publicados en un medio virtual de renombre nacional que trataban sobre la vida diaria del sectario grupo porro-etarra Indar Gorri, en concreto uno en el que se hablaba acerca de su centro de operaciones. Como todos sabemos, un “gaztetxe” es un local juvenil generalmente ocupado, el cual desempeña labores sociales y de ocio. A algunos individuos les encantaría tener un local en el que puedan fumarse sus petardos, meterse un par de pelotas de speed y salir a pegar carteles del hijo de puta de Mikel Ayensa, pero como no es mi caso, me gustaría volver a tener una opinión crítica acerca de estos deprimentes locales.

La imparcialidad política no es un tema muy apreciado en el ambiente gaztechero y ver iconos proetarras en la inmediaciones de cualquiera de estos locales es lo habitual. Incontables son los delitos de enaltecimiento al terrorismo que se han producido y desalojos por parte de la Policía, buen ejemplo el frontón Euskal Jai, que fue desalojado en 2004 y más de un batasuno se fue caliente a casa. Como ya he comentado, la imparcialidad política no esta muy bien vista en estos lares, pero sí la variedad (y no de champú). Este verano fue cedido el chalet de Caparroso a los “okupas” abertzales, mientras que el anterior local ocupado, situado en la calle Compañía, fue asaltado por personajes afines al movimiento anarquista, que tuvieron perdiendo el tiempo a varios efectivos de la Policía Foral  mientras los ocupantes se negaban a abandonar el local.

Sean abertzales o anarquistas, éstos hacen manitas entre ellos y hacen que la filosofía “okupa” se extienda y cree una pequeña moda a seguir entre la juventud navarra. La semana pasada se ocupó un local en el barrio de la Rochapea, el cual está frecuentado por jóvenes de temprana edad y, manejado por el colectivo practicante de la etarrada local. Sea el gazteche de Barañáin, Rochapea, Pamplona o el antro Ezpala, todos y cada uno de estos locales giran en torno a sectores afines a Bildu, Sortu, Ernai e incluso Indar Gorri, al igual que los movimientos vecinales que organizan ferias en los barrios.


Resulta repugnante pasear por fiestas de barrios que sólo representan a un mínimo sector de la población, que inundan con contaminación política las calles y que degeneran a una juventud. El ocio nocturno puede que no sea el más sano de todos, pero es repulsivo ver a críos de 13 años fumando porros con litronas en unas “txoznas” al ritmo de kortatu y rodeados de propaganda proetarra.

Con Bildu en el ayuntamiento, la barra libre de gazteches no ha hecho nada más que empezar gracias al pasotismo de la derecha en Navarra, que habrá hecho que se desalojen todo tipo de locales, pero no ha hecho apenas nada para prevenir esta situación, o por lo menos, lo ha hecho tarde. Muchos criticarán esto diciendo que el nacionalismo tiene los días contados en las instituciones, Geroa Bai y Bildu, están ejerciendo una política deprimente que probablemente les saque del Gobierno en las próximas elecciones, pero no les sacará de las calles. Desde el sofá no se va a acabar este problema, como mucho se intentará prolongar el crecimiento del mismo, cosa que se ha llevado haciendo años y que por arte de magia, ha pillado a todos sorprendidos echándose las manos a la cabeza pensando que jamás ocurriría.

Un gazteche es un nido de vagos, la inmensa mayoría de los cuales recurren a la ocupación de locales no porque no tengan dinero para pagarse una bajera, sino porque prefieren gastarselo en otras cositas menos sanas. Como es común en la ultraizquierda, el vivir del cuento, estudiar lo mínimo y nutrirse de las becas y subvenciones que todos pagamos es el fundamento primordial del inútil sedentario que se parte la caja mientras se fuma unos porros en un sofá rodeado de ikurriñas y abalorios de culto a asesinos y la prueba palpable es que este tipo de antros sólo se dan en los medios urbanos: bien podrían irse a “okupar” un pueblo abandonado y darle vida de nuevo, pero ahí no los veréis a los gaztecerdos porque para vivir tendrían que trabajar de verdad, es más fácil “okupar” en la ciudad, ahí siempre hay algún idiota al que parasitar.


Legio IX

3 comentarios:

  1. Creo que criticar no esta mal, pero tu no tienes ni respeto ni educacion.....acaso tu vida es tan aburrida que te dedicas a escribir sobre gente que no conoces? Si trabajarias duro fisica o mentalmente, no estarias perdiendo el tiempo en insultar y menospreciar a nadie...date una vuelta de tuerca a tu mente....que si todos serian como tu....esto seria muy aburrido

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    1. Primero, me gustaría recalcar en tu definición de "insultar", cosa que reconozco, ya que he llamado hijo de puta a Mikel Ayensa, asesino de Francisco Casanova y Tomás Caballero, concretando, he insultado a su madre, que opino que no tiene la culpa de parir a semejante elemento y podría haberle llamado puto asesino, rata, deshecho social o cualquier adjetivo calificativo que resultara ofensivo, hijo de puta me ha parecido óptimo.

      Segundo, definir no es lo mismo que menospreciar y diciendo que la gente que frecuenta estos locales son proetarras y consumen drogas, ve y pregúntaselo a la mayoría de jóvenes (y no tan jóvenes) que los visitan, observa sus abalorios y fíjate a ver si tienen fotos de algún que otro (hijo de puta) asesino en la pared. Sinceramente creo que tener un vector de una navaja pintado en la pared dice bastante.

      Por último, me gustaría agradecerte el respeto con el que has escrito tu comentario y de hecho tienes razón, estoy perdiendo el tiempo ya que no tendría que estar escribiendo este comentario, al igual que tú. Si realmente apoyas a los asesinos y el consumo de drogas entre jóvenes (y mayores) deberías pensar quién es el que necesita darse una vuelta de tuerca.

      PD: Mírate las reglas de acentuación y el pretérito imperfecto del subjuntivo.

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    2. freeman walsye: Tu educación se ha quedado muy cortita. Eres la demostración palpable del inculto paleto. Y además, por el nombre en inglés, un hortera.

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