Esta semana tocaba huelga estudiantil y allí estaba él. Esta semana tocaba huelga estudiantil y en esta ocasión la organizaba mayoritariamente el Sindicato de Estudiantes -de ideología marxista- bajo el pretexto de las medidas que la nueva ley de educación Lomce pretendía implantar, entre ellas un sistema de reválidas. Dos eran los exámenes que habrían de hacerse al acabar la educación secundaria y el bachillerato, como una prueba del algodón que evalúe de forma externa los conocimientos adquiridos por la que se supone es la generación más preparada de la historia, ¿algo que temer?
El lema de la manifestación tanto en Madrid como en Pamplona era "¡Fuera las reválidas franquistas!" ¿Qué tiene que ver Franco con todo esto? pues no lo se, quizás estos valerosos jóvenes vivieron la represión de aquellos durísimos años mientras veían Pokemon o quizás esos años queden tan lejos para ellos que no tienen ni puñetera idea de lo que fue el franquismo y hoy en día utilizan el francomodín como arma arrojadiza contra todo lo que no les guste. Probablemente la mayor parte de ellos desconozca hace cuántas décadas murió Franco, pero el caso es que el PP es Franco, el dentista es Franco y hasta el odioso brócoli es Franco. Tal es el nivel de la extrema izquierda en España que aún agitando un fantasma son capaces de movilizar a su rebaño.
Realmente hace falta ser débil de mente como para necesitar echarle la culpa a alguien o a algo de todo lo malvado habido y por haber; el mundo no es así de simple. Cuando no hay argumentos se buscan enemigos, pero lo más ridículo es que lleven más de cuarenta años enterrados. Han de tener cuidado estos pobres muchachos que dividen el universo en franquistas y antifranquistas, porque quizás algún día el mundo que han construido implosione al enterarse, por ejemplo, de que las reválidas son un invento de esa Segunda República Española tan idealizada y que el propio franquismo las eliminó en 1970 para volver menos restrictivo el acceso a la universidad, a la que sólo accedía el 10% de los alumnos.
El caso es que si empleo el pretérito imperfecto a la hora de hablar de esta forma de reválidas se debe a que a estas horas el Partido Popular se la ha envainado y ha suspendido de forma indefinida la aplicación de estas pruebas como signo de unos nuevos tiempos de elusivo consenso y diálogos de sordos. Tenemos en España a una ultraizquierda envalentonada que se crece cuando huele el miedo de una derecha acomplejada y aburguesada.
Hispano
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