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lunes, 14 de noviembre de 2016

Un palo colosal a Mendoza, a Barkos y a la euskaldunización de la educación


El 10 de febrero de 2016, un Decreto Foral pergeñado por la derrotada Barkos y el seminarista Mendoza convocó oposiciones para maestro en Navarra. No se habían convocado desde 2011 y hacían falta. Pero al consejero de Educación del Cuatripartito abertzale no le importaban las necesidades de los alumnos navarros, sino sus propios planes de expansión ideológica y lingüística. Y convocó 100 plazas en vascuence que no existían.

Ahora, a fin de año, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha anulado las 100 plazas en euskera en la Oferta de Empleo Público. Esa OPE fue recurrida por algunos sindicatos (AFAPNA, no ELA, no LAB, no STEE EILAS… ¡qué raro!) y los jueces les han dado la razón. Porque la tenían. El Tribunal expone que, según el Decreto Foral para el uso del vascuence en la Administración, las administraciones públicas, mediante resolución motivada, indicarán en sus respectivas plantillas orgánicas los puestos de trabajo para los que el conocimiento del euskera sea preceptivo. Y en Educación Mendoza convocó plazas con el vascuence como requisito que no existían o que no requerían ese conocimiento.

100 plazas de maestro en euskera anuladas: 10 de educación física, 10 de música, 20 de pedagogía terapéutica, 25 de inglés y 35 de vascuence. La Sala de lo Contencioso, a la vista de la plantilla orgánica, dice sencillamente que, de haberse convocado, tendrían que haberlo sido en español.

El Gobierno tribal de Navarra impugnará la sentencia, y con eso demuestran qué les importa de verdad: que los docentes en Navarra sean euskadunes. No le importa que las oposiciones sean injustas y favorezcan a la minoría vascoparlante. Y mucho menos les importa la calidad de la enseñanza pública. Lo ha dejado claro la consejera de Presidencia, Función Pública, Interior y Justicia María José Beaumont, dando su “valoración negativa del Gobierno por los perjuicios que se causa a los opositores que ya llevan meses trabajando tras obtener sus plazas”. O sea que lo que importa es que tengan la tiza esos maestros que no debieron sacar unas plazas que no existían, y que de hecho quedan así anuladas aunque el Cuatripartito tendrá que indemnizarles. Y va a resultar que la culpa la tienen los jueces, por aplicar la Ley, hablando de “una escasa sensibilidad a una de las dos lenguas cooficiales de nuestra Comunidad”.
Pues no es así, consejera Beaumont, consejero Mendoza. Navarra tiene una lengua común, que es el español antes llamado castellano. Y una minoría que además habla vascuence, aunque los abertzales asocien su difusión a la de sus ideas. Es verdad que el marco legal es tibio, cobardón, timorato, tal y como lo dejaron hecho los consejeros de Educación de PSOE, UPN y CDN. Pero ustedes tratan de hacer su política a costa de los maestros y de los alumnos, y la Ley no les importa nada.
En cualquier país o región del mundo, al ser anulada la parte más polémica de una oferta de empleo público así dimitiría el Consejero, dimitiría la Presidenta y la oposición se plantaría. Aquí, como, siempre, chulería de los violadores de la Ley y miedo de los que la han defendido mal durante décadas. Para 2017 anuncian oposiciones de Secundaria y de Inspección. Ya están remozando a su gusto sectario las plantillas para que no les pase esto mismo. De momento no se atreven a decir ni qué van a convocar, ni qué van a hacer con la FP. Pero lo primero que tienen que hacer es reconocer su derrota y asumir que esos 100 maestros euskaldunes no son funcionarios navarros sencillamente porque sus plazas no existían cuando se convocaron. A ver quién dimite.
Caius

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