A no ser que los últimos días hayas estado viviendo en otro planeta, ya sabrás que el pasado lunes tuvo lugar un atentado terrorista en Berlín en el que resultaron asesinadas 12 personas. Recapitulando: un individuo de identidad oficialmente desconocida secuestró probablemente a punta de pistola un camión junto con su conductor -de nacionalidad polaca- que se hallaba realizando una ruta comercial entre Turín y Berlín. Una vez que el terrorista tomó el control del camión, se dirigió al centro de la capital alemana, su objetivo: un mercado navideño situado en una zona muy turística.
En algún momento de este trayecto, el terrorista asesinó al conductor haciendo uso de un arma de fuego y al llegar al lugar del ataque, se abalanzó con el camión a gran velocidad y con las luces apagadas; contra una muchedumbre en un mercado navideño. Tras atropellar a más de medio centenar de personas, el terrorista hizo chocar el camión contra un pino navideño. El atacante aprovechó la confusión del momento y huyó del lugar, dejando un saldo de 12 muertos y 48 heridos, por el momento. La colaboración ciudadana llevó a la detención de un "refugiado" pakistaní en las inmediaciones de este lugar, pero a estas horas ha sido puesto en libertad ya que la policía alemana duda que este haya sido el autor del atentado.
Si digo que se trata de un ataque islamista se debe en primer lugar a que las agencias de inteligencia europeas ya habían avisado del alto riesgo de un atentado islamista durante estas navidades, que hace cinco días ya fue detenido en Alemania un menor de origen iraquí por intentar inmolarse con una bomba en un mercado navideño, que ya se han producido ataques terroristas de similares características -como el atropello masivo en Niza que se saldó con 84 muertos- y a que el propio Estado Islámico ha reivindicado la autoría de este ataque terrorista.
La policía alemana y los principales medios europeos jugaron desde el primer minuto al despiste, especulando que se trataba de un accidente aún incluso horas después de que trascendiese que la empresa propietaria del camión había denunciado el robo, que el chófer de la empresa había aparecido muerto con impactos de bala en el asiento del copiloto y que el principal sospechoso detenido era un refugiado de origen pakistaní. Tanto es así que más de seis horas después del ataque, y cuatro desde que el Estado Islámico lo reivindicase, la policía alemana aún no hablaba de un atentado terrorista. Otros medios españoles como El País, La Razón o el ABC; habían señalado erroneamente como responsable del "accidente" al conductor polaco del camión, llegando incluso a afirmar que este había sido detenido. A estas horas, el autor de la masacre aún permanece huido.
Una vez posada la polvareda, hemos conocido que entre los heridos por este atentado, se encontraba un jóven español con fracturas en tibia, peroné, tobillo y cadera. Así mismo, durante la tarde de ayer corrió como la pólvora en WhatsApp y RR.SS. que el estudiante español herido en Berlín era a su vez un abertzale que había publicado mensajes en twitter justificando la lucha armada (el terrorismo) de ETA, relativizando la autoría de otros atentados islamistas; e incluso por paradójico que parezca, llamándole "nazis" a las empresas alemanas o expresando su odio por la navidad. Como es obvio, no somos nosotros los que nos vamos a reir de una víctima del terrorismo islamista, a pesar de que el euskalpijo fuese un gilipollas de manual. Sólo cabe esperar que el joven bilbaíno se recupere pronto y que habiendo resultado herido en un atentado terrorista, sea capaz de reflexionar y ponerse en el lugar de las víctimas del terrorismo de ETA que él apoya.
Mientras en España, según los analistas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el islamismo radical avanza sobre todo en Cataluña, lugar en el que se sitúan la mitad de las mezquitas salafistas de España. No es una casualidad que en el 2013 el CNI reclamase la expulsión del súbdito marroquí Nouredinne Ziani por hacer proselitismo salafista y trabajar para los servicios secretos de Marruecos. Este islamista también era, qué casualidad, el encargado por el partido secesionista Convergencia Democrática de Cataluña (Antigua CiU) para actuar como engranaje entre el movimiento separatista catalán y los inmigrantes musulmanes en Cataluña, hasta el punto de que trasladó la sede de su asociación (Unió de Centres Culturals Islàmics de Catalunya) a el local de una fundación de CDC.
Otros de los puntos calientes en la geografía nacional son el País Vasco y Navarra, donde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tienen constancia de luchas internas entre salafistas e islamistas moderados por el control de mezquitas ya establecidas. Huelga recordar que en Corella está a punto de instalarse una mezquita financiada por un grupo que las Naciones Unidas consideran islamista radical; o que la Guardia Civil ya detuvo hace escasas semanas a un camionero islamista radicado en Irún que había intentado unirse en Siria al Estado Islámico.
¿Cuántos atentados terroristas más hacen falta para comprender que el Islam tal y como es enseñado en el Corán es una ideología político-religiosa incompatible con la democracia?
Hispano
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