Páginas

martes, 3 de enero de 2017

Carta de una lectora al párroco de San Lorenzo


Una de nuestras lectoras nos ha hecho llegar una carta abierta al párroco de San Lorenzo a raíz de la polémica en torno al encierro de los proetarras en la iglesia de San Lorenzo. Si se ve obligada a publicarla aquí es debido a que sus intentos de hacérsela llegar al interesado a través del grupo de facebook de la parroquia de San Lorenzo se toparon con la eliminación de su mensaje...

Sr. párroco: Soy una de las personas que se ha sentido aludida en el impresentable , incongruente y ofensivo artículo [1] que escribió en navarra.com (me imagino que estos comentarios míos los borrará rápidamente como hizo con el que le envié hace unos días, ¡qué valiente!, ¡cómo duele la verdad!). Le he enviado separadamente tres comentarios que ha emitido usted últimamente. Resumiendo, sobre el carbón al arzobispo por la inmatriculación de las iglesias, dice que estas son patrimonio del pueblo cristiano, de los católicos...el segundo sobre el encierro de gentuza que lleva 10 años haciendo esto con el permiso de párrocos... ¿quién es la última autoridad eclesiástica que les ha permitido eso? ¡El Arzobispo, señor Leoz!, y este año usted lo ha permitido. El tercer mensaje mensaje: y cito textualmente: c)Ante la insistencia, y siguiendo pautas de años anteriores (asesorada la parroquia por el propio Arzobispado y mandos policiales) se ha optado por dejar una de las salas del Centro Parroquial.) asesorada la parroquia ¡Por el Arzobispado, señor Leoz! El responsable de todo esto es ¡el Arzobispo, señor Leoz! y la iglesia.....¡del pueblo cristiano, del católico, cuyo representante aquí es el Arzobispo, señor Leoz!

Por último, no le permito que nos comparen con los nazis en la noche de los cristales rotos a los que comentamos con derecho, con información y criterio; ciertas cosas que ustedes quieren tapar por pura vergüenza torera. ¡Qué vergüenza y que pena me da, señor Leoz!¡Espero que Dios le perdone a usted y al Arzobispo!¡Yo sigo creyendo en Dios a pesar de su iglesia!

Una colaboración de Himilce


La plataforma de recuperación del patrimonio (ese que los cristianos levantaron con sensibilidad cristiana y no populista y mucho menos sectaria) ha dejado delante del Arzobispado “carbón” por la inmatriculación de las iglesias. ¿Qué pasa? Cuando fueron levantadas, con el patrocinio de ayuntamientos y concejos, desde luego lo hicieron con una visión cristiana. ¿De quién son las iglesias, ermitas o parroquias? ¿De los ayuntamientos? ¡Por supuesto que no! ¿Del “pueblo” en un sentido general? ¡Tampoco! En todo caso, del pueblo cristiano. Si el patrimonio cristiano, el de los católicos, cayese en manos de estos “carboneros” a buen seguro que, en cuatro telediarios, convertirían nuestros templos en lugares de feria o en otras cosas peores.
c)Ante la insistencia, y siguiendo pautas de años anteriores (asesorada la parroquia por el propio Arzobispado y mandos policiales) se ha optado por DEJAR UNA DE LAS SALAS del Centro Parroquial. 

EL ENCIERRO EN APOYO DE LOS PRESOS DE ETA EN SAN LORENZO

Un año más, y van diez, un grupo de personas solicitaron encerrarse en señal de protesta en los locales de la parroquia de San Lorenzo. No es fácil lidiar estas situaciones y, de hecho, se ha puesto coto a la situación advirtiendo que –en próximas ocasiones- este tipo de iniciativas no se permitirán en el recinto parroquial. Estoy seguro que, el Ayuntamiento de Pamplona, Baluarte, Gobierno Civil, Condestable o Ciudadela pueden acoger desde un grado de coherencia y lógica este tipo de actos.

Ahora bien; no es de recibo que, algunos que debieran informarse un poco más (e incluso de siglas muy navarristas) se pensaran antes de estigmatizar a nadie y endosar responsabilidades y complicidades tanto al Sr. Arzobispo como al Párroco (recién llegado) de San Lorenzo.

Algunos son muy valientes escribiendo, proclives a los cristales rotos pero tardos en reflejos y en ideas para solucionar situaciones complejas. Lo dice el verbo popular: “Desde el graderío al toro se le ve fácil. En el ruedo grande el que lo torea”. Algunos hubieran estado mejor callados y, sobre todo, escribiendo no verdades a medias (que son grandes mentiras) y mucho menos criminalizando a Arzobispo o al párroco. “Dios mío: líbrame de estos amigos que, de los enemigos, ya me encargo yo”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario