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miércoles, 1 de febrero de 2017

Euskera: la discriminación que se nos viene encima


El martes 31 de enero, el cutrepartito euskoguay que padecemos anunciaba su intención de adoptar una nueva norma que regule el vascuence en la Administración, con las consecuencias que todos nos podemos imaginar. El impacto es doble, ya que de una parte se cerrará el acceso a un montón de plazas de la Administración a aquellas personas que no conozcan, a un nivel elevado, el idioma y, de otra, el impulso antinatural de la lengua con el impacto económico que supone. Y no piensen los que viven cómodamente en el sector privado que no les afectará, ya que de rebote, aquellas empresas que quieran contratar con la Administración deberán contar con personal con perfil lingüístico.

Comencemos con los datos facilitados por el propio des-Gobierno de Barcos; un 12,9% habla euskera, cuyo uso real es del 6,6%, y con la normativa actual en el 10,8% de los puestos de trabajo de la Administración foral es preceptivo el conocimiento del vascuence, unos 2.835 puestos de trabajo. El Plan Estratégico del Euskera presentado recientemente por el Ejecutivo foral incluye entre otras medidas una dotación presupuestaria anunciada de 10 millones de euros, y medidas legislativas como el “Decreto Foral de las lenguas propias de Navarra”, con  un apartado dedicado a la Administración.

Imagen del Plan Estratégico del Euskera para Navarra, el escudo de Navarra sin corona, el dominio .eus (de Euskadi, no engañan) y la lengua minoritaria siempre por encima de la mayoritaria.

Veamos algunas perlas del Plan Estratégico del Euskera y el Decreto foral, así como su impacto laboral, social y económico. De entrada, a todo tipo de subvenciones se va a incluir la exigencia de perfil lingüístico (tener personal con conocimiento de euskera, cartelería y documentación bilingüe....), así como promover el uso de dicha lengua en los comercios (¿y futuras multas lingüísticas?). Asimismo, educación obligatoria, Formación Profesional y Universitaria van a ver incrementada su oferta lingüística en vascuence (con la consiguiente reducción de la oferta en castellano) y la contratación de profesores con perfil lingüístico para poder impartir dichas clases.
               
En cuanto a la Administración, habrá más puestos bilingües en plantilla, se IDENTIFICARÁN las plazas bilingües, la cartelería del Gobierno será bilingüe así como rótulos o publicidad (algo que ya han hecho sin tener amparo normativo). En cuanto a la toponimia, se realizarán labores de “recopilación, investigación, normativización, normalización y difusión de los nombres geográficos”. Para quien no haya entendido este último punto, aquellas localidades navarras que tengan su toponimia no eusquérica supondrá que en los próximos años verán cómo el cartel de entrada a sus localidades pasa a bilingüe (aunque se tengan que inventar la versión eusquérica de Fitero, Monteagudo, Cortes, Fustiñana o Ribaforada).

Como se puede apreciar, GBai, Bildu/Batasuna, I-E/IU/PCE y Podemos han venido a lo que han venido; ni cambio social, ni económico. Cambio político-identitario, que comprende euskera, euskera y más euskera, aparte de euskomamandurria, euskosubvenciones, euskocorrupción y euskodiscriminación, todo regado con una buena dosis de adoctrinamiento y sectarismo. Si datos oficiales de los separatistas dicen que el 12% de los navarros se defienden con la “linguae vascorum”, significa que a más vascuence, más discriminación para la mayoría, a más plazas con perfil obligatorio en vascuence, más discriminación a los navarros (y por si alguien no lo había deducido hasta ahora, más plazas de funcionario para nuestros vecinos). ¡Ay, navarro!... De fuera vendrán y de tu casa te echarán.   Si no reaccionamos a tiempo nos acabarán cociendo a fuego lento como a aquella rana de la fábula.


Fábula de la rana hervida: "Si ponemos una rana en una olla de agua hirviente, inmediatamente intentará salir. Pero si ponemos la rana en agua a la temperatura ambiente, y no la asustamos, se queda tranquila. Cuando la temperatura se eleva de 21 a 26 grados, la rana no hace nada, e incluso parece pasarlo bien. A medida que la temperatura aumenta, la rana está cada vez más aturdida, y finalmente no está en condiciones de salir de la olla.  Aunque nada se lo impide, ¡la rana se queda allí y se cocina!“

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