No hace falta ser un gran economista para darse cuenta que la situación de las cuentas en Navarra da auténtica pena. Solo hace falta echar un vistazo a los titulares de prensa escrita y digital en los últimos días para comprobar sin casi temor a equivocarse que la situación económica de las arcas forales es lamentable.
Queridos lectores. Pónganse ustedes en el hipotético caso de que observan estas situaciones que les presento a continuación en una persona conocida de su entorno con la que han llegado a tratos. Esa hipotética persona usted observa que es un mal pagador y no acuerda lo convenido, que tiene cada vez más problemas con las personas que tiene a su cargo porque les atiende peor y anda últimamente racaneando en los pagos a los mismos. Así mismo ha pedido un crédito abultado para hacer frente a sus obligaciones y muchas empresas que hacen tratos con esa hipotética persona empiezan a desconfiar de ella y van alejándose de su órbita de influencia.
¿No pensarían ustedes que esa persona está atravesando una situación económica delicada? Pues algo parecido es lo que le ocurre en estos momentos a Navarra. Y sirvan estos ejemplos de muestra.
Pero dinero para meternos el euskera con calzador que no falte. Bien de recursos públicos despilfarrados para forzarnos a aprender una lengua que la inmensa mayoría de personas no necesita para comunicarse. Eso es lo importante para el actual Gobierno de Navarra. Adoctrinarnos, dividirnos y empobrecernos.
Teobaldo
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