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miércoles, 22 de febrero de 2017

¿Mano de obra barata o voto cautivo?


El pasado sábado tuvo lugar en Barcelona una manifestación pretendidamente transversal a favor de la acogida de decenas de miles de los llamados refugiados en Cataluña y la apertura incontrolada de las fronteras españolas. No se ofrecen para desmontar las cerraduras de sus casas, ni mucho menos acoger y dar de comer a esta gente; sino que mi dinero y el vuestro sea el que pague su fiesta.

A la convocatoria acudieron en primer lugar el compendio de partidos y asociaciones implicadas en el proceso independentista de Cataluña, los podemitas de Ada Colau, ONGs inmigracionistas de todo pelaje e incluso la Iglesia catalana. Se puede decir que estaban todos menos el PP y Ciudadanos.

Como es de esperar entre quienes exigen traer a refugiados sirios mientras desprecian a sus compatriotas andaluces, la manifestación estaba repleta de cartelitos echándole la culpa a España del control de las fronteras -cosa que sucede en todos los países siempre y cuando no sean Estados fallidos- y haciendo apología de la prometida "República Catalana independiente" que esta sí, será la Suecia del Mediterraneo capaz de acoger a cientocien millones de inmis y refus de todas las procedencias.


En efecto, Europa es responsable al menos en parte del caos generado en los últimos años en torno a Siria, al apoyar a la oposición islamista del gobierno de Bashar al Assad. Un régimen dictatorial, sí, pero estable y laico. Es por esto que la UE no se puede abstener a la hora de ayudar a esta gente, pero los refugiados sirios pasan a ser inmigrantes económicos cuando atraviesan diez países seguros para llegar al país europeo dispuesto a darles la mejor paguita. Huelga también decir que no todos son sirios, entre ellos también se encuentran muchos inmigrantes de otros países musulmanes estables, que al pasar por Siria han adquirido en el mercado negro un pasaporte sirio.

Cualquiera con dos dedos de frente entiende que lo lógico y lo más deseable por nuestra seguridad, sería que los desplazados por la guerra en Siria fuesen establecidos en campamentos humanitarios dignos en países de la zona como Turquía, Jordania y el Líbano. No hablemos ya de las opulentas monarquías del Golfo, algunas de ellas implicadas directamente en la financiación del Estado Islámico.

Manifestaciones como la del sábado en Barcelona, en las que la purria independentista y la ultraizquierda podemita insisten en que a los refugiados sirios hay que traeros a España o que las fronteras han de ser eliminadas; se deben únicamente a una maniobra política que busca ganarse el voto de los inmigrantes e importar nuevo voto cautivo que apuntale la hegemonía política de la progresía y los separatistas en este país.

Quien crea que este problema se soluciona mandando un millón de inmigrantes musulmanes a Cataluña para que la enriquezcan culturalmente con su diversidad vibrante comete un error, puesto que una Cataluña quebrada la estamos pagando y la pagaremos el resto de los españoles; además de que este movimiento inmigracionista no es algo privativo de Cataluña, sino que va a ser promovido por Podemos que ya está haciendo campaña para traer también a decenas de miles de "refugiados", con Manuela Carmena a la cabeza. Todo esto por no hablar de las propuestas políticas de Pablo Iglesias para abrir las fronteras y darle una paguita a todo aquel que se presente, propuestas delirantes cuyo resultados ya podemos observar en la Grecia de Syriza.

Nuestro eskogobierno también se da al postureo prorefugee, cosa fácil de hacer cuando se trata de personas que no vendrán aquí mientras no les demos una paguita más suculenta que la de Alemania.

Si alguien cree que el PP no acudió a la charlotada de Barcelona debido a que por el contrario se trata de un partido con una ideología sólida y un concepto de España indudable, también comete un error. El propio Rajoy -una persona que vive en un palacio hipervigilado con escoltas armados, rodeado de muros y vallas con concertinas de esas que le niegan el uso a la plebe- decía respecto al polémico veto migratorio de Donald Trump que a él no le gustaban las fronteras ni los vetos. Si lo que dijo es realmente cierto, el gallego se convierte un un hipócrita de los pies a la cabeza si sigue manteniendo un sólo día más las vallas de Ceuta y Melilla.

Los objetivos de la derecha económica en este país pasan por traer en las próximas décadas a diez millones de inmigrantes a un país que ya de por sí tiene un 20% de paro. Esto es, importar mano de obra barata para que a los españoles no nos quede otra más que trabajar en condiciones de semiesclavitud, condiciones en las que como siempre pierde el pueblo español y sólo ganan unos pocos cuya única patria es el dinero.

Es en su temerario desprecio al futuro de los españoles en lo que coinciden a pies juntillas la izquierda y la "derecha". Todo aquel que se atreva a dudar de la bondad de sus políticas migratorias se enfrentará al ostracismo cuando no a la criminalización por parte de los medios controlados por las élites económicas, pero aquí no estaremos callados porque en este reducto no nos debemos a ningún interés por encima del pueblo español.

Hispano

1 comentario:

  1. Eso se llama esclavitud. O no, porque un explotado inmigrante tiene menos derechos que un esclavo. Y menos aún un trabajador ESPÑOL, que cobra como un inmigrante, encima paga impuestos y encima le obligan a estar contento y defender el SISTEMA que lo explota!!!!!

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