La figura de Catalina de Foix ha iniciado un ciclo de charlas conmemorativas de la historia de Navarra. Y conforme a los tiempos de Barkos que vivimos, la primera conferencia 'La reina Catalina de Foix o la defensa de la soberanía navarra', fue a cargo de Aitor Pescador Medrano, en el Palacio del Condestable.
Pero que Mendoza y su séquito no llamen a esto “charlas conmemorativas de la historia de Navarra” con el apellido de “encuentros plurales”. Porque nada es verdad: ni se habla de historia, porque es propaganda, ni hay pluralismo, porque sólo se cuenta con personas e ideas que comparten lo que conviene a los abertzales del gobierno. Y ya está bien.
Pero que Mendoza y su séquito no llamen a esto “charlas conmemorativas de la historia de Navarra” con el apellido de “encuentros plurales”. Porque nada es verdad: ni se habla de historia, porque es propaganda, ni hay pluralismo, porque sólo se cuenta con personas e ideas que comparten lo que conviene a los abertzales del gobierno. Y ya está bien.
Catalina de Foix nació en 1468 y murió en 1517, centenario que sirve de excusa a esta grosera manipulación. La primera circunstancia que hacía difícil el reinado de Catalina, hermana y heredera del rey niño Francisco I Febo, era su edad. Catalina asumió el reino de Navarra el 30 de enero de 1483, teniendo catorce años. Un auténtico papelón, con una Navarra en guerra civil entre agramonteses y beamonteses y su primo Fernando el Católico siendo el único en condiciones de poner paz a este lado del Pirineo.
Al final, toda la vida y el mismo matrimonio de Catalina se resumen en algo que ni los abertzales de hoy ni sus propagandistas han entendido. Al Norte de las montañas, Catalina tenía amplios y ricos señoríos, y la posibilidad de enlazar con la Casa Real francesa; pero para eso París pedía su subordinación, y amenazaba con no reconocerla como señora y sí a alguno de sus primos. Frente a eso, al Sur el rey Fernando no quería ni una Navarra en tumultos ni una Navarra subordinada a Francia, y no olvidaba que muchos navarros le eran a él personalmente leales, como lo habían sido a su padre Juan II.
Al principio, Catalina (y su madre) eligieron llevarse bien con Fernando. Cómo estarían de mal las cosas que tardó 10 años, hasta 1493, en tomar posesión del reino. Francesa en buena parte por su familia, Catalina creció en medio de la preocupación por la posible pérdida de su patrimonio francés, fue educada como una princesa de sangre real francesa, y emparentó con otra gran familia francesa, la de Juan de Albret. Lo más saneado de sus rentas provenía de Francia, y sólo con la benevolencia de París podía conservarse. Navarra, por el contrario, fue hasta finales de 1493 una tierra desconocida, o mejor dicho conocida sólo por los problemas y gastos que generaba, que aparecía siempre envuelta en inextricables querellas familiares, y que sólo podía mantenerse por voluntad de los Reyes Católicos, la única fuerza constantemente interesada por el reino.
Para Catalina, Navarra era una aventura, pero la realidad inmediata, incluso afectivamente, eran las tierras del Midi. Magdalena de Francia la educó en su mismo orden de prioridades políticas: Francia ante todo, ya que de Francia dependían los señoríos verdaderamente queridos, no Navarra. Lo sucedido en 1512 fue simplemente la consecuencia: llamada a elegir entre España y Francia, Catalina eligió con buena lógica Francia. De Navarra conservó el uso, prestigioso, del título real, pero nada más. Desde la entrada del duque de Alba en 1512, desde aquella derrota francesa y desde las Cortes navarras de Burgos de 1515, rey de Navarra fue Fernando el Católico, que durante décadas había sido el único en interesarse por Navarra y los navarros. No se equivocó Catalina: a cambio de renunciar a este reino pequeño y empobrecido, palabras aparte, llevó a su familia a trepar al trono de Francia. Los que se equivocan son los que siguen a divulgadores abertzales como Aitor Pescador, pues no hacen historia sino propaganda de las ideas navarreras manipuladas por los nacionalistas. Nacionalistas vascos, por supuesto.
Caius
Desde mi sublime desconocimiento, si todo es tan simple como lo cuentas, ¿por qué razón no entra Francia a defender el Reino de Navarra? Si a Fernando el Católico le interesaba conquistarlo, supongo que a los franceses defenderlo. Y no fue así. Francia no interviene en la guerra con Castilla.
ResponderEliminarNoooo no interviene para nada, anda lee un poco de historia y enterate de donde provenían la mayor parte de las tropas legitimistas de las sucesivas guerras (pista: navarros no deran).
Eliminar¿Y no será porque los reyes de Francia pasaban mucho de Navarra, que era una migaja ahí lejos, mientras lo que a ellos les importaba entonces eran los feudos del Sur, las guerras de italia, organizar el reino tras más de un siglo, empezar un renacimiento... ? La verdad es que parece que Navarra les interesaba sólo para incordiar a Castilla primero y a Fernando después, a los que sí les importa de verdad esto. De hecho, en 1521 algo hacen pensando en los comuneros etc, pero en cuanto ven que no hay nada que hacer adioooooos.
ResponderEliminarSegun este articulo Catalina y los defensores de Navarra como reino eran extranjer@s con oscuros intereses y los unicos interesados de buena fe eran los reyes catolicos. Lo q hay q leer.
ResponderEliminarEsta es la historia de los vencedores.
Artículos como éste nos reafirma más en nuestras convicciones soberanistas (que no independentistas, la soberanía nos la robaron,nos pertenece).
ResponderEliminarGracias, "Navarraresiste". por ésta basura de artículo.
Tendencioso como la "propaganda abertzale" que mencionas.
Se vé a la legua que de Navarro tienes sólo el sueldo o el alpiste, no las raíces ni las tradiciones autóctonas ni el conocimiento de sus gentes que siempre nos han distinguido.
Saludos.
De nada, anormal.
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