Estos días se ha generado un revuelo mediático sin precedentes por un autobús fletado por “Hazte Oir” que pretendía recorrer la geografía española con un mensaje muy claro y sencillo. "Los niños tienen pene. Las niñas vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer seguirás siéndolo". El mismo día que el autobús se puso a recorrer las calles de Madrid fue retenido en unas cocheras y se le ha impedido su circulación. El encargado de inmovilizar el autobús fue el Ayuntamiento de Madrid que dio orden a la policía municipal para que impidiera su circulación amparándose en que se saltaba dos ordenanzas municipales, la de Circulación y la de Publicidad Exterior.
Durante ese día se produjeron declaraciones grandilocuentes desde todo el espectro político acusando al autobús de llevar un mensaje tránsfobo. Incluso pidieron a la Fiscalía, a la Delegación del Gobierno y a la Abogacía General que se inicien procesos penales contra la organización que ha fletado el autobús. Todo esto acompañado con mucho ruido mediático en las cadenas de televisión, en la radio y en la prensa con opiniones que convergían todas en una misma dirección.
A pesar de que toda la maquinaria mediática y política se ha puesto a trabajar al unísono y a toda velocidad en pos de la corrección política y salvaguardando la ideología de género, se ha abierto una brecha dentro de la sociedad que hasta hace pocos meses era impensable. Empieza a darse en España el mismo fenómeno que ya lleva años por delante en otras sociedades occidentales. La fractura entre por un lado la clase política, los medios de comunicación de masas, las asociaciones afines a la ideología establecida y por otro lado muchas personas de la “gente corriente”, que ya están cansadas de comulgar con ruedas de molino y ya muestran su hartazgo.
No han faltado los insultos habituales para amedrentar al disidente que se han vertido estos días en las redes sociales y desde los medios de comunicación de masas contra los que apoyaban el autobús. Insultos ante los que muchas personas de la “gente corriente” ya están inmunizados. Insultos tales como “fachas”, “casposos”, “fascistas”, “retrógados”, etc... han dejado de surtir efecto. No se dan cuenta los que lanzan esos insultos sistemáticamente que éstos han dejado de tener efectividad. El hastío ante la nueva Inquisición de lo políticamente correcto es ya más efectivo que unos insultos ya muy manoseados y reiterativos.
No es de extrañar entonces que estos días hayamos visto con total nitidez en la prensa digitalizada que permite comentarios, como la línea editorial del periódico iba por un lado, y la opinión de los lectores iba por el lado diametralmente opuesto. El mismo acontecimiento que ya hemos visto en otros países de nuestro entorno.
Que tampoco se extrañen partidos que se colocan de perfil ante estos acontecimientos como UPN o el PP. Con el tiempo esta posición tan ambigua acabará por pasarles factura. No se puede estar en misa y repicando. La dictadura de lo políticamente correcto se está mostrando en todo su esplendor y a los ojos de todo el mundo. Y sí, muchas personas de la “gente corriente” ya están hartas.
Por eso, al margen del contenido que tenga el autobús, que no da tiempo en un artículo para hablar del mismo, éste pudiera ser el autobús de la esperanza. Esperanza ya que gracias a su escándalo mediático muchas personas han abierto los ojos y están empezando a dejar de lado los complejos que los tenían atenazados. Muchas personas de la “gente corriente” ya dicen abiertamente lo que realmente piensan. Como recientemente se ha comprobado en otros países, el poder de las redes a la hora de crear opinión cada vez es mayor. Y el poder de los grandes medios de comunicación es menguante, a pesar de tener un gran soporte político y mediático.
Sirva también este autobús como idea para futuros actos que pudieran realizarse también en Navarra ante las crecientes imposiciones a las que estamos siendo sometidos. La imposición con calzador del “euskera” que estamos padeciendo los navarros bien merecería un autobús verde esperanza donde se diga que “1+1 =2”. Y es que decir lo obvio y evidente parece que empieza a estar perseguido.
Aliso
Es el AUTOBÚS DE LA LIBERTAD. ¿Por qué voy a dejar que unos ideólogos dogmáticos decidan qué se puede decir y qué no? Estoy seguro de que la INMENSA MAYORÍA de los gays navarros comparten por ejemplo lo que decía el bus, o desde luego comparte la defensa de su derecho a decirlo aunque no estén de acuerdo. SI DEJAMOS QUE NOS QUITEN LA PALABRA luego no nos podremos quehar de que ARAIZ nos ponga buses de ETA y de BATASUNA, de qu se prohiba la bandera de ESPAÑA, etc etc.
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