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viernes, 3 de marzo de 2017

Navarra: desierto industrial


Recientemente los dos principales y únicos diarios navarros que editan en papel desvelaban la fuga de empresas a la que estamos asistiendo en Navarra desde el advenimiento del "Gobierno del kanvio". No es la primera vez que sufrimos una deslocalización industrial, aunque al paso al que vamos, podría ser la última. La industria en sí misma es fuente de riqueza, genera trabajo, produce bienes y servicios (parte de los cuales se consumen en el propio territorio en el que se producen) y supone asimismo pago de impuestos con los que se nutre la hacienda pública. Además la industria se ha revelado como una fuente más fiable de creación de riqueza, ya que los recursos naturales de por sí a veces resulta más bien una maldición para las poblaciones de no pocos países.

Si bien la deslocalización o simple cierre de muchas empresas en su momento se debieron a efectos de distintas crisis económicas padecidas en los últimos cuarenta años o el propio proceso de globalización, esta última huida de empresas está motivada más bien por razones de tipo político, jurídico y tributario. Navarra ha dejado de ser un mini "paraíso fiscal", ya no resulta atractiva la tributación ni de personas físicas ni jurídicas, y no parece que en un futuro cercano la cosa vaya a cambiar con una súper mayoría de izquierdas en el Parlamento Foral (IU, Podemos, Bildu, GBai y PSN) . Una izquierda enloquecida cuya única meta en materia fiscal es subir los impuestos "a los ricos" (es decir, a la clase media y media-baja) para financiar todo tipo de proyectos de corte populista y una sociedad totalmente subvencionada ante su incapacidad de generar riqueza y empleo (mismo sistema que empleó la URSS y cuyo final ya conocemos). A todo esto hay que añadir futura y actual inestabilidad política y jurídica, con una mayoría parlamentaria poco de fiar.
        
  
Campaña de la izquierda aberchal culpando de la crisis económica a España, como si por ser "Eusqualerria" independiente fuera a ser una "Suiza". De hecho, si no llega a ser por España, ni País Vasco ni Navarra hubieran tenido otro destino que vivir de las vacas y la emigración o constituirse en un paraíso fiscal (secreto bancario incluido). Mano de obra, recursos naturales y financieros, acceso a todo el territorio español (que hasta hace no tanto abarcaba grandes territorios en otros continentes) y un régimen fiscal muy ventajoso (y discutible) han sido la verdadera fuente de riqueza en el pasado.

Para situarnos, cualquiera de nuestros lectores que en el hipotético caso de que tuviera una empresa, un patrimonio importante o ambos, ante la actual y futura evolución de la política navarra, tal y como está el panorama, y con la posibilidad de trasladar el domicilio fiscal a La Rioja, Madrid, Asturias o Castilla-La Mancha, mediten que es lo que harían, desde luego que yo lo tendría muy claro. Si además, la fabrica fuera fácilmente desmontable y vuelta a poner en marcha en otras tierras más atractivas dentro o fuera de España, entonces está más claro que el agua cristalina. Y precisamente esas decisiones empresariales muchas personas ya han adoptado han supuesto la fuga de 130 empresas con un volumen de negocio de 400 millones de euros. Ya solo en Impuesto de Sociedades no es difícil de deducir la pérdida que han supuesto para las arcas forales.

El kanvio que nos iba a traer una arcadia feliz, una nueva forma de hacer política y la solución a todos los problemas que nos aquejan en media legislatura más bien llevan el camino de convertir la Comunidad Foral en un infierno. Sin industria, en un contexto de globalización muy complicado, con una enorme inestabilidad política, económica y social a nivel internacional con su correspondiente impacto directo en nuestra vida diaria, con un gobierno obsesionado en cuestiones identitarias y lingüísticas, ese es el verdadero cambio. Mas impuestos y menos trabajo, más euskera, memoria histórica adaptada al discurso separatista y alguna paguica para tener a la gente con la boca cerrada. Paguica, junto al euskera, que pagaremos entre todos con esas subidas de impuestos y con el aumento de deuda que acaba de aprobar el actual ejecutivo foral. Ahora juzguen nuestros lectores si el "kambiazo" ha merecido la pena, y si son dignos acreedores de seguir mucho más tiempo al frente del gobierno.

1 comentario:

  1. Pues está muy claro: del mismo modo que antes se usaron los FUEROS para hacer Navarra atractiva (nuestro propio pan de desarrollo, gracias a los beneficios fiscales, gracias a lo cual existe Landaben y todos los polígonos e industrias serios) ´, éstos usan la autonomía fiscal para imponer su ideología. RESULTADO 1: las industrias se irán, o como mínimo dejarán de venir. RESULTADO 2: antes o después alguien dirá FUEROS NO, ya que esos beneficios se estarán usando en beneficio de los abrtontos y no de la NAVARRA ESPAÑOLA. ¿Y CUÁNTOS DE ELLOS Y DE SUS VOTANTES ESTÁN EN NAVARRA gracias a esa autonomía cuadno se usó bien? ¿O quieren que volvamos todos a cuidar vacas?

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