Si
bien no es la primera vez en los últimos años que sale a colación el tema de
los bombardeos republicanos sobre Navarra durante la Guerra Civil (1936-1939),
el tema vuelve a ser de actualidad gracias
a la revista de historia y actualidad militar "Ares". En un magnifico
y extenso artículo, el autor relata un hecho "olvidado", como fueron
los sucesivos ataques aéreos de la aviación republicana sobre Navarra durante
el conflicto bélico fratricida, que además tuvo la característica, como muy
bien refleja el autor, de ser acciones de represalia sobre población civil, sin
ningún interés estratégico de carácter militar. En el momento actual en al cual
hasta UPN se entrega apasionadamente a la memoria histórica de la izquierda más
casposa y revanchista en cuanto a la Guerra Civil, se hace más necesario que
nunca recordar dos hechos criminales que tanto la derecha
"chamberlainista" como la izquierda revanchista olvidan de manera
conveniente; los bombardeos aéreos realizados por la aviación republicana sobre
Navarra (zona de retaguardia, población civil y con a penas interés militar) y
los cientos de navarros fusilados por milicias del Frente Popular en la
retaguardia republicana, como por ejemplo Víctor Pradera y su hijo en San
Sebastián en septiembre de 1936.
Curiosamente
Navarra contaba con varios puntos de interés militar, como los aeródromos de
Ablitas y Buñuel, muy mal defendidos desde un punto de vista de defensa
antiaérea, que sin embargo, durante los tres largos años de guerra jamás
sufrieron ataque aéreo alguno por parte de la aviación frentepopulista. De
hecho, el primer bombardeo sobre Navarra fue en la capital, Pamplona, el sábado
22 de mayo de 1937, en el cual, un avión modelo katiuska soltó unas bombas
sobre una arboleda junto al portal de Francia que causó la muerte de 11
navarros "civiles" (es decir, no militares ni milicianos); Armando
Pejenaute, María Arenal, Aurelia Mainer, Patrocinio Évora, Juan Jiménez,
Eusebio Martínez, Agustina Osés, Vicente Urra y los niños Florencio Ilzarbe,
Victoriano Lizarraga y Daniel Fiz.
El
13 de agosto de 1937 le llegará el turno a Tudela, que de resaca de fiestas de
Santa Ana cuando a las 18:00 horas tres tupolev lanzaron 9 bombas de 25 kg,
causando numerosas víctimas entre los asistentes a las ferias; Jesús Gil,
Cristina y Montserrat Suchet, Inés Hernández, Mariano Ciria, Ramón Ibarra,
Concha Jiménez, Victoriano Casajús, Atilano Coscolín, José María Pérez y los
niños Mercedes Gracia y José Marín. El 25 de septiembre del mismo año le toco
la china a la localidad de Lumbier, cayendo las bombas sobre el casco urbano
que ocasionó la muerte de Pablo Tabar, Carlota Aldave, Carmela y Pilar Góngora,
José Indurain, Francisco Iriarte y María de los Ángeles Eguaras, aparte de
daños sobre la iglesia y trece casas de la localidad, todo de un objetivo
militar de vital importancia como se puede apreciar.
De
nuevo la capital del viejo reino sufrirá una nueva acción de
"castigo" frentepopulista, ya que el 11 de noviembre de 1937 en torno
a 12 katiuskas de la 3 escuadrilla con sede en la localidad catalana de Reus
arrojaron unas 35 bombas sobre el Paseo Sarasate, Yanguas y Miranda, el Banco
de España y el palacio de Diputación y la casa de Misericordia, ocasionando la
muerte de Antonio Guerrero, Miguel Larrayoz, Alejandro García, José Quintana,
José Castillo, Manuela Borrell Sánchez y María Escolástica Albéniz. De nuevo,
ninguna de las victimas vestía traje militar ni portaba arma alguna. El 18 de
enero de 1938 se produciría el último bombardeo sobre Navarra por parte de los
frentepopulistas, de nuevo sobre Pamplona, en el que un katiuska de la 1
escuadrilla arrojó varias bombas sobre la capital navarra ocasionando un muerto
y varios heridos.
Sin
contar con los navarros de ambos bandos muertos en el frente de batalla, la
cifra de 36 navarros civiles asesinados por la aviación del Frente Popular
puede parecer poco respecto a las cifras de republicanos represaliados por los
nacionales en retaguardia en Navarra (la versión oficial frentepopulista
maneja cifras de entre 2.500-3.000 muertos, Salas Larrazabal en un riguroso
estudio -Los fusilados en Navarra en la
guerra de 1936- lo rebaja a 1.160), pero no dejan de ser asesinatos de
civiles durante una guerra cometidos por las tropas de su amado ejército rojo.
A esta cifra de 36 víctimas navarras de la represión frentepopulista habría que
añadir los navarros ejecutados por las milicias rojas en las retaguardias de
las zonas que éstos controlaban, como el caso ya mencionado de Víctor Pradera e
hijo. Sin perjuicio de reconocer que muchas de las más que probable 1.160
víctimas navarras en la retaguardia fueran injustas y sea necesario el
correspondiente reconocimiento a ellas y sus familias, nunca se alcanzará la
verdad, la memoria histórica con mayúsculas y la reconciliación necesaria para
poder encarar juntos el futuro si no reconocemos también a las víctimas
navarras del "otro" bando, cuyo único delito fue pensar distinto o
simplemente residir en la zona "enemiga".
Desde
este humilde blog convidamos a la clase política y mediática a realizar memoria
histórica de verdad, no dejarse arrastrar por ciertas modas muy interesadas, y
si hay que reparar a las víctimas de aquel nefasto conflicto, que sea a todas,
incluyendo 36 navarros que fueron asesinados en retaguardia y que jamás (ni
siquiera el franquismo) homenajeo ni reconoció como es debido, victimas que
fueron asesinadas por el ejercito frentepopulista. Esperemos que algún día
ellos también tengan su correspondiente placa y/o monolito, por supuesto
sufragado con fondos públicos, como al resto. Y ya que estamos con el tema de
la Guerra Civil, los distintos investigadores e historiadores podrían tener la
valentía de un Víctor Manuel Arbeloa, que con su trayectoria en el Partido Socialista (es decir,
de izquierdas) no tiene reparo en reconocer las atrocidades cometidas por el Frente Popular entre octubre de 1934 y junio de 1936, trayendo a colación los
hechos históricos ciertos (además recogidos en la propia documentación
frentepopulista), sin tratar de edulcorar o manipular la historia según
intereses partidistas o sectarios. Ojalá haya muchos Arbeloas que saquen a la
luz la verdad, sin intereses partidistas, sectarios ni manipuladores a las que
nos tienen tan acostumbrados los palmeros oficiales de la izquierda y el
separatismo con el silencio cómplice de la derecha más acomplejada.
Le felicito por usar el término "frentepopulista". Lo de "republicano" me molesta un tanto, Don Niceto estaría de acuerdo conmigo, creo.
ResponderEliminarSaludod
Sí, es más exacto el término frentepopulista que republicano. Como si todos los republicanos fueran un dechado de bondad y democracia. Los del frente popular fueron los primeros golpistas que intentaron derribar la democracia. Franco solo fue el último que dio un golpe y el único que tuvo éxito.
EliminarEl frente popular demócrata, ja, ja, ja.
ResponderEliminarPara ser mas exactos, Franco no dió el golpe. Lo que le llevó a dirigirlo fueron las muertes de Mola y Sanjurjo.
ResponderEliminar