Puigdemont y Junqueras están haciendo de "liebres" en el argot de atletismo a los camaradas o cofrades Barcos y Araiz en Navarra o Urkullu y Otegui en el País Vasco. Y lo están haciendo tan bien que van a llegar a meta antes que puedan seguir su rebufo los "convergentes" del PNV y los "republicanos abertzales" de Bildu o Podemos. El paralelismo y la obsesión o empecinamiento es tal que como hermanos aventajados les están enseñando el camino que nunca deberían haber emprendido.
40 años de régimen cultural y lingüístico con el canciller Puyol y exacerbación de ese orgullo catalán son las mismas herramientas utilizadas en la CAV y Navarra para conseguir los deseados objetivos de libertad y autonomía en modo "nación": Los Países Catalanes y La Euskalherria de las 7 provincias. Provincialismo aldeano vendido como sentimiento y orgullo de ser diferentes y mejores.
En una época que nos esforzamos en articular una sociedad plural y universal en la que repartamos la riqueza y no eduquemos en la raza y el poder nos encontramos con dirigentes protagonistas de episodios que quedarán para la vergüenza del progreso y libertad de los pueblos. En Navarra y en especial Pamplona en las últimas décadas se ha fomentado con muy buen criterio de manera popular y natural el gusto a las maratones y carreras populares, pues bien , todos sabemos que la función de una "liebre" es marcar un ritmo durante la primera parte de algunas carreras de media y larga distancia. Casi siempre abandonan y no completan el recorrido.
Nuestra maratón de larga distancia trata de llevar a buen puerto el conjunto de costumbres, ideas, creencias, culturas, conocimientos y pueblos o "naciones" de un grupo humano amplio y diverso como es Navarra y en su extensión territorial España. Estas "liebres" o mejor conejos y conejas van a llegar a final de carrera desfondados y con el cartel de Meta retirado y los jueces en sus casas. No entienden que el protagonista de la carrera es el progreso y la civilización con mayúsculas. Ellos y sus naciones no son importantes para cada uno de los ciudadanos de nuestro pueblo. El pueblo necesita consenso, entendimiento y tranquilidad. El tiempo de la carrera, el récord no es lo importante, eso en Navarra y en Pamplona hace tiempo que ya lo entendemos afortunadamente, por lo menos una gran mayoría.
Una colaboración de Cabezudo
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