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lunes, 16 de octubre de 2017

¿Cómo convertir Pamplona en zona vascófona por decretazo?


Si usted es pamplonica y cree vivir en la Zona Mixta según la Ley del Vascuence de 1986, está en un error.  Primero, el Régimen de Barkos-euskoguay erregimena ha cambiado de nombre a la Ley: Ahora se llama “Ley del Euskera”, así, porque ellos lo valen. En segundo lugar, el Decreto Foral que están cocinando para meter el vascuence en la Administración convertirá Pamplona en zona vascófona “de facto”.   Todo sin necesidad de derogar la Ley de 1986 ni modificar la LORAFNA/Amejoramiento del Fuero, que serían palabras mayores y quizás provocarían una honda fractura social y el consiguiente desgaste político, especialmente para IE/IU y Podemos.

¿Cómo se hará esto? Sencillísimo. Bastaba con darse cuenta de que la mayor parte de las oficinas/hospitales/empresas públicas con funcionarios están en Pamplona.  En el artículo 2 del Decreto a eso se le define como “servicios centrales”.  Es decir, “todo servicio o atención que, independientemente de la zona lingüística en que esté ubicada, sea de carácter general para toda la población o se preste para la población residente en una zona lingüística desde otra zona lingüística”.

En el artículo 3 se dice que, en esos “servicios centrales(léase Pamplona), el objetivo del decreto será “posibilitar el empleo del euskera y del castellano como lenguas de servicio a la ciudadanía, y establecer los criterios de uso lingüístico para dichos servicios”.

El capítulo I del Título II está dedicado a cómo deberá utilizarse el vascuence en los “servicios centrales”. Así, vamos viendo que las comunicaciones, formularios y notificaciones externas se redactarán de forma bilingüe.  Bastará con que la oficina pública interlocutora esté situada en una zona donde el vascuence sea lengua oficial o “lengua de uso social” (gran definición geográfica).

En cuanto a la ciudadanía, las comunicaciones de los “servicios centrales” que se le envíen deberán redactarse de forma bilingüe. Si un expediente se inicia en vascuence por una persona o una empresa, toda la documentación que se derive tendrá que ser bilingüe también. Y en lo que respecta a la atención oral, los “servicios centrales” garantizarán el ejercicio del derecho de la ciudadanía a ser atendida en vascuence.   En cuanto a los rótulos e imagen gráfica, dice que todo elemento general de comunicación pública de la Comunidad Foral de Navarra “reflejará su realidad bilingüe” (aquí es cuando se toma la parte por el todo así, por decreto).

Todo esto, de aprobarse y aplicado al funcionariado en Pamplona, supondría que se abriría la puerta a la exigencia de conocimiento del vascuence de manera discrecional a cuantas vacantes se vayan generando y ofertando a contratación y a Oferta Pública de Empleo. Pero no piensen los que tienen plaza de funcionario que no les llegará el turno, puesto que, de entrada el Decreto posibilita la movilidad forzosa en caso de que el puesto de trabajo se convierta en puesto de obligatoriedad de conocimiento de vascuence y, por lo tanto, se le pueda mover al funcionario a otro puesto que no lo requiera. Pero no sería más que el principio del calvario, ya que, una vez asentada la norma, la pretensión de los anexionistas panvasquistas es que el vascuence se convierta en idioma obligatorio no solo para el acceso a un puesto de trabajo del empleo público, sino también una vez obtenida la plaza.

Ya en el mes de marzo 2017 el Sindicato Médico expuso estas opiniones en su blog.

El Consejo de Navarra ya ha emitido su dictamen y, precisamente, uno de los varapalos al Decreto lo da en el artículo 25.2, el que dice cómo se determinará el número y características de los puestos de trabajo bilingües. Después de decir que no se ajusta a los principios constitucionales ni jurisprudenciales que regulan el uso de lenguas vernáculas junto con el castellano, exige que el Decreto “incorpore a su contenido dos elementos esenciales para su validez jurídica, cuales son la referencia a la realidad sociolingüística y a la zona en la que radique el puesto de trabajo de referencia”.   Y sigue diciendo que, en los términos en los que está redactado, no existe ninguna diferencia a la hora de regular los puestos de trabajo que, prioritariamente, deberían tener perfil obligatorio de conocimiento de euskera en la zona vascófona, en la zona mixta y en la zona no vascófona, cuando la realidad sociolingüística y los objetivos de la Ley del Vascuence son diferentes en atención al uso y conocimiento de las lenguas.

El Régimen de Barkos-euskoguay erregimena ya se ha apresurado a recordar que el Dictamen no es vinculante. Vamos, que van a hacer de su capa un sayo.  Por lo tanto corresponde ahora a la ciudadanía-sociedad civil responder en consecuencia con los instrumentos que proporciona la legalidad vigente, una vez que el Decreto sea aprobado. 

Leodegundia

2 comentarios:

  1. Esta es una manera de crear un efecto llamada para que todo la ciudadanía comprenda la necesidad inaplazable de apuntarse a estudiar vascuence. Y así, poco a poco, se va vendiendo la idea de que cualquier navarro/a que no hable la lengua de la tierra es una persona a medias.

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  2. Ya decía Alfonso Guerra que lo importante es controlar el BOE. Y en Navarra, el BON.
    Jugando con palabras y ensanchando las grietas normativas, cuando no manipulándolas groseramente, avanzarán en la "construcción nacional" vía euskera.
    Buen artículo, por tanto.
    Esperemos que los "políticos" tomen nota y se movilicen. Y a nivel judicial.

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