Las palabras del título de este artículo parecen
proféticas. Las pronunció Mitchell
Codding, director de la Sociedad Hispánica de América (con sede en Nueva York),
con motivo de la apertura de la exposición en el Museo del Prado que tuvo lugar
entre abril y septiembre de este año, y que tuvimos ocasión de visitar.
Material de la exposición en el Museo del Prado, con
fondo de cartografía de J. Vespucci
Si nos acordamos ahora de esta institución es porque hemos
visto que le han concedido el premio Princesa
de Asturias de la Coperación Internacional- 2017. El premio recibido supone
el reconocimiento a un trabajo dedicado a coleccionar, conservar, estudiar y
estimular el conocimiento del arte, la historia y la literatura de España, pero
también de Portugal y de los países hispanoamericanos.
En unos momentos en que parece que la nación española se
deshace, reconforta ver que hay quien tiene las ideas muy claras sobre lo que
fue y sobre lo que es España. Desde luego, al Sr. Codding no le duelen prendas
al afirmar que la Sociedad Hispánica es “un
refugio contra la leyenda negra en EE.UU”.
Por algo es un ardiente defensor del legado de la cultura hispánica,
como fue el fundador de la institución y como lo son todos los que tienen
relación con ella.
La Sociedad fue creada en 1904 por el magnate y
coleccionista Archer Milton Huntington.
Después de quedar fascinado por España en un viaje realizado en 1892,
dedicó su vida y su fortuna a levantar su sueño convertido en museo. Incluso
tuvo la delicadeza de no dedicarse al expolio dentro de nuestro país, como sí
lo hizo algún otro millonario de su época. Construyó su colección adquiriendo
las obras a coleccionistas y anticuarios extranjeros en Inglaterra, Francia o
EE.UU., incluso llegando a acuerdos para comprar bibliotecas enteras.
Retrato que López Mezquita realizó a Archer M. Huntington
– Foto de ABC
Así fue como reunió en la Sociedad Hispánica una gran
colección cartográfica; restos arqueológicos; fotografías; ediciones de “El
Quijote”; cuadros de los pintores españoles más célebres; esculturas; en fin, y
una enorme biblioteca de 250.000 volúmenes, documentos y códices que datan
desde el siglo XII en adelante. Sin
duda, es un lugar indispensable para el estudio de la cultura hispana y su
legado en Hispanoamérica y Filipinas.
En 1898, Huntington explicaba que su proyecto debía
“condensar el alma de España en significados, a través de las obras...Deseo
conocer España y darle expresión en un museo”.
Su mayor interés fue estar cerca del “alma de España” y dar a conocer a
sus compatriotas una pasión de juventud que no le abandonó jamás: la cultura
ibérica.
Bienvenido sea el proyecto en estos días de zozobra.
____________________________
Conferencia del Sr. Codding sobre la historia de la Sociedad
Hispánica:
Vídeo de la exposición de la Sociedad en el Museo del Prado:
Leodegundia
Mucho tenemos que aprender de tantos foráneos que aprendieron a amar a España, su cultura, su religión e historia.
ResponderEliminarRecordemos, aunque este artículo se remita a filántropos anglosajones, al gran hispanista francés Jean Dumont (https://www.edicionesencuentro.com/autor/jean-dumont.html).
El bosque no deja ver el árbol (cuestión de atención, voluntad y experiencia; alteración de la percepción) y la globalización y la hispanofobia (ideología, en suma, alteración de la percepción y enfermedad de la razón) no permiten ver la Hispanidad. Así nos va.