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miércoles, 25 de octubre de 2017

Similitudes entre Cataluña y los Estados Confederados de América


Entre el 20 de diciembre de 1860 y el 8 de junio de 1861 proclamaron la secesión de los Estados Unidos de América hasta 11 Estados (Carolina del Sur, Misisipi, Florida, Alabama, Georgia, Luisiana, Texas, Virginia, Arkansas, Carolina del Norte y Tennessee) dando lugar a un nuevo Estado (los Estados Confederados de América) y a una guerra civil que devastó los actuales Estados Unidos de América entre 1861 y 1865, ocasionando más de medio millón de muertos directos como consecuencia del conflicto bélico. Lo curioso del caso es que no deja de tener algunos paralelismos con el de momento intento de secesión catalana, a la que le siguen a la zaga otros movimientos secesionistas con mayor o menor intensidad en la Comunidad Autónoma Vasca, Navarra, Galicia, Valencia y Baleares.


Pues bien, el primer paralelismo entre la secesión americana y el intento secesionista catalán que padecemos en la actualidad es la utilización de las instituciones descentralizadas, en concreto la institución parlamentaria, para forzar una declaración unilateral de independencia. En el caso de los confederados o sudistas, fue la intención del gobierno federal de abolir la esclavitud la que les llevó a la vía de la secesión unilateral. En el caso español, el secesionismo no deja de ser una huida hacia adelante frente a los procesos judiciales abiertos frente a altos jerarcas de la antigua CiU y los estragos sociales de la crisis la que les ha llevado a los secesionistas a tapar sus vergüenzas.

Otro de los paralelismos que encontramos entre confederados y secesionistas catalanes o vascos es el conocido como "separatismo de los ricos". Si bien es cierto que confederados y catalanes son ricos gracias a haber formado parte de una nación más grande, precisamente esa riqueza les ha generado un aire de superioridad que les hace ver al resto de habitantes de la patria común como una mezcla de opresores y vividores a consta de su riqueza, y en el fondo es un intento de aislarse para no tener que compartir la riqueza poseída. 

En el caso confederado llama la atención que multitud de ciudadanos no vinculados con la economía esclavista acudieran voluntarios entusiastas a empuñar las armas bajo el ejército gris o sudista. En el caso catalán, lo que llama poderosamente la atención es que esa izquierda que durante décadas ha vendido su gran bandera la lucha por la causa de los pobres apoye en gran medida la que hoy es la causa de los ricos. Pero no hay que comerse mucho la cabeza, salvo sectores todavía sanos del PSOE o la antigua UPyD, la mayoría de la izquierda española se ha vuelto cretina, estúpida y filoseparatista, apoyando la causa de los ricachones burgueses de PNV y PDCat; hay que desenmascararlos ante la opinión pública pero no darle muchas más vueltas, ya que como dice un sabio refrán popular, con un estúpido no merece la pena discutir nunca.

Por último, otro gran paralelismo entre los secesionistas confederados y los secesionistas catalanes y vascos es un trasfondo racista. Si bien es cierto que los secesionistas catalanes hoy no son esclavistas (sí lo fueron en el pasado, que se lo pregunten si no a los negros del Caribe) y si bien su base racial y cultural no deja de ser española, en un delirio colectivo de estúpidos se consideran una raza superior, y si bien han escondido su impronta racista (ya que queda un poco mal enseñar la patita en estos tiempos post-modernos), en el fondo, los secesionistas vascos y catalanes nos ven al resto de españoles un poco como veían los blancos confederados a los negros. Y no lo decimos nosotros, basta con repasar las lecturas de los grandes teóricos de los separatismos catalán y vasco de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, empezando por el propio Sabino Arana (personaje que por ejemplo el PNV esconde pero al cual no han renunciado, de hecho la sede central de este partido en Bilbao se llama sabin etxea).


Si bien los paralelismos en cuestiones esenciales están claros, lo único que esperemos que no se parezca es la tragedia bélica que tuvieron que padecer en los USA en la segunda mitad del siglo XIX. Aunque numerosos historiadores y analistas políticos consideran que una parte importante de culpa en la guerra civil que asoló nuestro país entre 1936-1939 la tuvieron precisamente los secesionistas vascos y especialmente catalanes, con sucesos tan trágicos como el golpe de Companys de octubre de 1934 (de hecho para muchos autores la guerra civil comenzó propiamente en octubre de 1934). 

Dicen que los sucesos históricos nunca se repiten de nuevo de una manera idéntica, aunque tenga parecidos. Ya tuvimos que padecer una guerra civil por culpa de los Companys de turno, como los USA tuvieron que padecer su guerra civil por culpa de otros secesionistas en 1861-65, ahora esperemos que la situación actual finalice con los responsables de numerosas ilegalidades en la cárcel y el restablecimiento del orden constitucional en Cataluña sin más tragedias. En todo caso la culpa de lo que ocurra será de nuevo de los sucesores políticos de los Companys de turno y su corte de palmeros. Ahh, y de una izquierda esquizofrénica que esperemos que se suiciden políticamente dejándonos al resto de la sociedad en paz.

2 comentarios:

  1. Se me ocurre otro paralelismo. Los Estados Confederados de América querían preservar su estilo de vida aristocrático y pegado a la tierra, la agricultura basada en la mano de obra barata (la esclavitud) y su gran comercio frente al Norte plebeyo e industrializado (la globalización en curso de entonces). Los rebeldes catalanistas quieren preservar su estilo de vida "catalán", seguir imponiendo su comercio al resto de España con privilegios y mantener sus campos y cultivos por medio de mano de obra barata... magrebí. Todo ello con dosis de filosofía identitaria INVENTADA, no de lo real. Lo real es el hecho español. Por otra parte, el devenir en curso es la globalización anglosajona; que se "comerá" un día al seny y demás zarandajas catalanistas.

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  2. Bueno como comparar el día y la noche. Es bastante más complejo el tema como para hacer comparaciones superficiales, que ni si quiera son coetáneas.

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