Páginas

jueves, 30 de noviembre de 2017

¿Es la laya un utensilio vascón o indoeuropeo?


Al igual que en la India védica coexistieron el arado y la laya, en diferentes partes de España coexistieron ambos aperos de labranza. Y sí, la India de antaño conoció un instrumento agrícola llamado laya, aunque no se sepa si corresponde exactamente con la laya de Navarra y Aragón.

Según los diccionarios etimológicos la palabra laya tiene origen eusquérico. Su área de origen está teóricamente entre el Ebro y los Pirineos. De todas formas es curioso que se use la palabra laya en lugares tan alejados de su supuesta área de origen como Andalucía y Portugal o la antigua India.

La laya es un instrumento del que los abertzales presumen como auténticamente vasco. No obstante veremos que esa creencia de ser exclusivamente vasco no parece tan justificada.

El sánscrito es la lengua clásica de la India, tipo a lo que es el griego y el latín en Occidente. En sánscrito se escribieron los Vedas, unos textos escritos hace varios milenios. El sánscrito se sigue estudiando en esta parte del planeta. Del sánscrito derivan por ejemplo las lenguas oficiales de Paquistán y la India, el urdu y el hindi.

Langalayana es un patronímico de la India antigua que tiene el componente de la palabra laya, y que hace referencia a este instrumento de labranza local de la India de entonces. No lo lleva de casualidad, insisto, pues el apellido de esa persona de La India hacía referencia al apero de labranza. Es curioso que la terminación se parezca tanto al nombre del pueblo zaragozano de Layana, aunque Layana también deriva de la palabra laya.

Es llamativo, cuando menos, que en vascuence haya palabras coincidentes semánticamente y fonéticamente con el sánscrito. Laya no es la única, por supuesto que no. Es llamativo porque son lenguas de diferente conjunto lingüístico. El sánscrito es una lengua indoeuropea al igual que las Iranias, las celtas, romances, eslavas, germánicas... 

Puesto que la palabra "laya" no se considera que venga de lenguas indoeuropeas como las célticas o el latín, es posible que venga de una oleada de indoeuropeos anteriores que llegaron a España. Estos indoeuropeos anteriores se suelen calificar de protoceltas, o sea que debían ser celtas anteriores a los celtas que ya estaban en la España prerromana.

Layas. La laya quizá sea el apero español más antiguo.

De todas formas, como indico abajo, la existencia del topónimo Laya (o derivados) en zonas anteriormente celtas como Galicia, Burgos y el País Vasco, hace pensar que sí pudo venir del celta. Del País Vasco y Galicia pudo pasarse la palabra a Andalucía y Portugal respectivamente gracias a la repoblación efectuada en la Reconquista. Aunque Navarra y Aragón eran vasconas, no celtas, los celtas que entraron a nuestras tierras navarroaragonesas pudieron legarnos el instrumento con su nombre.

Los celtas denominaron a los vascones, así que quizás los celtas también denominaron a los layetanos de una derivación de "laya". Los layetanos eran ibéricos, como se suele considerar a los vascones. El área de los layetanos corresponde a parte de la actual Cataluña.

Por buena parte de España hay topónimos derivados de laya en diferentes provincias como: Laya, Vizcaya y Burgos; San Juan de Laya, Burgos; Layana, Zaragoza; Santa Eulalia de Layas, Orense; Layes, Huesca; Layantes de Abajo y Layantes de Arriba, en Orense... 

Estos topónimos corroboran que la laya se usaba en España, no sólo en la zona vascona y vascongada, sino en varias otras zonas más bien célticas.

Existen dos tipos de laya principales, la laya navarroaragonesa y la vasca. La laya navarroaragonesa es de púas más cortas que laya vasca. La laya vasca es propia de Vizcaya y Guipúzcoa, mientras que la laya navarroaragonesa es de Navarra y el Alto Aragón. El territorio de la laya se ha ido reduciendo, pero al menos en los años 1970 Julio Caro Baroja menciona que la laya se utiliza en el norte de Aragón, así que desconozco si se sigue utilizando allí. 


En la Comarca de Tarazona la laya se conoce con el nombre de "lía". La comarca de Tarazona y el Moncayo comparte léxico con pueblos de la Comarca de Tudela (Navarra), Cervera del Río Alhama (La Rioja) y La Comarca de Ágreda, (Soria). Ya hemos visto que el Alto Aragón, Huesca, usa o ha usado la laya. Sin embargo, con el nombre de "lía" se utilizó, o sigue utilizando en zonas cercanas al Moncayo.

Estas localidades de Aragón, Navarra, Soria, La Rioja con léxico común, incluyendo el término "lía" (laya) son:

En la Comarca Tarazona y el Moncayo (Zaragoza)

Alcalá de Moncayo, Añón de Moncayo, El Buste, Los Fayos, Grisel, Litago, Lituénigo, Malón, Novallas, San Martín de la Virgen de Moncayo, Santa Cruz de Moncayo, Tarazona, Torrellas, Trasmoz, Vera de Moncayo y Vierlas;

Comarca de Tudela (Navarra)

Ablitas, Barillas, Monteagudo, Tulebras y Cascante;

Comarca de Cervera del Río Alhama (La Rioja)

Cervera del Río Alhama;

Comarca de Ágreda (Soria)

Ágreda, Vozmediano, La Cueva y Beratón.

Así que las "layas", aunque en el aragonés comarcal se conocieran como "lías", se usan o usaban en en la zona de influencia del monte Moncayo, sea Navarra, La Rioja, Soria o Zaragoza. Además, puesto que Layana deriva de "laya", hubo layas en las Cinco Villas aragonesas.

Pamplonica

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Derroche y discriminación en Navarra: eukaltegis, técnicos de euskera, bai euskarari...(2ª parte)


¿Por qué ese derroche en euscalteguis, técnicos municipales de euskera, Korrika, Bai Euskarari... mientras las listas de espera médica no bajan y hay tantas necesidades sociales sin cubrir? ¿Por qué un ayuntamiento tiene que tener autonomía municipal para decidir estos y otros temas? ¿Por qué cuando un ayuntamiento, alcalde, concejal... comete una ilegalidad no se le multa o la multa se paga de nuestros bolsillos y no de los del infractor?

Me refiero a ayuntamientos como el de Lodosa donde rotulan en euskera a pesar de estar en la zona no vascófona. No ha tenido consecuencias. En Lodosa hay ikastrola. Para que luego digan, incluso algunos de UPN, que el crecimiento del euskera no va acompañado del crecimiento del abertzalismo. En Tafalla ganaron los abertzales porque los insensatos padres del pueblo mandaron a sus hijos a estudiar eusquera, total es sólo aprender una lengua. Pero esos niños se han hecho mayores de edad y ahora votan abertzale.

Es indecente e injusto también que en la Cabalgata de Reyes Magos se oiga el eusquera mientras en la cabalgata de Olentzero TODO es en euskera. Hay bastantes niños que no saben euskera y que van a ver al Olentzero. Si fuera un acto privado en su totalidad no se podría exigir que la lengua abrumadoramente mayoritaria de los navarros estuviera presente. Sería discriminatorio con la mayoría, pero no se podría hacer gran cosa al respecto. Sin embargo cuando se pasea al Olenchero se hace con colaboración municipal, cediéndose espacios públicos de toda la ciudadanía y se suele colaborar con logística o aportación económica, mediante impuestos que pagamos todos. Por tanto podemos exigir que en el acto del Olentzero también se use la lengua abrumadoramente mayoritaria de los navarros.

Un Euskaltegi es una academia privada que da clases de euskera, pero que vive casi exclusivamente de las subvenciones públicas del Gobierno de Navarra. Hay dos cadenas privadas de euscalteguis IKA y AEK. 

AEK se creó por el mundo de la banda terrorista ETA, así que no es de extrañar que tengan mapas que no respetan la identidad navarra y española. Y eso con dinero público de gobiernos locales y de Navarra, nacionalistas y constitucionalistas. Escándalos de presos terroristas de AEK e ikastrolas no han impedido que se siga alimentando a la bestia con los impuestos de todos.

Las malas lenguas afirman que se han echo ejercicios matemáticos con guardias civiles como protagonistas de secuestros.

Artículo relacionado: La Korrikaka llega a Pamplona

IKA es la otra cadena de academias de euskera privilegiada con subvenciones de nuestros impuestos a pesar de su adoctrinamiento contra España y la realidad no vasca de Navarra.

¿Por qué dos cadenas de academias de euskera como IKA & AEK tienen que basar su negocio en las subvenciones del Gobierno de Navarra? Por un lado se está subvencionando un negocio fracasado con ayudas públicas mientras en la sanidad y otros entes u organismos públicos hay carencias. Por otro lado se está privilegiando a Aacademias de euskera con clases vacías o semivacías, mientras otras academias privadas con idiomas mucho más demandados como el inglés, francés, alemán, chino... tienen mucha más y les acribillan a impuestos.

Nuestra economía no mejora con más euskera, sino con más gente con conocimiento de idiomas internacionales para poder exportar bienes y productos a nivel internacional. ¿Por qué se tiene que hacer un trato de deferencia a alguien pagándosele las clases de euskera y a mí en cambio me toca pagarme de mi bolsillo las clases de inglés? ¿Por qué esos privilegios para los que quieren aprender euskera?

La mayor parte de las aulas del euskaltegi de mi localidad están siempre vacías. Las que no lo están son la recepción, la biblioteca y unas veces hay un aula con alumnos y otras, con suerte, dos. Pero no os vayáis a creer que las pocas aulas con alumnos están repletas de alumnos. Sólo cuentan con unos cinco alumnos.

Como he dicho antes, me da lo mismo que las aulas estén a rebosar o vacías. Un negocio no puede basar su economía en las subvenciones públicas como un drogodependiente con sus dosis del respectivo narcótico. Aquí lo que tiene que primar es la ley de la oferta y la demanda. Si la demanda de clases de euskera va a menos, habrá que reciclarse impartiendo clases de inglés, alemán, matemáticas, cursillos... O si no, a cerrar alguno de los centros, como les toca a tantas empresas.

Una de las razones por las que la desaparecida URSS colapsó fue por la economía improductiva subvencionada. El agujero económico de Navarra tiene un nombre y es "el negocio improductivo del euskera". 

En Navarra se derrochan valiosos recursos en euskera. Las partidas presupuestarias para ayudas sociales podrán ser mínimas o inexistentes, pero las destinadas a euskera siempre están disponibles.

Otra injusticia que privilegia a la economía del euskera es el derroche publicitario en villavesas y carteles por la calle, cuando no carteles de madera que indican por distintas calles el emplazamiento del respectivo euskaltegi.

Otra cuestión. ¿Para qué sirve un técnico de euskera? ¿Para imponer únicamente la forma en euskera de un topónimo local? ¿Para inventarse una traducción de un topónimo romance? ¿Para traducir textos al eusquera a cuatro gatos, que, por cierto, ya hablan los dos idiomas oficiales? Estas precisamente son las razones de ser de los innecesarios técnicos municipales de euskera.

Por ejemplo el término celta "varga" presente como apellido (Vargas) y en La Sacana, Bargota, Cizur Mayor... como topónimo, se ha convertido por arte de magia en eusquérico, así que solo aparecerá escrito con "b". Y aunque fuera eusquérico, ¿qué pasa?, ¿es el eusquera el único idioma que cuenta?

Otros topónimos de Cizur Mayor enteramente romances o parcialmente romances que están sólo en euskera son: Cuartolegua, Facería, Sagüesgaña, Cerradopea... Yo los he dejado en el idioma del que los técnicos de euskera de Cizur Mayor se han "olvidado". Lo de Cizur Mayor es un despropósito y solo el ejemplo de un municipio navarro.

¡Que un partido político prometa un recorte a esta economía parasitaria, que ya verá cómo les hace a la gente levantarse del sofá en día de elecciones! Se rebotarán los abertzales, pero los abertzales ¿cuándo están contentos? 

Seguro que el día de las elecciones muchos no abertzales se levantarán de la siesta con ganas de votar y que el partido que prometa eso sube considerablemente. Pero hay que cumplirlo de verdad para que los ciudadanos le devuelvan la confianza.


Pamplonica

martes, 28 de noviembre de 2017

¿Por qué apenas hay banderas españolas en los balcones de las viviendas navarras?


Uno de los efectos no programados de la rebeldía perpetrada por la oligarquía separatista catalana –y el movimiento radical-izquierdista que paradójicamente le secunda- ha sido la colocación de cientos de miles de banderas españolas en ventanas y balcones de viviendas particulares distribuidas por toda la geografía patria. Es un movimiento espontáneo: propuesto desde las redes sociales, ningún gran partido español, pero tampoco ninguna otra fuerza social articulada relevante, promovió esta movilización que, en algunas ciudades próximas a Navarra –caso de Logroño, Soria o Zaragoza- ha alcanzado unos niveles muy llamativos; un verdadero éxito y un hito en las escasas movilizaciones identitarias españolas.

En contraste a este fenómeno viral, en Navarra han sido muy pocas las banderas nacionales visibles. Es pertinente, pues, interrogarse acerca de las raíces de este comportamiento que, cualquier observador atento, bien puede percibir como anómalo.

Proponemos las siguientes tesis.

1.- La primera causa de esta inhibición colectiva debe remitirse, inevitablemente, a los perversos efectos -prolongados en el tiempo- del terrorismo. Ya hicimos referencia a ello al rememorar el cobarde atentado que acabó con la vida del comandante D. Joaquín Imaz Martínez hace ya 40 años: en esencia, y de manera prioritaria, todo grupo terrorista pretende la extensión del miedo, del silencio, de la inhibición y de las complicidades de las que pudiera servirse.


El terrorismo, además de las muertes ocasionadas y demás daños humanos y materiales, muchos de ellos irreparables, se despliega en varios niveles: social, envenenando las relaciones interpersonales; político, condicionando la agenda de todos los actores públicos; personalmente, interiorizando códigos psicológicos de evasión y huida; materialmente, detrayendo cuantiosos recursos en su combate. Todo terrorismo tiene, pues, la voluntad de pervertir los mecanismos de socialización colectiva.

Sin duda, Navarra ha sido una de las comunidades españolas más castigadas por el terrorismo de las diversas ramas de ETA, del FRAP en su día, de los dinamiteros de Iraultza y por los Comandos Autónomos Anticapitalistas. Los GRAPO, afortunadamente, nunca operaron en esta tierra.


Múltiples familias y colectivos se vieron expresamente atacados y amenazados durante décadas: de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, militares, funcionarios de prisiones, jueces, sencillos patriotas, concejales de UPN, periodistas, empresarios, activistas sociales. La violencia terrorista también alcanzó a otros inocentes que únicamente cometieron el error de encontrarse en el lugar y momento equivocados.

A resultas de tales atentados, de la acción de sus redes de chivatos y de la presión coadyuvante procedente de todo su soporte social y político afín, el miedo y el terror se extendieron capilarmente por buena parte de la sociedad navarra; mientras que los primeros se recreaban en ella indisimuladamente y jaleaban a los verdugos. Por último, un tercer espacio social se inhibía; pues todo aquello “no iba con ellos”.

Hoy día ETA ya no mata, pero buena parte de sus perversas dinámicas siguen perpetuadas en muchos comportamientos individuales y colectivos de la sociedad navarra. Así, además del desprestigio que se ha ganado el ejercicio de la política por sí misma, se ha extendido, por puro instinto de conservación, el imperativo de “no meterse en política”, “no significarse”, “no complicarse la vida”. Estos comportamientos, sin duda, son legítimos, pero, ¿son sanos? ¿Son democráticos? Ni lo uno, ni lo otro. Una sociedad democrática adulta, responsable, abierta y tolerante puede –y debe- participar en política; expresarse libremente; concertar ideales, intereses y necesidades; celebrar sus festividades y disfrutar de sus símbolos comunes; exteriorizar los sentimientos patrióticos. Y todo ello independientemente de la conciencia crítica que pueda existir ante todo ello, que siempre la habrá. En suma: si antaño lucir una bandera española –en un coche, en un reloj de muñeca, no digamos ya en una casa- era señalarse como potencial objetivo terrorista, la necesidad ha devenido costumbre por completo interiorizada y “normalizada”. Un comportamiento social patológico, por tanto.

2.- En segundo lugar, no puede obviarse que las posiciones políticas mantenidas por las izquierdas, generalmente, en el conjunto de España, han estado orientadas al arrinconamiento de la bandera nacional en fachadas y despachos de edificios públicos, y no en todos. Ya fuere por complejos doctrinarios o prejuicios políticos, ya por explícita hispanofobia, el conjunto de las izquierdas y sus dos grandes partidos –PSOE e IU hasta la irrupción de Podemos- renunciaron a un uso normalizado de la enseña nacional al modo de los países europeos del entorno; siendo constantes sus desprecios hacia la misma y reiteradas sus muestras de desconfianza. Percibida por estas fuerzas sociales como una expresión sospechosa de posiciones criptofranquistas, nunca han asumido la posibilidad de una educación cívico-patriota para todos los españoles.

3.- En la génesis de esos comportamientos tan propios de las izquierdas, siempre se alegó el intento de instrumentalización de los colores nacionales, durante un tiempo ya lejano, por parte de la extrema derecha más obtusa; también en Navarra. Con unos esquemas mentales y organizativos propios de la tercera década del pasado siglo, algunos grupos ejercitaron buenas dosis de violencia irresponsable, carente de cualquier talento político y trasfondo ético: apaleando manifestantes; “marcando” comercios, de propietarios supuestamente hostiles, pintando en sus exteriores esvásticas; ataques a librerías; intentando monopolizar algunos funerales de víctimas del terrorismo; amenazas diversas… Por mucho que pretenda, algún nostálgico de aquellas bandas de las cadenas, justificar o contextualizar tales episodios, lo verídico es que semejantes comportamientos generaron, en ciertos sectores sociales, una inevitable alergia ante cualquier exhibición de los colores rojo y gualda; alimentada por no pocos medios de comunicación, ciertamente. Aquellas violencias, y otras muestras de pura fanfarronería y exhibicionismo, generaron, como no podía ser de otra manera, anticuerpos de larga duración; así como el descrédito de sus ideales. Hacer alarde, todavía hoy, de tan desafortunadas actuaciones, sólo puede explicarse desde una enfermiza distorsión de la realidad, como fruto de torpes mistificaciones, o por inconfesables intereses.

En todo caso, este tercer factor debe entenderse como poco operativo en la actualidad, no en vano todo aquello fue sufrido por unas generaciones en proceso de relevo vital; otro asunto es que tal percepción haya encontrado continuidad en la vulgata aburguesada, antiespañola y cosmopolita de hoy.

4.- Las campañas realizadas en Navarra por algunos colectivos patrióticos, colocando banderas españolas, pegatinas, carteles y pintadas con análogas funciones simbólicas, han sido respondidas, por una parte, mediante batidas sistemáticas encaminadas a su absoluta erradicación. La aberchalada etarra, y demás radicales de izquierda, han desplegado no pocas energías en su intento de eclipsar hasta la mínima presencia española que pueda romper su pretensión de totalitaria unanimidad. Cualquier conocedor de la realidad de nuestros pueblos y ciudades ha percibido tales movimientos; pero también el silencio y la inhibición de los partidos políticos y medios sociales que debieran manifestarse proclives al sostenimiento de tales activismos. Semejante inhibición, seguramente, desanima a muchas personas y medios orientados a la movilización patriótica por entenderse desasistidos.

5. Abordemos un ulterior factor; acaso el más conflictivo y correoso en su delimitación, que pudiera incidir en esta desmovilización. Nos referimos al empleo de la bandera de Navarra como principal recurso antiseparatista, excluyendo la propia bandera española. No pretendemos cuestionar la legitimidad y razones de las movilizaciones que han tenido lugar hasta hoy –y que el próximo 3 de diciembre acaecerán sin duda- en defensa de la bandera “de todos los navarros”: nos sumamos en su día, y trabajamos duro por ello, a costa de nuestra seguridad, tranquilidad y sueño. Pero ello no implica aceptación ciega y acrítica de todo tipo de consignas y decisiones externas. Se nos dijo que “no era el momento” de lucir la bandera española, entonces, ¿cuándo será? De tal modo seguimos interrogándonos: la bandera española, ¿acaso no es de todos los navarros?

Ciertamente, la movilización popular en defensa de la bandera de Navarra culminada el 4 de junio de Pamplona, tomo al cuatripartito con el pie cambiado; pero no confundió a nadie. Salvo la presencia a título individual, el 4 de junio pasado, de algunos podemitas irreductiblemente navarros –frente al cosmopolitismo multicultural de la mayoría de los suyos- no se ha observado que ningún separatista acudiera a esta manifestación o instalara la bandera navarra en su balcón; salvo en sus deformaciones simbólicas panvasquistas o napartarras. Y en número creciente.

El navarrismo es lento en sus movilizaciones y movimientos; además, una vez movilizado, asume rápidamente la plácida y engañosa sensación colectiva del deber cumplido. Por otra parte, en las actuales circunstancias, instalar una bandera española en el balcón “marca” y “etiqueta” muchísimo más que exhibir “la que une a todos”. De tal modo, la consigna de colocación de banderas navarras ha podido derivar en un freno más –seguramente no buscado- a la movilización de estas semanas por toda España.

Entendemos que es un error táctico muy notable limitarse a defender la bandera de Navarra exclusivamente, o muy por encima, de la bandera que une a todos los españoles. Desde las instituciones y el control de los espacios públicos, los grupos panvasquistas empiezan a monopolizar e intentar apropiarse de la mismísima bandera de Navarra; con sus característicos diseños deformados, pero banderas rojas al fin. Y de persistir esta tendencia, si nuestra seña de identidad colectiva es desnaturalizada a fuerza de la machacona perseverancia hiperactivista de los separatistas –tan entrenados a todo tipo de movilizaciones-, a UPN y demás fuerzas navarristas no les quedará símbolo ni espacio en el que refugiarse; salvo etéreas peroratas foralistas de una tradición que casi nadie conoce ya, menos entiende y excepcionalmente ejercita.

Si el navarrismo quiere tener un futuro, debe ser audaz y valiente enarbolando con decisión la bandera que une a todos los navarros con los demás españoles; en caso contrario su espacio se achicará lenta e irremediablemente. O regresa a los orígenes y dinámicas de la Navarra Hispánica o se agotará ante propuestas antagónicas que, aunque falsificadas y perversas, terminen imponiéndose en la realidad social por su consistencia comunitaria.

Sila Félix

lunes, 27 de noviembre de 2017

La influencia del navarroaragonés sobre el español (2a. Parte)


Como vimos en la primera parte, las lenguas regionales España están vivas en el español, que ha cogido todo tipo de vocablos de ellas, a veces por delante del propio castellano.

Cuando hablamos español en diferentes regiones del país, lo hacemos de una manera particular heredada de las lenguas anteriores. Estas lenguas que se han perdido en ciertas áreas de España están vivas en el español. Por eso el español es la lengua de todos, pues tiene una gran aportación de los idiomas del país, también del euskera y del catalán.

Por ejemplo chacolí es una palabra del euskera que se usa en español. Lo mismo se puede decir de capicúa, del catalán "cap i cua", es decir "cabeza y cola". Además hay léxico que se sigue usando en sus regiones de origen al hablar español. Eso nos hace suficientemente heterogéneos, sin falta de hablar ninguna lengua extra.

Principales idiomas romances del mundo representados sólo con letras.

¿Acaso no notamos las peculiaridades que tiene un catalán, aunque no se ponga a hablar en su otro idioma?

A continuación hay una lista de palabras usadas en el español oriental (español con sustrato aragonés) que, o no existen en el español estándar, o casi no se dan fuera de la gran área que un día habló navarroaragonés: arañón (endrino), escachuflar (aplastar), escorrer (escurrir), despelletar o espelletar (despellejar), cieno o fiemo (estiércol), foz (desfiladero), garganchón (garganta), macho (mulo), meloncio (tonto), panocha (mazorca), petar (reventar), placeta (plazoleta), pozal (cubo), prau (prado), quemazo (quemadura), raposa o rabosa (zorra, hembra del zorro), albarca (abarca o alpargata), borda (pajar), cabezón (renacuajo), caparra (garrapata), carrasca (encina), chabalín o jabalín (jabalí), chipiarse (calarse), cascar (hablar mucho), charrar (hablar), chuflar o chiflar (silvar), cunar (acunar) cera (acera), engañufla (engaño), enrobinar o enroñar   (oxidar), esgarramantas o desgarramantas (persona de poco provecho), espanchingau (repantingado, sentado o tumbado de mala manera), estozolar (desnucar), ¡a fuchi!, o ¡fuchis! (¡afuera!), furular o furrular (funcionar), gabardera (rosa silvestre; en Navarra hay un pueblo, Gabarderal, derivado de este vocablo), garra (pierna), garrilla (pierna muy delgada), ibón (lago), joribiar o joibar (fastidiar), clueca, culeca o lueca (gallina que incuba los huevos), de puntetas (de puntillas),  a rebullón (en tropel, desordenadamente), reglote (eructo), ruidera (ruido), salamanquesa (salamandra), selva (bosque), tamién (también), tape (tapadera), toballa (toalla), tripero (glotón), unto (salsa), yayo (abuelo), ande (donde), apoquinar o apoquiñar (pagar), baldragas (zafio), barreño (palangana) balde (palangana de metal), broza (maleza de hierba), birolo (bizco), borde (bastardo), bujero (agujero), vulcar (volcar), cacharro (aparato malo), socarrar (quemar), caparra (pelma), cazurro (paleto), chandrío (lío, destrozo), chipichape (algo mojado y sucio), chopo (álamo), chusco (bollo o punta de pan), currusco o corrusco (trozo o punta de pan), cuto o cucho (cerdo), empanau (atontado), escachar (aplastar), esmirriau (delgado), estalentau (insensato), fanega (medida de volumen)... 

La lista de palabras no parece tener fin y sin embargo son un particularismo de las regiones que hablaron romance riojano, romance navarro y romance aragonés. Esto prueba que el español no se ha impuesto sin más ni más, sino que poco a poco se fueron dejando de lado las palabras de los idiomas previos, en el caso de Navarra otro romance. 

No fue una imposición o un cambio drástico. Como ya he comentado en otras oportunidades, el cambio fue paulatino y se fue haciendo de esa forma natural, lenta, pero inexorable.

De hecho este cambio de léxico y manera de expresarse todavía se sigue dando, de ahí que todavía contemos con abundantes vocablos y modismos propios de nuestras regiones.

Mapa en color de los idiomas españoles en la Edad Media, incluyendo el navarroaragonés muy al norte de Navarra

Por ir a lo simple, cuando yo era crío se decían algunas cosas algo diferentes. Por ejemplo se decía "Dile a la mamá...", mientras que ahora se dice "Dile a mamá...". O, refiriéndose a una fémina se decía "péinale" y ahora "péinala". Navarra ha sido muy leísta en esas situaciones, lo mismo que Aragón y la Comunidad Valenciana. Por contra en Madrid, como en Castilla, siempre se ha usado el "la" en ese contexto. En Madrid, que hasta la creación de las autonomías era Castilla, son laístas, pero al extremo. Por ejemplo para decir "dile a ella" podemos simplificarlo en Navarra en "dile", pero en Madrid y Castilla dicen siempre "dila".

En España tenemos algunas diferencias regionales en la manera de hablar y en algunos otros aspectos, pero todos somos españoles.

Escachuflar es una palabra muy aragonesa, por eso aparece en diccionarios locales o provinciales en áreas anteriormente aragoneshablantes como Navarra, Trévago (localidad a 20 km de Ágreda, Soria), Morata de Jalón (a 20 km de Calatayud, Zaragoza), Sinarcas (en la comarca de Requena y Utiel, interior de la C.Valenciana), La Rioja, Castilla la Mancha, Casas Bajas (Rincón de Ademuz, interior de la C.Valenciana), Alfaro (La Rioja Baja), Hinojosa (comarca de Molina de Aragón, Guadalajara), Tarazona (Zaragoza), Sax (Alicante, Comunidad Valenciana), San Adrián (Navarra), El Arenal (Ávila, Castilla y León), la Región de Murcia...

Saco estos datos geográficos a colación porque, salvo Ávila, todas estas áreas siguen el patrón de repoblación (de la Reconquista) de navarros y aragoneses. De todas formas, aunque Ávila no está en la Castilla oriental navarroaragonesa, es una de las provincias del interior de la Meseta que más repobladores navarros recibió.

Y es que España está llena de gente de origen navarro. No sólo hay gran cantidad de españoles con apellidos navarros por toda España, sino topónimos y vocablos. Los lazos que ligan Navarra a España son inquebrantables. España es muy navarra, especialmente la España oriental. Y, por supuesto, Navarra es muy española también.

La España Oriental se compone de las provincias castellanas que bordean la antigua Corona de Aragón, más Navarra, La Rioja, Aragón, Valencia y Murcia. El español oriental es lo que los filólogos denominan como el español hablado con importante sustrato navarroaragonés, de ahí las regiones españolas de Baleares y Cataluña, siendo geográficamente más orientales, estén excluidas del concepto.

No obstante en la Ribagorza catalana y Pallars también hay una importante influencia aragonesa. Por ejemplo Pont de Suert es una localidad de la Ribagorza catalana diptongada en "ue", como se suele hacer típicamente en navarroaragonés (y en español), no en catalán.

Estos vocablos que he mencionado más arriba, tan navarros en buena medida, o tan murcianos, sorianos, manchegos, riojanos, valencianos, se han sacado del Diccionario navarroaragonés de la zona del río Jiloca, Teruel: http://xiloca.org/xilocapedia/index.php?title=Diccionario_popular

En algunos casos alguien puede alegar que el aragonés es sólo español mal hablado, pero no, en todo caso es latín mal hablado. Así se formaron las lenguas romances. Al principio se hablaba latín, luego se empezó a hablar al estilo de la gente de un determinado lugar y finalmente los dialectos se volvieron idiomas.

No se dice en aragonés farina o fierro, en francés farine o fer... porque hablen mal el español. En todo caso todos hablamos mal el latín, esto es, lo hablamos tan "mal" que se conoce por otros nombres: español, francés, rumano, romanche (Suiza), portugués, valenciano, gascón...

Estos vocablos, mencionados anteriormente, los he oído en La Zona Media y La Ribera de Navarra con mucha frecuencia, pero también buena parte de ellos los he oído en La Cuenca de Pamplona. Para que luego digan que se hablaba eusquera hasta hace cuatro días en casi toda Navarra.

Ni en este artículo, ni en ningún otro, es que esté pretendiendo defender al romance navarro (variedad de lo que los especialistas llaman navarroaragonés) frente al eusquera. A lo que voy es que el sustrato en romance, tan abundante en el léxico actual como en topónimos, está demasiado presente entre nosotros. Por tanto no pueden pretender los abertzales hacernos creer que la lengua que se hablaba mayoritariamente en Navarra hasta hace cuatro días era el vascuence.

Además una parte pequeña del léxico mencionado en las listas de vocablos navarros de este artículo tiene origen eusquérico, pero eso no implica que en la zona donde se usa se hablaba el vascuence antes de llegar el castellano. Más bien en estas zonas, antes que el castellano lo que se hablaba era navarroaragonés, pero el navarroaragonés tenía préstamos eusquéricos.

O sea que haría bastante más tiempo del que quisieran admitir los filólogos abertzales que no se hablaba eusquera. Digo esto porque yo alucino con los artículos que veo en revistas que fomentan el euskera, con los impuestos de todos, como Ze Berri?. Van de neutrales, pero que se les ve el plumero.

Dicen barbaridades como que el euskera era mayoritario en La Zona Media hasta casi anteayer. Los argumentos que dan son que "había vascófonos" o "queda léxico en eusquera que todavía se utiliza"..., luego la inmensa mayoría (sic), o todos, hablaban eusquera. ¡Qué argumentos!

¡Vaya con la revistica, Ze Berri! Ni científica, ni apolítica. El léxico citado arriba es del aragonés de Teruel y sin embargo, como mínimo, de Pamplona para abajo es de uso generalizado. Insisto que esto implica que en Navarra lo que se hablaba antes que el español no era el eusquera, al menos no mayoritariamente y no en el área geográfica que va de Pamplona hasta el límite de Navarra con la provincia de Zaragoza.

Los términos eusquéricos son también de uso en Teruel, pero son minoritarios respecto al resto de términos navarroaragoneses, igual que en Navarra. Y la situación, insisto que es la misma en la mayor parte de Navarra, al menos en la Navarra más poblada donde no viven cuatro gatos.

Que hubiera constancia de vecinos en tal o cual época o lugar que fueran hablantes de euskera no prueba que hubiera una mayoría de euscaldunes. La gente se mueve hoy y también lo hacía entonces. Uno de Lesaca y su mujer e hijos podían mudarse a Tudela y luego llevar a su hermano y respectiva familia, pero eso no hacía vascófona a Tudela.

Pamplonica

viernes, 24 de noviembre de 2017

Comandante D. Joaquín Imaz Martínez: el primero de los nuestros


Pasado mañana, domingo 26 de noviembre de 2017, tendrá lugar el cuarenta aniversario del primer asesinato de la banda terrorista ETA, en Navarra, en la persona del comandante y jefe de la 64 Bandera Móvil de la Policía Armada, D. Joaquín Imaz Martínez.

Aquel crimen conmocionó profundamente a la sociedad navarra de entonces. Si bien ETA ya había perpetrado diversos atentados terroristas en nuestra tierra, todavía no había cruzado la fatídica “línea roja” del asesinato cobarde y por la espalda que tanto le caracterizaría; nada, pues, de romanticismos: asesinos y cobardes. Lamentablemente, en su aberrante e interesada valoración del coste/beneficio, entendieron que el terrorismo facilitaría sus objetivos últimos; de modo que a este primer asesinato le siguieron otros muchos.

Y con los asesinatos llegó el terror, la extensión del miedo, los silencios, las miserables justificaciones del “algo habrá hecho”, la deshumanización de las víctimas, el mirar a otra parte, el hacer el vacío a las víctimas y sus familiares “para evitar problemas”, la diabolización de los señalados por ETA como “objetivos.

Los terroristas alcanzaron sobradamente sus objetivos tácticos, prolongándose sus efectos perversos hasta hoy: además de los muertos, los daños morales y psíquicos, las heridas abiertas, los viciados comportamientos colectivos. Mientras tanto, nuestra sociedad permanece en gran medida insensibilizada y desmovilizada. Y las caretas “políticas” e institucionales de los terroristas (EH Bildu y sus aliados) controlan, sin vergüenza ni remordimiento alguno, buena parte de los espacios públicos y los mecanismos de control social de Navarra. Y ello también merced otras formas de violencia en continuidad con el terrorismo puro y duro: el señalamiento personal y colectivo, las amenazas, las falsas noticias difundidas en sus medios, la eliminación física de cualquier presencia simbólica española, su chulería exteriorizada en todo lugar concurrido, la imposición lingüística, el desprecio de las minorías, la mentira reiterada hasta el aburrimiento, su hispanofobia, etc., etc.
Joaquín Imaz  Martínez nació en Pamplona en agosto de 1927. De familia de larga trayectoria y profundas convicciones tradicionalistas, ingresó en la Academia Militar de Zaragoza en 1946 siguiendo la genealogía militar, entre otros familiares, de su padre, Gerardo Imaz Echavarri, fundador de la Legión Española.

El 26 de noviembre de 1977 le dispararon por la espalda nueve tiros, siendo rematado por un tiro en la sien. Tenía 50 años de edad. D. Joaquín se había negado a llevar escolta para no poner en riesgo la vida de otras personas; sabedor de la consistencia de las amenazas de muerte que ETA le había hecho llegar. Dejó viuda, Dª. María Teresa Azcona Hidalgo, y una hija de siete años, Mari Carmen Imaz Azcona.

Viuda e hija, del comandante Imaz, abandonaron Pamplona unos pocos meses después: no en vano el ambiente era irrespirable. «Nos marchamos porque la sociedad de entonces no era como la de ahora. La gente tenía miedo de estar contigo o cerca de ti ―rememoraba la hija del matrimonio, Carmen Imaz, en una entrevista publicada por Germán Ulzurrun en Diario de Navarra con motivo del 25 aniversario de la muerte de su padre―. Nos mudamos a casa de mi abuela, a la calle Olite. Cuando mi madre se acercaba al mercado a hacer la compra, veía que los vendedores simulaban otra actividad y se daban la vuelta para no atenderla».

Desde este blog animamos a nuestros amigos y lectores para que acudan a los actos de homenaje a D. Joaquín Imaz Martínez organizados este domingo en el acceso del parking de la Plaza de Toros de Pamplona, a partir de las 19 horas, en el mismo lugar donde el fanatismo, la crueldad y la ideología marxista-leninista y nacionalista, acabaron con el primero de nosotros: primero en honor, primero en lealtad, primero en hombría, primero en ejemplo. Primero en ofrendar, con su vida y sangre, el tributo al ideal.

jueves, 23 de noviembre de 2017

La realidad del euskera


Mientras todos los focos mediáticos siguen puestos en Cataluña, el euskogobierno de Uxue Barkos, consciente de que sólo queda año y medio para unas elecciones en las que puede perder el poder, pisa el acelerador en la euskaldunización de Navarra. Esto ocurre porque la mayor parte de las medidas que promuevan en materia euskoguay, más allá de lo cosmético difícilmente van a ser revertidas por un hipotético nuevo gobierno anti-cambiazo encabezado por UPN, más aun si hay que contar con la rémora del PSN.

Esta semana nos hemos enterado, entre otras muchas cosas, que el kutrepartito que nos ha tocado padecer anuncia a bombo y platillo actos a favor de lo que esta vez han llamado Día Internacional del Euskera en Pamplona, Lesaca, Alsasua, Tafalla, Sangüesa e incluso en Tudela; lugar en el que recordemos nunca se hablado. Los actos que tendrán lugar han sido profusamente anunciados por el Diario de Navarra, que día a día sigue sangrando el prestigio que se le supone a cambio de alguna subvención pública que el euskogobierno no quiere conceder a quien no sea de su cuerda.

Mientras, siguen ninguneando la verdadera naturaleza del día 3 de diciembre en Navarra, que no es otra más que en primer lugar el día de San Francisco Javier, copatrono de Navarra; y en segundo lugar y también por este motivo, el Día de Navarra. Si a mediados de los años 90 el nacionalismo vasco institucionalizó el Día del Euskera es única y exclusivamente para sepultar la fiesta de Navarra, institucionalizada una década antes y que se venía celebrando como fiesta patronal desde hace más de 300 años.

La estrategia de los vasquistas está clara: de momento van a trabajar para transmutar el Día de Navarra en Día del Euskera, este año bajo el rimbombante "Día Internacional del Euskera" (¡como si se hablase en decenas de países!) y con el tiempo, cuando se enteren de que celebran el Aberri Eguna en domingo de resurrección para conmemorar el día en el que el demente de Sabino Arana vio la luz del separatismo vizcaíno, ya introducirán el Día de Euskal Herria también en tres de diciembre.

A estas alturas no descubro nada cuando os digo que a esta gente el euskera se la pela. Para ellos la mamandurria del vascuence sólo es un filtro político con el que dividir a una sociedad entre los miembros abertzalizados de la secta del batúa y todos los demás. Las lenguas están para que la gente se entienda, no para crear castas privilegiadas, ni mucho menos descuartizarnos entre nosotros.

En el mapa de la Península Ibérica que abre este artículo aparecen los idiomas usados por los usuarios de Twitter. En el mismo, el ubicuo inglés adopta el tono gris para no eclipsar a las demás lenguas y podemos comprobar que como es obvio, la geolocalización de los tweets se centra en torno a las áreas urbanas y las vías de comunicación. Mientras que el catalán es hegemónico en toda Cataluña salvo en el área de Barcelona y parte de la costa; la incidencia de otros dialectos parecidos (pero no iguales) en Valencia e Islas Baleares es testimonial. No os molestéis en buscar el euskera, porque dado su baja incidencia relativa ni siquiera aparece en la lista cuando hasta el gallego está incluido.

Pueden obligarle a nuestros hijos a aprender euskera en contra de nuestra voluntad o exigírselo incluso a los barrenderos, lo que no pueden es andar con una pistola detrás nuestra para obligarnos a usar algo que nos han impuesto, aunque esto no quiere decir que no lo hayan intentado.

Los hechos refutan esta realidad: llevamos quemados literalmente miles de millones en euskera para que luego la gente ni lo use. En el caso de Navarra, menos del 13% de sus habitantes mayores de 16 años conocen el vascuence, y sólo el 6% reconoce su uso en su día a día. La situación llega a extremos tan penosos que el euskogobierno ha tenido que crear cuentas institucionales bilingües español/vascuence en twitter, porque mientras que las anteriores cuentas en castellano cosechaban unos cuantos miles de seguidores, las que estaban en batúa no las seguía ni el tato, y eso ya era todo un canteo.

Si para que se hable una lengua es necesaria su imposición en el sistema educativo e incentivar su uso aparente mediante la subvención pública... es que más que una lengua es un muerto viviente.

Mapa original de Eric Fischer
Hispano

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Derroche y discriminación en Navarra: eukaltegis, técnicos de euskera, bai euskarari... (1ª parte)


En la mal llamada zona mixta de Navarra hay una exigua minoría vascófona y eso es lo que ha convertido (por decisión política) en la práctica a esta zona hispanófona monolingüe en bilingüe por arte de birlibirloque.

"Ze Berri?" es una revista que fomenta el eusquera y que supuestamente no es política. La pagamos con nuestros impuestos por medio del Gobierno de Navarra, de los servicios de euskera de varios ayuntamientos navarros y hace menos tiempo se ha sumado la Universidad de Navarra. En su número 127 (ZEBERRI-127.pdf), el último, hay dos aspectos que reseñar.

Por un lado hay un artículo titulado "Jokin no se mea". En él se plasman las quejas de un abertzale intolerante que opina que Navarra no es normal porque el vascuence no es obligatorio "al menos" como asignatura entre los escolares de toda Navarra y cosas así. El eusquera, si es que se habló en zonas de Navarra por la mayoría de sus habitantes, por ejemplo en zonas como Tudela o Fitero, eso fue más o menos a la vez que cuando en Soria se hablaba celtíbero o en Valencia íbero.

Sea como fuere es una injusticia y barbaridad imponerlo. Pretender "normalizar" su situación no es normal y atenta contra los derechos de la mayoría de la gente. No me imagino a nadie sensato pedir recuperar el fenicio en Cádiz, Málaga, Cartagena o Ibiza. Eso es lo que plantea este tipejo en su artículo "Jokin no se mea" de la revista abertzale "Ze Berri?". Realmente no importa si se ha hablado euskera mayoritariamente hace 3000, 100 ó 20 años.

Por satisfacer a una minoría no se puede conculcar los derechos de la mayoría. Desde "Ze Berri?" se asevera, como prueba de que el euskera era mayoritario en tal o cual población, que se pedía párroco euscaldún (vascófono). Para empezar la gente de entonces no pedía que le mandasen curas euscaldunes por política como ahora. Pedían ese perfil de párroco euskaldún porque sólo hablaban euskera o a duras penas hablaban la lengua navarro-aragonesa mayoritaria.

En cambio ahora se pide un médico o un barrendero... euskaldun por política porque ya hace tiempo que no hay euskaldunes monolingües. Con la excusa de dar derechos a minorías se conculcan los de los demás poniendo la barrera del euskera para acceder a puestos de trabajo e incluso para mantener los ya existentes.

Según este elemento, que hubiera un grupo de gente que hablaba eusquera en tal lugar o tal otro lugar "es la prueba" de que el euskera era mayoritario ahí.

Yo conozco distintas personas que hablan euskera y viven en Zaragoza y en Madrid, pero eso no hace euscaldunes a ninguna de las dos ciudades como nos cuentan en "Ze Berri?" que acontecía con ciertas localidades en la Navarra medieval. Mucho menos se puede pretender que para hacer valer sus derechos exijan que allí donde vayan los vascohablantes haya trabajadores vascófonos.

No sería respetar sus derechos, sería pisotear los de los demás, porque la inmensa mayoría no tiene por qué aprender a hablar euskera con esa persona, puesto que ya habla español. Y esa injusticia de solo dar trabajo a los euscaldunes por unos supuestos derechos mal entendidos está causando una terrible discriminación laboral al 85% de navarricos.

Un derecho muy importante es que un funcionario sea capaz de redactar en español y que lo haga de forma gramáticamente correcta y ortográficamente correcta. Puesto que los que entran al puestico pasan un examen de euskera, pero a la hora de la verdad interactúan en el puesto de trabajo mayoritariamente en español, no es de recibo que no pasen un examen en español en el que se tenga en cuenta su forma de exponer, redactar... y su ortografía dando por hecho simplemente que saben el idioma.

No puede seguir habiendo dos varas de medir. No vale cometer faltas de ortografía en español al redactar informes y mantener el puesto como si nada y menos aún adquirir el puesto sin ni pajolera idea de gramática y ortografía española. En un lugar como Navarra donde el 85% no sabe ni papa de vascuence no se puede ser laxos con la manera de expresarse y redactar en el idioma abrumadoramente mayoritario: el español.

También hay que tener en cuenta de que si COMO EXTRA el conocimiento de otra lengua tiene que dar puntos esa debe ser el inglés al menos en ciertos ámbitos, pues por ejemplo hoy en día las instituciones sanitarias reciben informes de protocolos antivirales... y aunque vengan de Italia vienen en inglés.

Kontseilu, el partido político disfrazado de institución lingüística, ya lleva años pidiendo la oficialidad del euskera en toda Navarra. No, eso no es igualdad, pues poner legalmente al mismo nivel, el vascuence y el español, en un territorio donde habla vascuence bastante menos del 3% es privilegiar a la minoría que por el engañoso derecho a ser atendidos en euskera, todos, instituciones y empresas privadas, tienen que contratar a vascófonos (o sea abertzales). Y los demás o aprenden eusquera o al paro. El resultado es que la minoría pisotea los derechos de la mayoría.

Y eso es lo que está pasando en la zona mixta de Navarra y en la vascófona. Ahora el Gobierno de Navarra va a intentar aplicar esta injusticia en el conjunto de Navarra, bajo falsas premisas de hacer respetar derechos de minorías. Y las mayorías, ¿qué? No cuentan un pimiento.

Pamplona, Cizur Mayor, Barañáin, Villava, Burlada, Estella, Tafalla... no somos bilingües y sin embargo en la práctica toda la cartelería está en bilingüe y otro tanto pasa con las ofertas PÚBLICAS (el euscogobierno quiere hacer igual con las privadas). NO SOMOS BILINGÜES, al menos no de vascuence.

Que un 15% de la población sea capaz de hablar eusquera (aunque sólo la mitad quiera utilizarlo de continuo) no hace a esa población, ni en la Edad Media ni ahora, una población bilingüe. Es una población monolingüe con una escasa minoría bilingüe.

La segunda lengua más hablada de Navarra no es el vascuence, sino el inglés. 

Aquí no se pretende proteger una lengua, se pretende crear una nación. Los nacionalistas en Navarra están desesperados porque el vascuence va a menos y por eso paralizan o desaceleran la creciente demanda y oferta de inglés y ponen el vascuence como requisito en la administración para que todos se pongan a estudiarlo si quieren un  puesto de trabajo.

Al principio "solo" (sic) será obligatorio el euskera en la administración, pero después la administración extenderá su conocimiento a la empresa privada. Ya lo están haciendo fuera de Navarra con el catalán y el eusquera.

Están empeñados en expandir el eusquera porque saben que en toda academia (euscaltegui) y colegio no se enseña simplemente una lengua sino que se adoctrina en una ideología excluyente. ¿De qué se sorprenden de que el euskera cause tanta aprehensión?

Ze Berri?, una revista política, como tantas instituciones políticas disfrazadas de culturales, no debería recibir un solo céntimo de ayuntamientos o Gobierno de Navarra. Tampoco programas como Bai euskarari, que, entre otras cosas, hace que el ayuntamiento de tu municipio te pague el cartel de tu comercio si lo pones en bilingüe.

No hemos nacido ayer, la gente que se cambia el cartel no es que lo quiera tener bilingüe, sino que quiere cambiar el cartel viejo por uno nuevo y que lo pague el ayuntamiento, o sea, todos los vecinos. No entraré más a detallar las injusticias que promueve el programa Bai Euskarari. Lo malo es que cuando ves que has votado por un alcalde no nacionalista y firma estos convenios y se hace la fotico... se te queda una cara...

La misma cara que se te pone cuando ves el euscaltegui de tu pueblo o barrio que si tiene 10 aulas, 5 no se usan, dos son la secretaría y la recepción. El euscaltegui es la academia privada de euskera que adoctrina en nacionalismo (dicho esto con conocimiento de causa) y que vive del despilfarro de las subvenciones del gobierno.

Pamplonica

El rebaño de Uxue


Todavía tenemos reciente,  justo ahora nueve años la quiebra de Lehman Brother, se data en esa fecha el comienzo la mayor crisis económica y del sistema financiero de la historia. El euribor al 5,5 % , cierre de líneas de crédito, estrangulamiento de recursos financieros y caída de ventas. Con un sistema económico y financiero artificial y frágil, no sólo en España sino en medio occidente y con la nefasta experiencia de las cajas de ahorro controladas por las administraciones ocurre que en nuestra iluminada comunidad foral nuestros prodigiosos dirigentes políticos en el poder se plantean crear una banca propia, "made in" Navarra, que haga "país" y que "controle" mejor a quien ayuda y "dirija" su poder en favor de las empresas y particulares que tengan la ikurriña en su balcón , hablen y atiendan a sus clientes con prioridad y en la intimidad en euskera, patrocinen el Oinez, etc, etc, etc ...

Estamos hartos de tanta y tanto tonta y tonto  ... ! Se dice así no ? Nuestras empresas necesitan seguridad y crédito exterior, nuestros hijos educación y valores universales, nuestros nietos progreso y libertad. 

El crecimiento económico y mejora de empleo no se soluciona creando un "país" de ayudas, rentas sociales, educación y sanidad selectivamente pública, creando más estado o mega administración y mucho menos creando una Banca "Nacional". Ahí tenemos los ejemplos de Cuba, Venezuela, Corea del Norte, etc. 

Draghi dijo en julio de 2012 que el Banco Central Europeo estaba preparado para hacer lo que fuera necesario para proteger al euro y afirmó "créanme, será suficiente". Unos meses más tarde Angela Merkel en una reunión con empresarios españoles hizo la referencia a que Europa representa el 50 % del gasto social de todo el mundo con una población cada vez más envejecida. Draghi obligó a sanear a la banca podando las ramas reviradas y enfermas  y fortaleciendo las grandes y sanas y Merkel continuó con su política de menos impuestos y más empleo como Rajoy en España. Parece que los buenos resultados y su evolución positiva les están dando la razón. Navarra está en camino de tener el 25 % de la población con más de 65 años y una edad media de 43 años, un par de puntos menos que la alemana. El estado de bienestar y las pensiones no tienen que depender exclusivamente de las decisiones de avezados ignorantes en economía como nos encontramos en los socios del cuatripartito en Navarra, de seguir así castigando la fiscalidad en empresas , autónomos y familias y creando un germen de llamada para clases sociales desprotegidos y acomodadas estamos listos, mejor dicho arruinados. Merkel baja impuestos y genera confianza justo lo contrario a Cataluña y Navarra. Seremos los siguientes en espantar a las empresas y generar más desconfianza en los emprendedores y familias; llevamos camino de ello. 

Por favor señores de Geroa Bai rectifiquen aún a sabiendas que su gobierno se deshaga. Será bueno para el futuro de los navarros y navarras aunque ustedes pasen a la oposición. "El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada, y la ayuda a otros países debe eliminarse para no llegar a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del estado"  Marco Tulio Cicerón. Año 55 antes de Cristo. 

Una colaboración de Cabezudo

martes, 21 de noviembre de 2017

Elaboración del “relato” del terrorismo: cobardía, hipocresía y cinismo


Un nuevo frente de la omnipresente “batalla de las ideas” se encuentra en pleno fragor: nos referimos a la denominada “elaboración del relato del terrorismo”.

Ésta viene siendo desarrollada desde diversas instituciones, generalmente de carácter académico, con notables aportaciones de instancias de cierta sociedad civil y de los autonombrados “operadores” internacionales especializados en “conflictos”. Este significativo movimiento socio-ideológico cuenta con el decidido impulso -material y legislativo- de las administraciones hoy ocupadas por exponentes de la izquierda abertzale y sus compañeros de viaje. Son muchos, pero destacaremos, aquí en nuestra tierra, a uno de estos grandes actores bien instalado en el Gobierno de Navarra: Álvaro Baraibar Etxeberria, director general de Paz, Convivencia, Derechos Humanos y Propaganda, dentro del Departamento de Relaciones Ciudadanas e Institucionales del que es Consejera Ana Ollo Hualde

De tal modo, viene desplegándose, desde hace unos pocos años, un lenguaje intencionalmente equívoco (conflicto, relato, memoria, sufrimiento compartido, socialización, orillas) cuyo objetivo no es otro que el de la imposición de una hipócrita y deseable “equidistancia moral” ante el presunto “conflicto” y su “resolución”. Y, con ella, la desactivación y neutralización de cualquier autoridad individual o colectiva capaz de señalar la existencia del bien y del mal.

El mar de fondo en el que navega esta estrategia es el mismo que, en líneas generales, ilustra nuestra sociedad posmoderna: una perplejidad generalizada cargada de posverdades y microrrelatos; unidos por su rechazo de toda moral objetiva. Así, cualquier moral y ética únicamente tendrían virtualidad privada. Sería el Estado, por medio de sus voceros mediáticos autorizados, los únicos cualificados para señalar qué está bien y mal: lo admisible y lo punible; lo actual y lo superado; lo que se lleva y lo que retrae; lo que vende y lo que no.

Estamos hablando, efectivamente, del relativismo. Y con ello no nos referimos sólo a ese latiguillo del que, obispos y algunos clérigos, todavía se sirven para intentar orientar a sus ovejas en el desasosiego de estos tiempos. Estamos pensando en su expresión práctica y cotidiana que todo invade; facilitando el asentamiento de cualquier tipo de comportamientos inducidos desde los poderes reales. De tal manera, lo que antaño podría entenderse como un grave atentado contra los intereses y las necesidades de la comunidad, ahora se oferta como un “nuevo derecho” individual o social que debe protegerse desde la discriminación positiva; otro instrumento de lo “políticamente correcto” hoy. Bien y mal no existirían. Tampoco moral ni ética. “Todo depende del color con que se mira”. Lo importante son “las experiencias”. “Y a vivir, que son dos días”. ¿Comerse el coco? ¿Para qué?

Sin duda, desde tales perspectivas, cualquier comportamiento puede debatirse, admitirse e incluso protegerse. En tamaña deriva, los casos son múltiples, pero ello permite que muchos afirmen, sin sonrojarse, que el “terrorismo” de ayer, hoy sería “autodefensa popular” o “vigilantismo social”. Pero, ¿estamos hablando sólo de meras palabras?

Asumido por el marxismo cultural, por las factorías radical-progresistas, y con toda la artillería del mundo abertzale y sus colaboradores de la “galaxia” Elkarri/Lokarri y sus numerosos epígonos institucionalizados, esa “elaboración del relato del terrorismo” pretende, básicamente, modificar los registros morales de la colectividad. Ello allanaría la despenalización de buena parte de los actos de terrorismo ya juzgados y condenados y la exploración de medidas de gracia; además de obtener una legitimidad política y moral para el proyecto totalitario de los terroristas, sus amigos, y compañeros de viaje.

La palabra clave es equidistancia. ¿Objetivo?, que la “mentalidad común” reflexione y comparta, más o menos, las siguientes ideas-fuerza: «Hubo un tiempo en el que el Estado español perpetraba diversas “violencias políticas” (policiales, parapoliciales, laborales, ecológicas, de género, etc.). En respuesta a tanta injusticia, determinados colectivos se habrían defendido cómo pudieron (la banda ETA, Solidarios con Itoiz, Comandos Autónomos Anticapitalistas, Iraultza, Jarrai, FRAP, etc.). Hubo excesos por ambas partes. Pero también mucha generosidad y buena intención, especialmente entre los rebeldes. Y mucho sufrimiento: muertos por ambas partes, inválidos de por vida, viudas, familias con hijos encarcelados a 700 kilómetros de su casa, accidentados, enfermos por contaminación». A partir de tales premisas ya es posible falsificar la historia, distorsionar la realidad, cambiar los comportamientos colectivos, confundir los espíritus, mercadear con el dolor real, prostituirse en el intento.

Este “relato”, pese a su extensión, es falso desde sus primeras premisas; empecemos por la primera de ellas.

Hubo unos agresores, los asesinos y sus numerosos cómplices, que libre y voluntariamente decidieron lanzar una campaña terrorista –con todas sus consecuencias- al objeto de instalar una “república socialista, vasca, independiente y euskaldún”. Ya fuera en el régimen franquista, a lo largo de la “Transición” o en una democracia del 78 ya instalada y consolidada, los terroristas persistieron en su estrategia; muy conscientes de que se trataba de una vía de muerte y dolor. Semejante estrategia siempre fue la misma; pero no pararon hasta comprender y asimilar que no era posible conseguir sus objetivos con tales medios. Por puro interés: ni generosidad, ni arrepentimiento alguno. En definitiva: asesinaron, coaccionaron, amenazaran y destruyeron la convivencia colectiva -sin remordimientos, ni reparar en daños de cualquier tipo- en aras de su ideal. Nadie les obligó. Organizaron y armaron una máquina formidable al servicio de la muerte y el terror “porque les dio la gana”; pudieron optar por otras alternativas. Entonces, ¿cómo equiparar el sufrimiento de cualquier víctima a la del verdugo que se prepara concienzudamente para ser eficaz en sus asesinatos fríos, cobardes, por la espalda e, incluso, tras torturarles?

Si las premisas son falsas, el relato consiguiente será una gigantesca impostura.


Las víctimas, inicialmente, fueron ignoradas y apartadas; después, despreciadas y silenciadas; tardíamente, instrumentalizadas por unos y por otros. Que las víctimas mantengan, durante tantos años y vicisitudes, la cordura y el sentido común, su capacidad crítica y tan altísima ejemplaridad, fue y es una suma casi infinita de actos heroicos.

Además de esta maniobra, propia de una ingeniería social que pretende sustituir ciudadanos por productores/consumidores acríticos y manejables, otra tendencia creciente es la de la rápida desmemoria social. Para muchos jóvenes, el terrorismo de ETA es cosa del pasado: no lo vivieron. Para otras generaciones más veteranas, se trata de algo a olvidar, pues sigue resultando “desagradable”, e incluso “superado”. No en vano, “hay que vivir”, mirar al futuro.

Así las cosas, toda iniciativa desarrollada por las víctimas del terrorismo, o quienes les apoyen de alguna manera, debe conocerse, difundirse y apoyarse; sin pretensiones de ningún tipo.

En Navarra ETA asesinó y mucho. No pocas de aquellas víctimas fueron personas procedentes de aquel tradicionalismo que, antaño, fuera una de las señas de identidad colectivas de esta tierra y sus gentes. En este contexto de desmemoria, manipulación y hartazgo, con demasiado dolor y sufrimiento sin cura en tantas familias rotas, Víctor Ibáñez Mancebo ha escrito un libro que nos toca muy de cerca: Una resistencia olvidada: tradicionalistas mártires del terrorismo (Ediciones Auzolan, 228 páginas, Córdoba, 2017). El libro se puede solicitar en el correo info@edicionesauzolan.net al precio de 22 €. El autor estará presente en una tertulia sobre el relato del terrorismo el próximo miércoles en Pamplona.


Este domingo tendrá lugar también en Pamplona otro en recuerdo a la primera víctima de ETA en Navarra, pero a este homenaje le dedicaremos un artículo completo avanzada la semana.


Es nuestra obligación: ante la desmemoria, el mercadeo y la tergiversación; estaremos con las víctimas siempre. Frente a la mentira y la manipulación. Memoria, dignidad y justicia.

Sila Félix