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martes, 14 de noviembre de 2017

El euskogobierno juega la carta del hembrismo


Que el palo impositivo que nos ha pegado este año la Hacienda Foral es de los que hacen época es algo que casi todos hemos notado y respecto a ello ya hicimos un artículo a principios del verano. El cutrepartito realizó una reforma fiscal que buscaba aumentar su recaudación, no posibilitando una mejora de la economía sino por la vía de las subidas de impuestos. Esta reforma ha castigado a las clases medias, a las familias, a los ahorradores, a los jubilados que han ahorrado toda su vida, a los empresarios, a los inversores y prácticamente a todo pichichi; con tal de recaudar más para pagar el euskera, las ikurriñas y los caprichos de los podemitas. Uxue Barkos dejará como legado una Navarra más empobrecida, para que luego venga Joseba Santamaría y su Diario de Mentizias a vendernos que estaríamos mejor dentro del País Vasco.

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Pero se acercan las elecciones forales, queda poco más de año y medio para echarlos, y la mafia vasca va a llevar a cabo una segunda reforma cosmética para intentar tapar sus vergüenzas y parar la sangría de votos camuflando algo el sablazo. La maniobra no es de lo más sofisticado y consiste en rebajar algo de presión fiscal sobre algún pequeño sector desfavorecido, eso sí la rebaja nunca va a compensar la subida anterior y lo que a algunos no le van a quitar por un lado, se lo van a quitar por otro y con creces. Por ejemplo, las familias con hijos menores de 3 años dejarán de pagar 100 euros, pero la dedución por compra de vivienda será eliminada, beneficiando a unos 81.000 navarros que pagan de media unos mil euros de menos.

Vamos, un timo análogo lo que viene sucediendo en algunos establecimientos en "los días  sin IVA" o los black friday, que días antes te suben el precio de los productos más vendidos para que el día en cuestión hagan una rebaja bastante aparente y te creas que te has llevado un chollo; cuando lo que has hecho es el primo pagando algo más que hace una semana.

Entre las medidas que preparan para esta reforma fiscal, que el cutrepartito ya da como "pacto cerrado" imposibilitando cualquier tipo de cambio impulsado por la oposición, se encuentra una un tanto populista (en la peor de sus acepciones) consistente en ofrecer a las empresas ayudas fiscales para la contratación de trabajadores con "salarios dignos" (1,7 SMI este 2017 y 2,5 SMI en 2018) cosa que estaría bien de no ser porque las deducciones para los hombres serían de 2.500€, mientras que en el caso de las mujeres ascenderían a 5.000€. Obviamente se trata de una medida que penaliza la contratación de hombres y tendrán la cara de llamarlo "discriminación positiva", siendo este un término ilusorio compuesto por dos palabras que se anulan puesto que toda medida favoritista hacia una parte implica la exclusión de la otra.


Que se ataque de esta forma el principio de igualdad entre sexos y no pase nada sólo puede darse en un país adocenado que ha dejado que por ejemplo en los supuestos de violencia doméstica de hombres a mujeres, se viole el derecho fundamental de presunción de inocencia, reconocido en la Constitución Española y la Declaración Universal de los Derechos Humanos (parece que los tribunales europeos sólo están para soltar a terroristas de ETA y violadores). Esto da lugar a situaciones en las que el acusado, por el mero hecho de ser hombre, es quien tiene que demostrar su inocencia; una medida antidemocrática que nos retrae al estalinismo y que genera inumerables casos de mujeres que instrumentalizan denuncias falsas para, por ejemplo, obtener prestaciones públicas o condiciones ventajosas en un divorcio.

Este tipo de situaciones son propiciadas por el hecho de que en caso de ser perseguidas, las penas por denuncia falsa son irrisorias. Para hacernos una idea, en el año 2016 se presentaron en España 142.293 denuncias por "violencia de género". De estas, más del 45% derivaron en sobreseimiento libre o provisional; casi el 12% terminaron en sentencia condenatoria y menos del 3% en condena absolutoria.

Si el eusko-régimen estuviese realmente por la igualdad, cuidaría de que los empleados fuesen elegidos por sus capacidades y no por sus genitales. De la misma manera que las neofeministas no criminalizarían a los hombres por el mero hecho de serlo, siempre y cuando estos no sean musulmanes claro está, ya que a ellos no se les conoce ningún caso de maltrato o discriminación hacia la mujer, ¿verdad?


Hispano

1 comentario:

  1. Lo que faltan son medidas que dignifiquen el trabajo de cuidados que se realiza dentro de una casa (me da igual que los haga él que ella). La familia ha sido el colchón que ha salvado a muchos de sus miembros durante la crisis que estamos pasando, y sería bueno fomentar la estabilidad del hogar.

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