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miércoles, 8 de noviembre de 2017

Posverdad y secesionismo


La posverdad es un término muy en boga estos días, pese a lo novedoso que pueda parecer (su origen contemporáneo puede ser trazado en torno al año 2010) ya os adelanto que se trata de la mentira de toda la vida -en cualquiera de sus variedades- amplificada por los medios de masas y las redes sociales. Así es como le llamamos posverdad a lo que antes fue manipulación y propaganda; este tipo de engaños propulsados por internet pueden llegar a tomar proporciones épicas hasta el punto de que más bien debería de hablarse de la era de la postmentira.

En la sociedad de la sobreinformación, prácticamente todo es verificable y no resulta fácil mentir, es por ello que los elementos intoxicadores se valen de recursos como la insistencia en la aseveración de un bulo o la descalificación de quienes contradigan a la mentira, a menudo empleando algún tipo de teoría conspirativa cuando no ataques personales.

Cualquier sociedad mínimamente crítica sería inmune a este virus, pero el incendio sólo puede extenderse por un pasto de millones de personas dispuestas a formar su opinión empleando fuentes de manipulación como algunas páginas de internet o perfiles afines en las redes sociales; antes de conceder credibilidad a cualquier medio contrastado. Así es como hemos llegado a un punto en el que como sociedad no nos creemos nada, pero a la vez somos capaces de creernos cualquier cosa.

Podemos encontrar un ejemplo práctico de posverdad aplicada al rocambolesco periplo del Puigdemont en Bruselas, siendo una de sus últimas perlas una entrevista al diario británico The Guardian en la que aseveraba que el gobierno español estaba criminalizando y encarcelando de forma masiva a los políticos nacionalistas, como si hubiésemos mandado al trullo a todos los alcaldes, diputados, concejales y dirigentes de los partidos secesionistas. Así es como un delincuente prófugo se puede permitir intoxicar a la opinión pública internacional, mientras una justicia torpe se toma su tiempo.

Dos ejemplos de manipulación de imágenes para colarlas como imágenes reales del 1 de octubre. Ambas imágenes tomadas en el año 2012, siendo un minero en Madrid y un menor herido durante una carga de los Mozos de Escuadra.

Siguiendo en Cataluña, es tal la cantidad de bulos que el catalanismo sociológico se ha comido sin rechistar que uno no sabe ni por donde empezar. Recientemente muchos ayuntamientos han colocado pancartas en las que se afirma que los consejeros en prisión preventiva son presos políticos, como si la malversación de fondos públicos y la conspiración para la sedición y la subversión del orden constitucional no hubiesen tenido nada que ver. Si Junqueras está en la cárcel por sus ideas políticas, quizás también lo estuvo en su tiempo El Lute por sus ideas respecto a la propiedad privada.

No voy a ser yo quien le niegue a los separatistas su derecho al autoengaño, pero ya que el gobierno central pasa de elaborar cualquier tipo de relato encaminado a desmontar la Matrix de los nacionalismos, seremos los ciudadanos los que desmontemos los bulos del secesionismo. Que no nos tomen por gilipollas.

Hispano

3 comentarios:

  1. Nada que añadir a tan pertinentes como fundadas reflexiones. Gracias.

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  2. Mientras todavía haya libros y enciclopedias, estamos salvados.

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  3. La opinión de una persona que tiene sobre cualquier cosa o asunto, depende de la información que éste haya tenido de ella. Si esta cosa o asunto se llama España o lo español y esa persona solo ha escuchado, visto o leído, en medios de comunicación, escuela universidad u otro medio en teoría solvente, que España hizo un "genocidio" en América, que los que no son catalanes o vascos son unos gandules y viven a costa de estos dos, que son ladrones por naturaleza, u otras lindezas por el estilo,todo esto durante toda o gran parte de su vida, pues es muy difícil tener un aprecio por España y lo español. Si esa persona llega a adulta y no tiene un espíritu crítico siempre vivirá en la mentira. Si lo tiene y descubre que todo era mentira y que había sido manipulado, es muy difícil que se convierta en un defensor de esa idea u objeto en la que había vivido odiando. Tal vez no lo odie pero no lo amará. Pasa como si un niño, de padres separados, se cría odiando a su padre, por ejemplo, porque su madre lo difama y le dice que es un malvado, aunque cuando sea mayor descubra que era todo mentira, aunque deje de odiarle, ya no sentirá ese amor por su padre que debería tener por él.

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