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lunes, 8 de enero de 2018

Vigilantismo social en Pamplona


Nos hemos enterado recientemente, pero en marzo del año 2016 un miembro de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz encontró una videocámara oculta en un respiradero de la cripta del Monumento a los Caídos de Pamplona. Monumento que por cierto nunca se llamó oficialmente así, sino "de Navarra a sus Muertos en la Cruzada", pero nos entendemos.

¿Qué clase de actividades subversivas venía realizando esta asociación religiosa canónica legalmente inscrita para que alguien le haga una escucha? Pues una misa privada todos los meses (este es un recinto consagrado) en honor a todos aquellos que han dado su vida defendiendo España, además de las reuniones ordinarias de la asociación. Quizás quienes colocaron la cámara creían que iban a grabar a los asistentes brazo en alto y entonando el Cara al Sol; o urdiendo conspiraciones golpistas, pero el hecho es que si no lo han filtrado ya se debe a que lo más peligroso que vieron en los vídeos son unos cuantos rezos.

De la investigación llevada a cabo por parte de la Policía Nacional se desprende que los responsables de la colocación de este artículo de espionaje serían dos miembros de ZER, un colectivo memorialista de extrema izquierda cuya única finalidad es la demolición del monumento que recuerda a los casi 5000 navarros que prefirieron morir luchando a ser llevados al matadero como corderitos mansos.


Descartado el que este dispositivo fuese colocado desde la propia cripta, ya que su acceso está restringido a los miembros de la hermandad, se desprende que quienes colocaron la cámara accedieron al conducto a través de la nave principal del monumento, esta sí en posesión del Ayuntamiento de Pamplona y cerrada al público. Lo que quiere decir que esta maniobra de espionaje fue llevado a cabo con la colaboración de algún empleado municipal, sino en connivencia con el Consistorio de extrema izquierda.

Bien podría ser este el escándalo Watergate de Joseba Asirón, pero la realidad es -y me gustaría equivocarme- que no existe voluntad política alguna para exigirle responsabilidades a la corporación proetarra de Bildu por estas labores de espionaje tan torpes pero que suponen un delito de revelación de secretos que no es baladí, acompañado de otro de prevaricación para los colaboradores necesarios en el Ayuntamiento. Recordar también que este consistorio reserva una partida de 13 millones de euros para la demolición del monumento, que es lo que más le preocupa a los pamploneses, ¿verdad?

Que el vigilantismo social es un proceder habitual en la ultraizquierda es algo harto conocido, un caso típico son los Comités de Defensa de la Revolución aun vigentes en Cuba y que se dedican a la vigilancia y el control de la vida pública y privada de sus conciudadanos; en aras del señalamiento y el acoso a los disidentes aun presentes en ese paraíso socialista del caribe que se está cayendo a cachos. Estos organismos parapoliciales los encontramos en cualquier lugar en el que se intenta reproducir una revolución socialista y todos ellos beben de los Revcom, los comités revolucionarios de la extinta Unión Soviética.

Recientemente las CUP intentaron crear "comités de defensa del referéndum" que se iban a encargar de suministrar las "hòsties que pariran terror" que nos habían prometido.

Esta maniobra de espionaje propia de algún Anacleto no es un hecho aislado, sino que se enmarca en una estrategia de acoso llevada a cabo por medios y asociaciones en la órbita de la izquierda abertzale y Podemos; que llevan años vigilando las actividades de esta hermandad y sacando fotografías a aquellos que asisten a sus misas o a quienes acuden por el Día de Todos los santos a las tumbas del cementerio de Pamplona que están reservadas a los combatientes caídos durante Guerra Civil.

Tomar fotografías a escondidas de una señora de 88 años que acude a un oficio religioso, lo llaman informar.

El vigilantismo, el señalamiento y el acoso; siempre han estado en el ADN de la extrema izquierda y actualmente la mayor amenaza para la libertad en España no son ni Donald Trump, ni Marine Lepen, por mucho que se empeñe en hacernos creer algún redactor cornudo de El Mundo; sino la formación criptocomunista que es la tercera fuerza más votada, gobierna las dos ciudades más grandes de España y gracias a la cual también el vasquismo ha tomado el poder político en Pamplona y en Navarra.

Hispano

1 comentario:

  1. Omite el autor otro "clásico" del vigilantismo abertzale: el chivateo de los cómplices de ETA,quienes han salido de rositas en su mayoría, pese a haber destrozado la vida de miles de víctimas directas e indirectas de sus amos de ETA.

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