Ya lo decían los programas electorales de los partidos del kambiazo: lo que realmente necesitamos los navarros es demoler Los Caídos, arrasar el comercio de Pamplona y privilegiar a quienes chapurrean batúa. La última medida electoralista que busca el voto cautivo, perdón quería decir la última emergencia social, consiste en sacar cualquier resto de cristianismo de la educación pública, para introducir la religión islámica. La religión más pacifista, avanzada e igualitaria del mundo.
Démosles paguitas de 1000 euros para que vengan a pagarnos las pensiones, formemos guetos en las escuelas para que nunca se integren y nos enriquezcan con su diversidad vibrante. Hagamos al fin y al cabo lo mismo que en Bélgica y Francia ¿qué puede salir mal?
Pues sí, desde el curso que viene los inmigrantes musulmanes podrán optar a que sus hijos reciban clases de religión islámica en algunos centros educativos públicos de Navarra. Los primeros beneficiados de este tipo de medidas son los centros concertados, que ya de por si no pueden absorber la demanda de plazas en Navarra.
Los segundos, las ikastrolas y el modelo D, ya que no es una casualidad que sean los modelos educativos públicos en castellano los que acogen a la inmensa mayoría de los hijos de inmigrantes y gitanos. En según que centros, muchas familias prefieren llevar a sus hijos al modelo euskérico whites only de facto, antes que al gueto del castellano. Es lo que hay y lo sabemos, cuando quieran forzarnos a la inmersión lingüística en euskera dirán que es para que los inmigrantes se integren y no se concentren en el gueto del castellano.
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En lo que respecta a las relaciones internacionales, el principio de reciprocidad establece entre otras cosas que los beneficios otorgados por un Estado hacia los ciudadanos extranjeros asentados en el mismo, han de ser retribuidos en misma manera por su país de origen.
Pues bien, en Marruecos, país de procedencia de la mayor parte de más de 20.000 musulmanes residentes en Navarra, no existe libertad religiosa. No está prohibido ser cristiano, pero el culto se ha de ceñir al ámbito privado de las casas particulares. Cualquier español que sea pillado haciendo proselitismo cristiano, por ejemplo respondiendo a preguntas respecto a su creencias religiosas, será detenido y expulsado del país. Peor lo llevan los cristianos conversos, a quienes su propio gobierno niega el derecho convertirse a otra religión y castiga con hasta tres años de prisión a quienes intenten "quebrantar la fe de un musulmán" por ejemplo llevando a su casa una biblia.
Otro problema que podemos plantear es el hecho de que no existe de una jerarquía religiosa al uso en el islam sunita, carece de un clero bien definido ya que cualquier musulmán que conozca los rituales de rezo puede ejercer como imán. Las máximas autoridades sobre los creyentes suelen coincidir con los líderes políticos de los respectivos países, como no es de extrañar en una ideología político-religiosa, como es el Islam.
Así, ¿quién designará a los profesores de religión islámica y velará para que no radicalicen a los jóvenes? ¿Alguna ONG subvencionada? ¿Marruecos o Arabia Saudita quizás? Por cierto, ¿habrá también clases separadas para los sunitas y los chiitas?
Por último, vivimos estos días una ofensiva mediática sin precedentes por parte del un feminismo radical ya institucionalizado, difícil es poner la televisión hoy en día sin recibir por todos lados la turra de la ideología de jenaro. ¿Qué dirán entonces, los miembros y las miembras, cuando se enteren de que en un centro público se estudia un libro que dice que las mujeres valen la mitad que los hombres? ¿Dirán entonces que es un libro que incita al odio y la discriminación hacia las mujeres o seguirán mirando hacia otro lado y diciendo que el Islam es la religión más feminista de todas?
Hispano
Si defendiéramos con convicción nuestra tradición católica y el fundamento de nuestra filosofía occidental, no tendríamos tantas reservas sobre que otras culturas hagan lo propio.
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