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miércoles, 21 de febrero de 2018

María Chivite quiere ser presidenta (cueste lo que cueste)


La estrategia que ha adoptado el PSN-PSOE y su lideresa, señora María Victoria Chivite Navascués, es la de aspirar a ostentar la presidencia del Gobierno de Navarra tras las próximas elecciones forales a celebrar en mayo de 2019. En general los partidos políticos aspiran o deberían aspirar a ganar las elecciones o, al menos, a ser la candidatura más votada. Sin embargo, en cada una de las diecisiete CCAA en las que se divide España, en general, el partido más votado suele ser siempre o casi siempre el mismo. Hay ocasiones en las que se puede dar un vuelco electoral;  por eso, los partidos que generalmente no suelen ser los más votados en una región deberían trabajar para que se pueda dar un vuelco electoral favorable a sus pretensiones.

En el caso de Navarra, el PSN-PSOE fue el partido más votado durante dos legislaturas, las de 1983 y 1987, y si se dio un vuelco en favor de UPN a partir de las elecciones de 1991 fue debido a tres factores: corrupción, nefasta gestión y cambalaches oscuros con los separatistas vascos. Si el PSN-PSOE quisiera desbancar a UPN como partido más votado en Navarra lo primero que debería hacer es dejar muy claro que la línea roja está no solo en no pactar con el nacionalismo vasco, sino cualquier tipo de cesión o componenda. 

Sin embargo, podemos comprobar cómo la franquicia foral de los socialistas hace mucho que renunció a ser la lista más votada, y a lo que aspira es a obtener la presidencia del Gobierno de Navarra siempre que sus escaños resulten necesarios para cualquiera de los dos bloques (constitucionalista versus anexionista vasquista). Y esta afirmación no consiste en un mero rumor o un "fake news";  lo ha dicho la señora Chivite en un reciente programa de televisión:


Sin tener los resultados en la mano (el último “navarrómetro” les daba al PSN-PSOE ¡¡¡cinco escaños!!!) la señora Chivite pretende que, o bien Geroa Bai, Podemos e IU o bien UPN, PP y Cs le hagan a ella presidenta en el caso de que sus escaños (lo mismo sean nueve, siete, cinco que tres) resulten esenciales para que el mencionado bloque pueda obtener la mayoría parlamentaria correspondiente. 

Por otro lado, la señora Chivite nos debe de creer muy tontos a los navarros para pretender vendernos la moto de que un gobierno de coalición o con apoyo de investidura de Geroa Bai + los batasunizados Podemos e IU/IE no va a realizar una gobernanza identitaria panvasquista. En el tripartito en el que se metió su partido con el señor Otano en 1995 la única fuerza vasquista (en teoría) era EA, la cual aportaba solo dos escaños, y en un año hasta firmaron un preacuerdo de mancomunidad de la Comunidad Foral de Navarra con la C.A. Vasca conocido como Órgano Común Permanente (y eso que la Constitución prohíbe expresamente la mancomunidad de Comunidades Autónomas).

Por otro lado, la línea del PSN-PSOE durante esta legislatura está resultando bastante errática, lo mismo se apuntan a la manifestación del 3-J del año pasado en defensa de la bandera de Navarra que se ponen de perfil en muchas otras cuestiones de carácter identitario y tienden la mano al cuatripartito en todo lo que pueden. Pero es más, la lideresa de los socialistas navarros ha afirmado recientemente que es partidaria de mantener la Disposición Transitoria Cuarta por si, en un futuro, se decidiera activarla, y que los navarros puedan votar en favor del “Anschluss” vasco (anexión y subordinación de Navarra a la CAV). Por no hablar de los capotes que el PSN-PSOE tiende al gobierno vasco y sus salidas de tono respecto a Navarra, a fin de cuentas la filial de SU partido en la CAV (PSE-EE-PSOE) gobierna con el hermano mayor de Geroa Bai, el Partido Nacionalista Vasco.

(Video de la lideresa del PSN-PSOE mostrándose favorable a la Transitoria Cuarta de la Constitución y a que se pueda votar en un futuro la posible anexión/”Anschluss” de Navarra a la CAV)

Viendo los anhelos y la errática línea de la actual dirección del PSN-PSOE, todos los navarros de bien que no quieran comulgar con ningún trágala pro-vasquista y pro-anexionista tendrán que valorar muy bien si, en las próximas elecciones, meter un voto de la candidatura del PSN-PSOE en las urnas merece la pena.  El riesgo es que estos acaben formando algún gobierno similar al que pactó Otano en 1995 y al que intentaron Chivite (Carlos) y Puras en el 2007 (que trataba de re-editar un tripartito filo-nacionalista, que no se nos olvide). 

Por último, resulta bastante chocante que la lideresa del PSN-PSOE ponga como condición al PP, UPN y Cs la presidencia del Gobierno a cambio de contar con sus votos cuando fue ella misma quien se negó a aceptar los votos de UPN en el 2015 para que formaran gobierno de coalición PSN-PSOE e IU/IE con objeto de evitar el actual cuatripartito. El PSN-PSOE y sus líderes siempre tan erráticos, tan incoherentes y tan poco de fiar, como para hacérselo mirar y como para fiarse de ellos, después de lo visto estas últimas cuatro décadas en Navarra.

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