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martes, 6 de marzo de 2018

8 de Marzo: día de la ultraizquierda


Las movilizaciones, los paros parciales o la huelga entera del próximo 8 de marzo se basan, para quien no se lo ha leído, en un argumentario concebido por la “Comisión 8 de marzo del movimiento feminista”.  Son 22 páginas donde se usa a la figura de la mujer como excusa para pedir todo tipo de reivindicaciones con el objetivo de “quebrantar los privilegios de una sociedad patriarcal y capitalista, racista y heteronormativa”. Nos dicen que practican un “feminismo interseccional” y que importa la “identidad de género”. Se habla de la “cultura machista de nuestros amigos, padres, hermanos y vecinos”, metiendo a todos los hombres en el mismo saco machirulo.  En fin,  lenguaje de extrema izquierda directamente salido de los  laboratorios de ingeniería social neo-marxista.


Por supuesto, se entiende que todas las mujeres participarán entusiasmadas por el hecho de serlo. Se dice que es la “huelga de todas, hay un hueco para todas y cada una de nosotras en nuestra huelga feminista”.  Pero resulta que cada mujer ya sabe cómo pelea cada día sin necesidad de que vengan a decirle lo que tiene que pensar.  El feminismo de última generación (surgido de la ideología de género) pretende imponer una serie de ideas a todas las mujeres, las compartan o no, lo cual no parece ofrecer espacios de libertad para pensar de otra manera.  Y aquí es donde conviene leer con atención las 22 páginas para saber de qué estamos hablando exactamente, y que cada persona saque sus conclusiones.  

Uno de los puntos más obvios es que, como en estos tiempos ya no hay lucha de clases, el neo-marxismo en forma de ideología de género nos trae la lucha de sexos para seguir destrozando la sociedad occidental.  ¿Cuál es la institución que más sufre con ello?  La “familia tradicional nuclear”, como expresa el documento, a la que se pretende quitar toda autoridad sobre la educación afectivo-sexual de los menores.  Se hace huelga porque “Es una educación que no está basada en el placer, sino en el miedo y los tabúes. Es heteronormativa, centrada en la reproducción, coitocéntrica e invisibiliza la diversidad tanto de identidades como de sexualidades”.  Y, por supuesto, las mujeres de 16 y 17 años deberían tener la autonomía suficiente para abortar cuanto quieran en la red pública sin decir nada en casa.  El placer por encima de todo, pero responsabilidad, ninguna.


Cada mujer verá si se identifica con las proclamas del argumentario original que ha dado pie al resto de iniciativas aparecidas después, en esta loca carrera por ver qué partido, sindicato o asociación es más progre.  Que cada una escuche en su fuero interno lo que le dice su intuición, y que obre en consecuencia.

Calíope

1 comentario:

  1. A la vista de lo que ha pasado hoy (y todavía queda...) habéis acertado con el título del texto. Y luego dice U.Barkos que no es cuestión de política, que el feminismo debería ser un movimiento transversal. ¿Qué feminismo? ¿El que hemos visto hoy en la calle? ¿Con los delantales en las farolas? ¿Las pelucas moradas? No, gracias.

    Y claro que es cuestión de política. Y de ideología. Hoy era imposible expresarse con libertad en el trabajo, en el instituto, en la universidad. Hasta a los hombres progres les han dado consignas de dar la razón en todo a quienes no dudarán en machacarlos en cuanto puedan. Cuánta cobardía y qué tristeza.

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