ETA de nuevo quiere hacernos creer que deja las armas y se disuelve por generosidad unilateral, cuando todo el mundo sabe que estos hechos han sido posibles por el trabajo policial, judicial y político. La política de ilegalización de sus partidos afines fue un hecho determinante en la desaparición de ETA.
Si ETA se arrepiente de verdad, debe llevar a cabo al menos 4 puntos:
1) Desmantelar las juventudes de ETA, es decir, Ernai, Ospa Mugimendua, Errepresioari Autodefentsa, Ikasle Abertzaleak, Indar Gorri...
2) Pedir perdón por TODAS las víctimas.
3) Colaborar para resolver los casos pendientes irresueltos.
4) Entregar TODAS las armas pendientes. Según los nacionalistas vascos los terroristas etarras habían entregado su arsenal anteriormente, pero aún tienen armas que van a entregar en los próximos días. ¡Ya vale de tomarnos el pelo!
A los puntos mencionados arriba un gobierno más riguroso que el del PP puede añadir la ilegalización de todo su mundo. Como se hizo con los criminales nazis con los juicios de Nuremberg, ETA necesita un Nuremberg y ser ilegalizada. Pero esta vez sin olvidarse de sus sindicatos:
EHNE, LAB, HIRU, Ikasle Abertzaleak...
Si no, ¿qué tipo de arrepentimiento es ese? Es un arrepentimiento de criminales que cuando les cogen dicen que lo lamentan por las consecuencias que van a sufrir.
Los terroristas de Alsasua y los terroristas de Rentería
Ahora a los de Alsasua se les considera, según la policía, como disidentes de ETA, de línea disconforme con la disolución de la banda terrorista.
Los terroristas de Alsasua eran parte del movimiento terrorista Ospa, igual que los de Rentería que vinieron a Pamplona con su kale borroka. Estos últimos formaban parte del Errepresioari Autodefensa (autodefensa contra la represión [sic]), otro movimiento terrorista, disidente de la actual línea oficial etarra pacifistoide.
Y digo bien TERRORISTAS, porque el juicio de Alsasua está por ese camino actualmente. Quizás haya que utilizar el término políticamente correcto de "presuntos terroristas".
Insisto en que ahora hay nuevas aportaciones que vinculan a los terroristas de Alsasua y a los de Renteria (los vascos que invadieron el casco viejo de Pamplona con sus piedras y contenedores quemados) con los más duros disidentes de ETA, que quieren que no desaparezca la banda terrorista:
Los de Alsasua, esos terroristas que van de corderos, están siendo juzgados últimamente. Los terroristas invasores de Navarra, los de Rentería, serán juzgados por sus fechorías los próximos 21 y 23 de mayo:
La manifestación de "Errepresioaria Autodefentsa" que acabó con grabes incidentes de Kale Borrika en Pamplona el año pasado.
Un Nuremberg para el mundo de ETA
Algunos creen que ilegalizar el mundo de ETA es echar más leña al fuego, pero nada más lejos de la realidad. Ya hemos visto el buen resultado de las ilegaliciones y el cierre de periódicos abertzales.
Después de la derrota militar del 3er. Reich, los juicios de Nuremberg y la ilegalización de los partidos nazis alemanes impidieron por décadas el resurgimiento del nacionalsocialismo.
En todas estas siete décadas desde que acabó la II Guerra Mundial el nazismo no ha resurgido, a menos que consideremos las ridículas cifras de apoyo que consiguen en Alemania los partidos neonazis y grupúsculos de nostálgicos de Hitler.
Así que no hay miedo. Ilegalizar Bildu, LAB, Ikasle Abertzaleak... o cerrar los medios de propaganda Gara, Berria o Eguzki Irratia... no traería ninguna consecuencia negativa, salvo alguna rabieta aberchunga. Más bien traerán de nuevo beneficios a nuestra convivencia y calidad democrática. Señores jueces y policías: ¡A POR ELLOS!
Podemos estar en este momento en la transición hacia la democracia post-ETA. Lo mismo que la transición española no se considera que terminara con la muerte de Franco, la transición post-ETA no acabará con la disolución de la Banda. Ya es hora de que acabe la dictadura abertzale.
El fin de la banda hará que notemos un cambio positivo, pero no será pleno hasta que su mundo sea vencido. Por ejemplo en el fútbol hasta que buena parte de la hinchada osasunista sea de nuevo una representación de la sociedad navarra y no una secta abertzales. Lo mismo podemos decir de las peñas, barracas políticas, comisiones de fiestas...
Pamplonica