El sábado pasado, 21 de abril, las personas que paseaban por Pamplona se vieron sorprendidas a mediodía por el sonido conjunto de varios campanarios del Casco Viejo de la Ciudad. Se trataba de su participación en una iniciativa a nivel europeo para lograr que la UNESCO declare como “Patrimonio inmaterial de la Humanidad” el toque manual de campanas según las técnicas tradicionales de campaneros y carillonistas. A la misma hora sonaron cerca de trescientas en diferentes puntos de España y más de mil en varios países europeos.
Muchas de las iglesias tienen hoy campanario eléctrico y la figura del campanero ha desaparecido. Por eso fue emocionante escucharlas tañer a mano como hace muchos años que no sucedía. Eran tiempos en los que el tañido acompañaba la vida de pueblos y barrios. No solo servían para señalar eventos religiosos, sino también para regir la vida civil con los avisos de incendios, guerras, cierre de murallas o simplemente para conocer la hora. Nuestros antepasados vivían atentos al sonido de la campana como medio de comunicación cotidiano.
La campana es un elemento material e inmaterial que forma parte de la cultura europea desde los inicios del Cristianismo. Fueron adoptadas por la Iglesia alrededor del siglo V, pero se sabe que los romanos ya las usaban en sus ceremonias. En un principio eran pequeñas, pero fueron aumentando de tamaño en la Edad Media hasta hacerse de grandes dimensiones en torres y espadañas que cubrieron todo el continente europeo.
Como curiosidad diremos que los toques pueden ser: Balanceo (movimiento oscilante de ritmo binario); volteo (giro completo de ritmo terciario); y repique manual (la campana está fija y se repica con el badajo).
En Navarra como en el resto de Occidente, los grandes eventos han estado siempre acompañados del sonido de las campanas, ya fueran festejos religiosos, inauguraciones de capillas, llegada de reliquias, coronación de monarcas, etc. También se han usado para conjurar tormentas (todavía existe el “toque de tentenublo” de Los Arcos) y para celebrar buenas noticias en el pueblo.
Agradecemos la iniciativa a sus promotores y esperamos que sirva para tomar conciencia de otro elemento más de nuestra cultura occidental y para recuperar su sentido antes de que sea solo un recuerdo muy difícil de guardar en documento escrito.
Para más información y detalles:
Calíope
Por lo que he leído, en toda Europa sonaron mil campanarios, y solo en España trescientos...lo que da una idea de dónde está el potencial sonoro.
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