Si hay tres cuestiones clave en el debate y lucha identitaria en Navarra son precisamente el euskera, la Historia y el adoctrinamiento que hacen los separatistas a través de la imposición lingüística y la Historia manipulada. Así, nos encontramos con dos bloques que, por lo menos, tienen una idea muy clara: el bloque separatista, que propugna la imposición del vascuence como herramienta de adoctrinamiento y "construcción nacional"; y el bloque constitucionalista por así decir "serio" que propugna la libertad y la oposición frontal a la inmersión/imposición lingüística y a la utilización del vascuence como herramienta de adoctrinamiento y construcción nacional. IU/IE y Podemos, aunque en "teoría" son partidos de ámbito nacional, en Navarra ejercen de partidos "satélite" del separatismo.
El PSN-PSOE, partido que se define como foralista y constitucionalista, en materia de vascuence lo lógico es que se situara en un plano similar al defendido por UPN, PPN y C´s-N, sin embargo ya son muchas las décadas en las cuales, o los socialistas se han decantado por la indefinición, o han acabado aceptando la inmersión lingüística en vascuence. Tampoco resulta de extrañar la posición de la filial navarra de Ferraz, a fin de cuentas el PSOE ha apoyado en el pasado y continúa haciéndolo en el presente la inmersión lingüística talibán en Galicia, CAV, Baleares, Valencia, Cataluña y recientemente en Asturias con el bable.
Ya en 1986 los socialistas navarros apostaron por el entreguismo del norte de Navarra a la inmersión lingüística del vascuence, consagrando una falsa cooficialidad en la zona vascófona. UPN y AP tuvieron entonces que apoyar la Ley Foral del Vascuence en su versión original de 1986 a cambio de evitar que se extendiera la cooficialidad del vascuence a toda Navarra como pretendían PNV, EA y Herri Batasuna. Cuando el PSN-PSOE se decantó por el cutrepartito de 1995, de nuevo apostó por una política lingüística expansiva del vascuence con objeto de contentar a sus socios de gobierno: al CDN, IU y EA.
Desde la caída del cutrepartito de 1995 al año siguiente con el escándalo Otano, los socialistas navarros han ido variando su apoyo a la inmersión lingüística en vascuence dando "una de cal y otra de arena". En esto llegamos al año 2012, y tras la ruptura del pacto de gobierno entre UPN y PSN-PSOE se produce un nuevo viraje de los socialistas hacia la izquierda radical y el panvasquismo, fruto del cual aprueban al final de la anterior legislatura la Ley Foral de modificación parcial de la Ley 18/1986 del Vascuence. Esta ley introduce una nueva redacción del artículo 26 de la Ley Foral del Vascuence del 86, mediante la cual, se extiende nada menos que el modelo D (toda la educación en vascuence menos una asignatura de lengua castellana) a toda Navarra, incluyendo la zona no vascófona.
Si faltaba algún despropósito más por añadir, el 12 de abril de 2018 el PSN-PSOE daba su voto afirmativo a la nueva Ley Foral de Contratos de Navarra, una norma que intenta extender la inmersión lingüística al ámbito privado (quienes pensaban que este tipo de medidas solo afectaban a los funcionarios estaban muy equivocados). Un partido que se dice constitucionalista y foralista debería mantener una posición muy distinta frente al intento de catalanizar lingüísticamente a Navarra y convertir a los castellano-parlantes en ciudadanos de segunda. Pero después de cuatro décadas está claro que el PSN-PSOE va a mantener una línea errática y pro-inmersión lingüística, una posición que ya no va a variar. De hecho, si sus bases estuvieran muy descontentas con dicha línea, hace años que se habrían sublevado. La pregunta que queda por hacer, conocida la opinión de aparato y afiliados es si los votantes van a seguir avalando con su voto una política en materia lingüística del PSN-PSOE que relega al 95% de los votantes socialistas a ciudadanos de tercera en su propia tierra, y los condena al ostracismo o a la emigración.
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