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jueves, 3 de mayo de 2018

En la Ribera de Navarra NUNCA se habló euskera (2ª parte)


Cualquiera con dos dedos de frente sabe que el euskera no se habla en la actualidad en la Ribera, no quiero decir con esto que nadie conozca este idioma en la Ribera, sino que el sentido común nos dice que el uso real del euskera en la Ribera es cero. De hecho, hay muchos más inmigrantes del norte de África que hablan árabe y no se nos ocurre decir que el árabe sea una lengua de la Ribera.


Uno de los argumentos usados por los abertzales para imponer el euskera allí donde actualmente no se habla o se habla de forma residual, es que en algún momento histórico supuestamente se habría hablado mayoritariamente euskera en esos lugares y que por lo tanto hay que recuperarlo de nuevo ya que "es la lengua de la tierra". Incluso llegan a decir que quien no quiera hablar esta lengua (que tantas salidas tiene...) es que es un cateto. Aunque eso no se lo pueden decir a 'el Prenda', que se ha puesto a estudiar euskera en la cárcel, conocida es su simpatía hacia el mundillo abertzale a pesar de que ahora le pongan a caer de un burro.

De nuevo, cualquiera con sentido común también sabe que las "lenguas de la tierra" no existen, en primer lugar porque las piedras no hablan, en todo caso podemos hablar de las lenguas en uso por parte de los habitantes de un lugar determinado. Las lenguas son para que las personas se comuniquen, nada más y nada menos. Quien las usa para reanimar supuestas realidades lingüísticas extintas en la construcción de una utopía en la que el batúa ejerce de filtro político, está condenado al fracaso ya que la gente aprende lenguas para comunicarse primero con su entorno y luego con el mundo, no para aislarse en una realidad endogámica.

Sólo se puede reanimar el euskera obligándole a la gente a aprender una lengua que no va a usar y este es un anacronismo que sólo puede ser llevado a cabo en interés de políticos sin escrúpulos que no dudarán en quemar ingentes recursos públicos en el intento.

Pintada en contra del expansionismo euskaldún en Caparroso

Centrándonos en el tema, cuando hablamos de realidades lingüísticas pasadas de la Ribera Navarra, la historiografía y el sentido común nos dice que otras lenguas como el latín, los romances mozárabes o navarro e incluso el árabe; han sido lenguas de uso en estas tierras durante los tiempos de la Reconquista, para después ser sucedidos por el romance navarro y el español, que recordemos no es monolíticamente castellano sino una mezcla dialectal compleja en la que también entra el comúnmente llamado navarroaragonés que recordemos tiene su origen al sur de Navarra.

¿Acaso Tudela fue 'Muscaria'?

En el anterior artículo hablamos respecto a la falta de fundamento de las teorías que nos cuentan que existió una supuesta euskaldunidad antigua de la Ribera hace quizás dos mil años, historietas que consideramos romanticismo vasquista carente de fundamento histórico desde el momento en el que no existe toponimia o restos arqueológicos en forma de inscripciones que demuestren que en algún momento de la antigüedad se habló euskera en el sur de Navarra.

Otra de las historietas que suelen sacar al paso y que viene ya de tiempo atrás, es que la actual Tudela se correspondería con la antigua Muscaria, topónimo supuestamente euskérico que correspondería con una ciudad vascona localizada por el geógrafo greco-egipcio Claudio Ptolomeo en el siglo II. La realidad es dadas las insuficientes descripciones aportadas por el geógrafo, la situación de Muscaria se desconoce aunque se ha especulado su correspondería con el excepcional yacimiento de los Bañales en las Cinco Villas de Aragón.

Sea como fuere, el nombre de Muscaria también puede ser trazado perfectamente al latín y lo que sí sabemos bastante seguro es que Tudela fue refundada por los musulmanes sobre un asentamiento de origen romano y raíces celtíberas, conocido como Tutela probablemente en honor a la diosa guardiana del panteón romano.

El Ebro a su paso por Tudela

Estudios onomásticos de los registros a mediados del siglo XVI determinan con bastante precisión que por aquella época habría en Tudela alrededor de 150 personas provenientes del norte de Navarra u otras tierras de lengua eúscara como la Baja Navarra, siendo estos en su mayor parte inmigrantes que habían terminado por formar una familia o que migrarían al resto de la península. Para ponerlo en proporción, estamos hablando del 1,5% de la población de Tudela, que por aquel entonces contaba con unos 10.000 habitantes. Otros inmigrantes provenientes de Castilla, Aragón y minoritariamente Francia; también contribuyeron a repoblar Tudela, que se había visto algo despoblada con motivo de la expulsión de judíos y moriscos de la ciudad (en 1498 y 1516, respectivamente).


Lo mismo se puede decir de otros pueblos riberos como Olite, en los que se establecería población inmigrante dedicada al pastoreo y la cantería, entre otros oficios, que conservarían al menos durante una generación las lenguas de sus lugares de origen pero que con el tiempo se irían diluyendo en el romance navarro o el castellano. Se puede hablar entonces del euskera como lengua de paso en la Ribera y a ese respecto hablar de la euskaldunidad de la Ribera tiene el mismo sentido que hablar de la euskaldunidad de Idaho, lugar al que a principios del siglo XX también migraron pastores vascos de Vizcaya.

Escudo de la Comunidad de Bardenas y muetas (mocetas) tudelanas vestidas de salacencas con las Bardenas de fondo.

Por lo demás, en la Ribera no se puede hablar de euskera mucho más allá de lo anecdótico que supone el trasiego de personas originarias del norte de navarra y con profesiones ambulantes, como ganaderos, almadieros, arrieros u otras. Conocido es por ejemplo el caso de los pastores trashumantes salacenos y roncaleses que con motivo de las nieves del invierno llevaban su ganado desde los valles del norte de Navarra a las Bardenas Reales, aunque no sin roces con las poblaciones locales. Esta tradición sigue viva aún a día de hoy.

Un veterinario de Zamora

Sin importar demasiado las evidencias históricas claras, como la ausencia de toponimia, documentos o inscripciones que demuestren que el euskera era una lengua siquiera minoritaria en el sur de Navarra; los naburros llegan a afirmar en los articulillos de sus blogs que el euskera era hablado en la Ribera por algo así como la mitad de su población en torno al siglo XVI, basándose en algún documento que de forma anecdótica registra su uso por parte de inmigrantes de origen vasco, sin poner en su contexto que de tratarse una lengua extendida hasta ese punto, de esa época deberían de existir abundantes documentos que lo atestiguasen.

Uno de los documentos históricos que más les suele gustar es el del pleito contra Pedro López de Zamora, un albéitar residente en Tudela pero que era de origen zamorano. Esto es, un veterinario especializado en los equinos. Que en 1538 comienza sus trámites para ser el primer protoalbéitar del reino, maestro de los veterinarios del reino. 

Ilustración de un tratado de albeitería que incluye símbolos del zodiaco.

La aberchandalada se ha dedicado a extender por blogs de forma acrítica una versión adulterada de la historia de este veterinario, aunque creo que puede ser trazada a un libro de txalaparta de los años 90. Así, según ellos Pedro López fue pleiteado por los veterinarios de Tudela, que alegaron todo tipo de defectos como que era mujeriego, borracho y jugador de cartas empedernido. Además, no hacía bien su trabajo y a la hora de tratar con dueños de animales no era de lengua vascongada, con lo que concluyen que no podría ser protoalbéiar si no podía comunicarse con una gran comunidad de euskaldunes existente en Tudela.

La realidad es que en efecto Pedro López "opositó" para protoalbéitar del reino, pero quienes mostraron de forma pública sus objeciones fueron las cofradías de albéitares y herradores de Pamplona, a quienes no les hacía mucha gracia que en adelante un agente externo (desarraigado, según ellos) les tuviese que examinar a la hora de certificar su buena labor. Entre los muchos improperios, que parecen acusaciones gratuitas, sí que aseguran que ha de conocer el vascuence, pero no para su uso particular en Tudela (como mucho restringido algún mulatero de origen vascongado) sino como protoalbéitar de todo el reino.

Recordemos también que por aquel entonces una cantidad notable de pamploneses, aunque minoritaria, aún habla euskera. La lengua mayoritaria de las ciudades localizadas en lugares de habla vasca, era el romance navarro, como atestiguará un siglo más tarde el Padre Moret (eclesiástico, cronista del reino y vascohablante) en su parroquia de San Cernin así como en las demás de Pamplona:  "se abla la lengua castellana, y la esperiencia de los ministerios, así de la enseñanca de la jobentud como de las confesiones, se haze en la dicha lengua castellana, en tanto grado que de quinze que confiesa, sólo uno será en basquence y los demás en Romance". Pero es que ya en 1350 Carlos II de Évreux presta su juramento "in ydiomate (Nauarre) terre", es decir romance navarro, reconciendo como oficial del reino una realidad lingüística varios siglos anterior.

Libro de Albeyteria que tracta del principio y generacion de los Cauallos,hasta su vejez: y assi mesmo los remedios para curar sus enfermedades, y de las mulas, y otros animales... de Pedro  López de Zamora. Impresso en Logroño

Otra de las cosas que se olvidan de contar, es que Pedro López también recibió testimonios elogiosos de otros albéitares que lo consideraban el mejor en su terreno al ser capaz de curar a animales que otros veterinarios dieron por incurables. Así es como en 1546 Pedro López llegaría a ser nombrado por el consejo real como el primer Protoalbéitar del reino y examinador mayor, siendo de Zamora y sin tener ni pajolera idea de vascuence.

En la tercera y última parte de este artículo trataré la frontera vascuence-romance que se encuentra perfectamente delimitada por la toponimia de Navarra y el País Vasco y que es una prueba irrefutable de la máxima expansión efectiva del euskera.

Hispano

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