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lunes, 21 de mayo de 2018

«Todos los derechos para todas las personas»: enésima -pero nada casual- mutación ideológica de la izquierda abertzale


Este sábado 19 de mayo de 2018, el partido político “abertzale” Sortu escenificó en Bilbao (http://www.eitb.eus/es/noticias/politica/videos/detalle/5603931/video-acto-sortu-bilbao-arena-19-mayo-2018-nuevo-ciclo/) lo que denomina su «nuevo ciclo abierto tras la decisión de ETA»: evidentemente se refiere a la disolución definitiva de la banda terrorista.

En un -como siempre- muy cuidado  multitudinario escenario público, la siempre omnipresente y referencial matriarca Elena Beloki (https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4705048) afirmó que «Al igual que hace 60 años, seguimos siendo aquella fuerza que brotó del pueblo y continúa persiguiendo la libertad». En Román paladino: Sortu es la heredera directa de ETA.

Por su parte, el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodriguez, apeló al «relevo generacional» de la izquierda abertzale «sumándose a las luchas que están en la calle», marcando que el «nuevo ciclo (…) debe regirse por un principio fundamental: todos los derechos para todas las personas, desde los derechos individuales hasta el derecho a decidir libremente y democráticamente su futuro».

El eslogan elegido es muy significativo: “todos los derechos para todas las personas”. Un lema que perfectamente podría ser esgrimido por el PSOE, IU, Podemos, ERC, etc., etc. Y de hecho, ya lo vienen entendiendo y aplicando como deriva inevitable de su “cultura política”.

Desde nuestros análisis en este blog hemos intentado señalar constantemente una de las grandes “virtudes” del discurso específico de la “izquierda abertzale”: su capacidad de anticipación o, incluso, de apropiación, de cualquier espacio reivindicativo que asomara en las sociedades vasca y navarra a lomos de la creciente globalización mundialista.

La autodenominada izquierda abertzale –por todos es conocido- es el movimiento socio-político desplegado por ETA. Ya en sus inicios, ETA se desdobló en varios “frentes”: político, cultural, obrero, militar.

Posteriormente se dotaría de sucesivos “brazos” políticos (inicialmente varios de manera simultánea), hasta dar con la fórmula precisa que, tras numerosas vicisitudes judiciales, alumbró al actual Sortu (partido hegemónico en la coalición genéricamente abertzale e independentista EH Bildu).

La izquierda abertzale, de manera gradual a lo largo de sus ya 60 años de historia, desplegaría múltiples “organismos populares”, sectoriales y especializados; dotados de cuadros militantes y  medios materiales específicos. Así vieron la luz entidades propias de su idiosincrasia (relacionadas con el euskera, el ocio, la atención a sus presos y familiares), pero también otras de carácter ecologista, sindical, juvenil, rural, internacionalista (cooperación al desarrollo militante sobre el terreno), industria cultural, feminista, gay, etc.

ETA y sus satélites siempre han estado muy atentos a las sucesivas oleadas sociales y mediáticas procedentes de las “factorías” del pensamiento radical-progresista que -ya sabemos- han alcanzando carácter hegemónico en nuestra sociedad; en buena medida gracias a la colaboración y pasividad de las formaciones de centro-derecha, mudas y desconcertadas ante tales embestidas.

Superado el “socialismo real”, la “nueva izquierda” de los años 70 en adelante, el efímero “Nuevo Laborismo”, el finalmente corrupto “socialismo bolivariano”, mutado el comunismo chino en un partido elitista aliado con el capitalismo más duro, etc., el pensamiento radical-progresista ha elaborado una enésima reformulación ideológica que, como todas sus anteriores, mantiene una naturaleza dialéctica: proletarios versus poderosos, explotados  contra explotadores, machistas y feministas, ecologistas y expoliadores… heteropatriarcales versus derechos LGTBI.

«Todos los derechos para todas las personas». Una afortunada formulación sintética de las aspiraciones últimas del pensamiento radical-progresista: todo lo que puedas imaginar será posible gracias a la Ciencia y a la Técnica y tendrás derecho a ello. No habrá límites: ni de clase, familiar, nación, sexo, psicológico, económico, moral… La pura voluntad al servicio de un deseo sin límites…. Con el despliegue a su favor de un Estado invasivo en continua expansión.

A lo largo de su complejo periplo histórico, la izquierda abertzale también supo adecuar su agenda política a los intereses materiales y concretos de grandes grupos sociales: el emergente feminismo y sus reivindicaciones políticas, los creativos culturales, los “nuevos rurales”, los movimientos dinamizadores de barrios depauperados. Conjugaron, pues, teoría y acción: ideología, instrumentos sociales… y necesidades humanas. Y todo bien dosificado y encorsetado por la “cuestión nacional vasca” hecha vida cotidiana. Una máquina imponente.

A nadie se escapa que un planteamiento de estas características llevará a Sortu a competir por un electorado y unas bases sociales en gran medida comunes a PSOE, Izquierda Unida y Podemos. Podría plantearse, incluso, que esa exigencia de “más y más derechos individuales” puede llevar en su seno los gérmenes de su futura desintegración; no en vano el individualismo extremo casa mal con cualquier perspectiva comunitarista, acaso la principal característica orgánica y estructural de ETA/Sortu.

Pero también puede afirmarse que su naturaleza intrínseca -comunitaria e identitaria- será su principal “activo” para el futuro: una vivencia colectiva gratificante y autoafirmadora, frente al desencanto del individualismo arrastrado por un deseo sin freno y sus alternativas del consumismo y la globalización sin alma.

Desde ETA y su conglomerado social han sido audaces, sacrificados, previsores, anticipadores… además de inmorales y despiadados.

Disuelta ETA, descartado el terrorismo como una vía “rentable”, sus herederos más directos, Sortu, inician una nueva fase política con un horizonte teórico muy claro y bien dibujado, coherente con su estrategia de siempre; pero con unas tácticas adaptadas a los “nuevos tiempos”. Sin la tutela de ETA, la izquierda abertzale continúa su camino con un arsenal ideológico bien cargado, aggiornado, y unas bases prestas al combate. Por todo ello, seguirá siendo una formación referencial en Vascongadas y Navarra; además de su principal foco de fractura, inestabilidad e imprevisibilidad democráticas.

Sila Félix

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