La semana pasada se consumaba un cumulo de desaciertos, oportunismos y traiciones que expulsaban al Partido Popular del gobierno de la nación siendo sustituido por otro capitaneado por Pedro Sánchez, dando lugar a un nuevo ejecutivo socialista con una doble característica; su debilidad/minoría (85 diputados), y su temporalidad, ya que como mucho puede durar lo que resta de legislatura, es decir, dos años.
A nivel estatal el gobierno Frankenstein va a tener numerosas repercusiones, siendo la primera que un Sánchez ya de por sí radicalizado y que encima va a tener que competir en radicalidad con los post/neocomunistas de Podemos, dando un nuevo impulso a las políticas estrella de Zapatero: ideología de género, memoria histórica y relación de cordialidad y pactismo con los separatistas (¿impunidad legal y judicial para Puigdemont y su banda?).
Mas allá de las consideraciones que se puedan verter acerca de la moción de censura o de los ministros que componen el ejecutivo del señor Sánchez, salvo a algunos pocos a la inmensa mayoría de los navarros les ha pasado bastante desapercibido el impacto que el gobierno Frankenstein pueda tener para Navarra. Como ya se ha mencionado, para empezar tenemos un gobierno muy débil en súper minoría y compitiendo en radicalidad con Podemos para intentar mantenerse como fuerza política hegemónica de la izquierda.
Por otro lado, es un gobierno que lo quiera o no ha sido aupado por toda la morralla ultraizquierdista y ultraseparatista. Y para seguir con el desastre, salvo que se acerce al PP y Ciudadanos, en caso contrario necesitará a toda esa morralla para poder sacar adelante futuras leyes de todo tipo.
Precisamente por el apoyo inicial y la más que probable futura de la morralla a los socialistas, se va a producir un acercamiento a los separatistas en parte por cierto convencimiento y simpatía y en parte por interés y necesidad. Es por ello que si ya llevamos desde la ruptura del gobierno de coalición UPN-PSN en 2012 con un acercamiento del PSN a los separatistas proAnschluss vascongado (como por ejemplo con la extensión del modelo D a la zona no vascofona en 2015 gracias a los sociatas), el acercamiento especialmente a la formación frankestein pijoprogre de Barcos, Geroa Bai/PNV, va a ser mayor que nunca.
No hay que olvidar que el PNV es ahora mismo un socio prioritario del PSOE (Santos Cerdan dixit), gobiernan en Madrid gracias a ellos y en coalición con los mismos en la CCAA Vasca.
En la actualidad el PSN-PSOE, su cúpula y aparato de partido y sus poco más de un millar de afiliados están encantados y provasquizados (no hay que olvidar que el PSN siempre ha tenido una tendencia vasquista muy fuerte, de hecho el PSOE en Navarra en la década de los 70 formaba parte de la sección euskadiana del partido) y esa tendencia se ha ido fortaleciendo muchísimo. Pero es que además, cogobiernan con los separatistas en la comunidad vecina y gracias a ellos a nivel estatal.
El PSN se muere y suspira por gobernar con Geroa Bai, y el problema que tenían hasta ahora era que no podían contar con los votos de Bildu porque "quedaba mal", pero ahora si Sánchez no ha tenido reparo en ser investido presidente con los votos de los dos diputados de Bildu, nada impide a Chivite gobernar con Geroa Bai con los votos favorables o la abstención de Bildu en Navarra.
En la actualidad un sector de UPN se debate por acercarse al PSOE de Sánchez con objeto de tentar al PSN. Ya veremos qué resultado les da, pero para un PSOE radicalizado como nunca (y eso que siempre ha tenido un punto radical), con un acercamiento enorme al PNV, y un PSN muy vasquizado a nivel interno de partido (no a nivel de votantes), no parece que sea el mejor escenario para acercarse al PSN.
Salvo que UPN acabe modificando su línea ideológica y programática, asuma las principales líneas socialistas en materia de ideología de género, memoria histórica y laicismo radical, en un giro hacia la izquierda de quien es de centroderecha o no será nada. Un vaciamiento ideológico de UPN como le ha ocurrido al PP a nivel nacional, en la búsqueda obsesiva del poder a cualquier precio y el pacto con el PSN cueste lo que cueste a medio plazo será mortal para la formación y tendrá un impacto muy negativo para Navarra.
Lo que tienen que hacer UPN, PPN y C´s-N es trabajar por una mayoría absoluta de las tres formaciones o lo suficiente para dejar al PSN noqueado y teniendo que bailar con demasiados partidos ultraizquierdistas (Podemos, Podemos-Laura Perez, IU-IE) y ultraseparatas/ultra-proAnschluss (GeroaBai/PNV y Bildu/Batasuna) que al final no pueda ponerse de acuerdo con tanto batiburrillo, aparte de quedarse el propio PSN en un partido cada vez más minoritario.
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