Estos días hemos asistido al esperpento (género literario que se caracteriza por la presentación de una realidad deformada y grotesca, y la degradación de los valores consagrados a una situación ridícula) del desalojo y reocupación del edificio del Palacio de Rozalejo de Pamplona, situado en el Casco Viejo de la capital navarra. Desde hace tres décadas viene siendo habitual que distintos edificios en situación de abandono o desocupación por parte de sus propietarios en el centro de Pamplona sean asaltados por grupos de “ocupas” vinculados a la izquierda aberchal (batasuna/proetarras) para convertirlos en sus sedes sociales. Y no solo se hacen con inmuebles por la fuerza y los utilizan de manera gratuita, además suelen engancharse a la luz y al agua de manera ilegal, disfrutando de estos servicios sin abonar su importe.
Durante unos diez años el antiguo frontón “Euskal-Jai”, que había sido abandonado en 1977, fue ocupado por la izquierda aberchal manteniendo el edificio en sus manos de 1994 a 2004, fecha en la que fueron desalojados para el derribo del edificio y posterior construcción de un centro dotacional de servicios para la ciudadanía por parte del Ayuntamiento de Pamplona. En los últimos años viene siendo habitual que tras la “pérdida” del Euskal-Jai, los ocupas proetarras asaltaran otros edificios en situación de abandono, y ya en 2007 ocuparon el edificio del antiguo Palacio de Rozalejo de Pamplona, aunque en aquella vez fueron desalojados ya que sus “camaradas” todavía no habían conseguido hacerse con el poder en las instituciones forales y municipales.
A la izquierda, imagen del Euskal-Jai convertido en gazteche proetarra, en una situación deplorable y lleno de propaganda separatista y pro-presos etarras. A la derecha, nuevo edificio dotacional que podrán disfrutar TODOS los ciudadanos.
Sin embargo, con la llegada al poder del kutrepartito en junio de 2015, Pamplona se ha convertido en un paraíso ocupa, y no solo el Palacio de Rozalejo de Pamplona, también han intentado otras ocupaciones como la de un edificio en situación de abandono en el céntrico paseo Sarasate (https://www.antena3.com/noticias/sociedad/okupas_2016100857f95ceb0cf2fd8cc6ace83a.html), solo que aquella vez, al ser un edificio de propiedad privada, el desalojo se produjo de una manera instantánea. No resulta extraño, pues, que entre las consignas que coreaban los jóvenes cachorros de neobatasuna una de ellas fuera “Gora delinkuentzia!” (¡Viva la delincuencia!), ya que a fin de cuentas, asaltar y ocupar un inmueble ajeno, no abonar los impuestos correspondientes (IBI) y engancharse a la luz y agua de manera ilegal y sin abonar el importe del consumo no dejan de ser actos de delincuencia.
¡Gora delinkuentzia! (viva la delincuencia) dicen los gaztecerdos.
Edificio sito en paseo Sarasate que los ocupas neobatasunos intentaron ocupar al poco de asumir ETA-Bildu el poder en el Ayuntamiento de Pamplona.
Pero no solo los ocupas neobatasunos son delincuentes de poca monta y mucha jeta, el propio Gobierno de Navarra ha permitido durante estos últimos años la ocupación de un inmueble de su propiedad, y cuando se ha visto forzado legalmente al desalojo ha actuado de una manera totalmente bochornosa, que incluso podría ser hasta prevaricadora. De todas formas, las extremas izquierdas españolas llevan décadas atacando el derecho de propiedad y disolviendo toda la legislación en la materia. Con la crisis económica, pretendieron subirse al carro de los desahucios y, una vez tomado el poder autonómico y local, han abandonado dichas reivindicaciones (¿se habrá solucionado el problema en 24 horas?). De hecho, si cualquier ciudadano se va de vacaciones y, al regresar, un par de quinquis le han ocupado la casa y cambiado la cerradura, debe pasar un calvario judicial o solucionar el problema al margen de la ley, ya que la ley no protege el derecho de propiedad frente al abuso de ocupas o inquilinos morosos.
No resulta casual que en Venezuela, desde la llegada de Chávez al poder en 1999, se hayan generalizado las ocupaciones forzosas, el cuestionamiento por la vía de hecho del derecho de propiedad y la inseguridad jurídica. Los podemitas y neobatasunos pretenden crear un nuevo paraíso ocupa en España, tanto por razones políticas como por simple caradura, donde las leyes amparan cada vez más a los ocupas y cada vez menos a los propietarios.
Otro tanto pretendieron con la “expropiación” de carritos de la compra que se llevaban a la fuerza sin abonar su importe de los supermercados, siendo una práctica que, lejos de ocurrir en varios casos mediáticos concretos, hubo un tiempo que empezó a hacerse habitual entre determinados ocupas. En realidad bajo la mascarada de una ideología política, como bien expresaron los ocupas proetarras en Pamplona el pasado fin de semana, se trata de legalizar la delincuencia, porque a fin de cuentas, nuestros neobolcheviques podemitas y separatistas no dejan de ser unos delincuentes, un lumpen socio-político que pretende legalizar e imponer la delincuencia bajo un régimen de terror. A lo dicho, si quieres la legalización de la delincuencia, ¡vota kanvio y gora delinkuentzia!
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